Parte 6

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Después de recibir la gran revelación, Trixie y compañía decidieron ir a ver al abuelo de Trixie, a su casa de retiro.

Mientras realizaban el recorrido, Trixie comenzó a tener muchos recuerdos de su infancia; por lo que Lulamoon recordó que cada vez que sus padres salían de la ciudad a realizar giras de espectáculos de magia tanto dentro como fuera del país, Trixie pasaba gran parte de ese tiempo en casa del abuelo, hasta que, debido a su deterioro de salud, se tuvo que reubicarlo al asilo, por lo que Trixie alternaba sus estadías entre la casa de sus padres y las casas de sus amigas Lavender y Fuchsia.

- ¿E... ésta es la casa? - dijo Fluttershy asustada.

- Si, aquí es. - dijo Trixie tranquila.

El lugar era una mansión grande y muy antigua, unos cuervos le dieron la bienvenida a esa casa, junto a un deplorable jardín delantero daban un escalofrío real.

- Está bien, aquí vamos - Trixie abrió la puerta y entraron a un lugar completamente diferente: era una casa muy acogedora, ancianos jugando las cartas o el ajedrez, parejas caminando tomadas de la mano... era una estampa hermosa.

- ¡Lulu! - gritó un anciano desde el fondo del lobby.

- ¡Abuelo! - gritó Trixie.

- ¡Mírate Lulu, estás enorme y que tienes aquí? - le sacó una moneda de la oreja de la joven maga.

- Ay abuelito, no me canso de ese truco, jejeje - le dijo mientras lo abraza.

- ¿Y quiénes son estas hermosas señoritas? - preguntó interesado en esas lindas jovencitas.

- Abuelo, tranquilo; recuerda lo que te pasó la vez pasada. -

- Oh, sí, jejeje, eso. Está bien, Lulu. - dijo algo desilusionado.

- Disculpe señor, pero debemos hablar de esto. - le dijo Sunset mientras le mostraba la fotografía antigua. El anciano, al percatarse de las personas que estaban en la fotografía, se había quedado completamente sorprendido y aterrado a la vez.

- ¿Dónde encontraron eso? - la voz le temblaba mientras veía la fotografía.

Sunset le explicó todo al respecto y cuando comentó el nombre de Manfredo, saltó del susto.

- ¡¿Manfredo regresó?! -

- ¡Sí abuelo, el volvió y se robó la magia de mis amigas! -

- ¡Nonononononono! ¡Él jamás debió volver! - se alteró tanto que comenzó a temblar demasiado, por lo que la enfermera tuvo que intervenir.

- ¡Por favor señoritas, retírense! ¡La hora de visitas ha terminado! - sentenció la enfermera.

- Esta bien, pero volveremos mañana. - Las chicas se despidieron del abuelo de Trixie y se fueron a sus casas.

A la mañana siguiente, en la escuela Canterlot High estaban esperando la salida para ir a ver a el abuelo de Trixie. Rainbow Dash saludo a Trixie.

- ¡Hola Trixie! -

- ¡Ah, Hola Rainbow! -

- Perdón por no estar ayer, pero me ocupé en algo. -

Repentinamente llegaron, por detrás de Dash, Lavander y Fuchsia, haciéndola dejar por un lado.

- ¡Hola Trixie! - saludó a sus amigas.

- ¡Dash! - dijo Lavander de forma despectiva.

- ¡Hola! - dijo Dash intentando ser amable.

- ¿Y cómo te fue ayer, Dash? -preguntó Fuchsia.

- Ehh.. ¿Bien? - Dash estaba un poco confundida, porque le pregunto eso.

- Oigan, ¿Siguen enojadas por lo de la batalla de las bandas? - dijo Dash.

- La verdad es que... no. -

- En realidad, Trixie va a estar molesta por lo que voy a decir... - después de decir eso, Rainbow Dash comenzó a proferir palabras hirientes e insultantes contra Trixie y contra su banda (no las vamos a poner por obvias razones). Ante estas ofensas, Trixie se puso algo triste, pero aún con curiosidad, le preguntó a la chica deportista algo que la hizo pensar.

- ¿Acaso... no piensas ayudarnos a resolver este problema? - dijo Trixie muy triste.

Dash la miro y la tocó el hombro, y Rainbow movió su cabeza, tratando de decir una respuesta sólida: era un rotundo "no".

- ¡Lo sabía, sabía que ustedes jamás podrán confiar en mi, y yo que estaba muy ansiosa por ser su mejor amiga! - Trixie se arrodilló y arrojó los libros y se puso a llorar, después salió corriendo mientras Lavander y Fuchsia la siguieron.

Trixie corrió y se escondió entre los arbustos y rápidamente sus amigas la encontraron y trataron de animarla un poco, pero no lo lograron, ya que Trixie siguió llorando fuertemente.

- Perdónanos Trixie, pero teníamos que hacerte ver que ellas no son tus amigas. - dijo Lavander.

- Es verdad, nosotras lo somos - complemento Fuchsia.

Mientras tanto, Trixie no sabía que hacer... Sin la ayuda de las Mane Seven, será prácticamente imposible resolver el misterio detrás de Manfredo y del libro.

La Gran (y Poderosa) Aventura de TrixieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora