No te escondas

Mi dia a dia

*Narra Natàlia*

Me desperté como cada día, era Lunes no tenía ganas de ir al instituto, quien tiene ganas? Por qué yo creo que nadie. Mi madre me chillaba que llegaba tarde, y se me ocurrió una fantástica idea para empezar de muy buen humor el dia.
Me levanté de un bote, me fui a darme una ducha rápida, me vestí y bajé a la cocina, cogí mi batido de chocolate y me fui de casa.

- Ten buen día cariño!! Ten cuidado! - me dijo me madre desde la ventana de la cocina.

- Chau mamá, nos vemos!- cogí me skate y me fui.

Llegué a la escuela mucho antes de la hora, así que fui a la clase dónde me tocaba y con un clip pude abrir la puerta, no es la primera vez que lo hago, puse pegamento fuerte en la silla del profesor y me fui rápido de esa aula antes que sonara el timbre. Cuando el profesor llegó y se sentó para empezar la materia, no me pude aguantar la risa, pues el profesor me miró con enfado sabiendo que algo malo había hecho, así que para hacer la broma más graciosa saqué el teléfono para que me viese, y cuando quiso levantarse rápido se levantó con la silla pegado en su trasero. Está claro que fui yo, pero era Lunes y me apetecía  empezar el día con buen pie. Mientras que toda la clase se estaba riendo por el teatro que había montado, el Maestro Ramírez me expulsó de clase, así que qué mejor que estar en la sala de dirección sin hacer nada? Me fui de aquella aula riéndome a más no poder. Cuando llegue a dirección la directora Martos abrió la puerta de su despacho y me ordenó que entrase.

- Se puede saber que has hecho ya Señorita Lacunza? Le tengo dicho que no haga más de sus locuras, tienes ya 2 avisos en este trimestre, al tercero estás expulsada del instituto. Así que te pido que me des alguna explicación para no ponerte otro parte! - la directa estaba muy enfadada por lo que a mí me hacia gracia, aix... que simple soy.

- Mire directora, le aseguro que yo no hice nada, yo entré a la aula y ya estaba, a alguien se le podría haber caído el bote de pegamento, no fui yo sé lo juro. - y como no, y por 4937 veces le hice un pucherito por si servía de algo.

- Tengo entendido que el instituto no abren los domingos señorita, a no ser que quiera que ponga las grabaciones de las cámaras y mire quien entró primero en la aula, no querrá eso verdad?- y si, en el colegio había cámaras y es que hace muchos años un niño falleció por culpa de bullying que le hicieron en este instituto y por esa razón hay cámaras.

No le dije nada más a la directora, sabía perfectamente que había sido yo así que me expulsó del instituto ese día, tengo que decir que a la directora no le caigo nada bien, más que nada por qué soy lesbiana y al parece no le gusta que todas las chicas del instituto se me queden mirando, no vaya a ser que con mi mirada les contagie la homosexualidad. 
Así que cuando me echó del colegio, cogí mi skate y me fui a casa.

Por suerte tengo el número de mis padres guardados en mi teléfono así que puedo borrar todo tipo de llamadas que vengan del instituto, y así es que nunca me castigan, de hecho piensan que saco todo excelente, que soy una alumna ejemplar y que todo el profesorado me tiene como la favorita, totalmente mentira, más me gustaría pero no, mucha pereza.

Llegué a casa, no había nadie puesto que mis padres estaban trabajando. Me preparé un sándwich y me puse a ver la televisión, mientras estaba con mi móvil viendo mis redes sociales. Era la hora del patio y mi colega Pablo  me preguntó que dónde andaba. El y yo vamos a la misma clase pero a primera hora no había llegado ya que siempre llega tarde y luego no le dejan entrar.

- Dónde andas capulla? Te has vuelto a escaquear del instituto?- Me dijo Pablo por teléfono.

- Que va tronco, le he puesto pegamento en la silla al Ramírez y me ha echado de clase 😂 y ahora estoy en casa. -

- JODER! Es que como la lías tío, por cierto tengo una buena noticias para ti, reina de las bolleras! - Cuando me dijo eso pensé que alguien de clase se había vuelto lesbiana, pero no, por ahí ni andaban los tiros.

- QUÉ? SUELTALO! - Dije.

- Ha venido una chica nueva al instituto y lo más alucinante es que es jodidamente preciosa! Todo el colegio está pendiente de ella ahora mismo, que lastima que no estés aquí - ¿Alguien nuevo? Perdona, una chica nueva? Buah pues anda que no le va a costar llevarse bien con todo el mundo, pensé.

- No me jodas?! Y sabes cómo se llama ya o no? - Le pregunté pero el tardó en contestarme, y seguro que había dejado su móvil para ligarse a aquélla chica, el pobrecito está a falta de amor

- Se llama Alba, tiene 17 años y va a nuestro curso - Respondió.

- Espero que no esté en mi clase, a mi las novatas como que no... - Dije mirando a mi pantalla del móvil con desprecio.

- Venga no seas así Natalia, seguro que es buena persona -  Sabe Pablo que no me gusta que me llamen Natalia no por nada en especial pero prefiero tener mi apellido como mi nombre *Lacunza"

- Pablo que te tengo dicho del nombre? Y sabes que a mí nadie me cae bien y menos mal que estás tú y me soportas que si no... -

- Mierda, perdona colega, bueno, me tengo que ir, tenemos clase, vendrás mañana no? -

- Que sí pesado, con tal de analizar a la supuesta "chica nueva guapa" - dije irónicamente - que te cunda las tres horas de clase, pringao. -

Dejé mi móvil a un lado, y me imaginé como podría ser aquella chica que dijo Pablo, se le había quedado todo el instituto mirando.

Era tarde, tarde por qué mi madre iba a llegar y me iba a ver en el sofá, y no era bueno eso, ella piensa que estoy en el colegio así que tenía que irme de casa hasta la hora que yo llegaba siempre.

Salí de casa y cogí mi skate, me fui a patinar fuera de mis calles ya que no me podían  y si sabía de un lugar donde no venían nunca era en el colegio, y digo que es allí por saben que siempre voy a casa con el skate, así que me fui para allá, iba sin rumbo, con mis auriculares puestos y la música.

Pasados 10 minutos que tenía desde mi casa a la escuela llegué, me escondí Jairo detrás de la parada del autobús que había en la acera de enfrente del colegio. Saqué de mis bolsillos la caja de cigarros y me encendí uno.

Le envié un mensaje a Pablo que estaba en es lugar para que luego no esté buscando como un loco ente  gente sin que la directora me viera por allí rondandome otra vez. Cuando se me acabó el cigarro tiré la colilla al suelo y la apagué con mi punta de mis pies y a los pocos segundos se escuchó la campana del instituto.

Salieron mucha gente, es un colegio muy grande y la puerta de la entrada demasiado pequeña para esa multitud de personas, así que se podía ver perfectamente quien salía de aquella puerta. Hasta que vi a Pablo y me vio desde lejos.

- Eey! - nos saludamos con nuestro saludo que siempre hacemos - Has venido a ver a la chica o que? - me miró con cara de travieso.

- Qué?! No! Eres muy pesado solo he venido a verte a ti estúpido y para que mi madre no me pille en casa - mi mirada estaba muy fija en aquella puerta.

- Yaya, claro y yo me lo trago, en fin, Lo de la chic.. - Y Pablo se percató de mi mirada - Vaya por Dios! Hablando de la Reina de Roma, mira quién sale por aquella puerta!!- Dijo mirando en la misma dirección donde yo miraba.

Y efectiamente, ahí estaba la chica nueva que todos decían. Y la veía como si fuera a cámara lenta, podría ver hasta su mirada de miedo por todo aquello nuevo que le rodeaba, vestía con una tejanos negros, una camiseta blanca con las mangas negras, una chaqueta al estilo de los 60 y unas bambas que no eran muy baratas, su pelo rubio y rizado suelto.y con unas gafas bastante bonitas. Pero por un momento dejé de verla de lejos, a verla de muy cerca.

- Lacunza! Que está aquí, dile algo, Que va a coger el autobús!- Me dijo Pablo casi susurrando ya que la teníamos a medio metro. 

- Ssshht cállate pesado! Vámonos de aquí - Cogí a Pablo del brazo y con su skate y el mío nos fui corriendo. Pero la chica se giró para verme justo cuando dejé la tabla caer al suelo, me giré, nuestras mirada se cruzaron por un instante, Pablo estaba lejos de mi, ya casi que no escuchaba sus ruedas por el suelo y cuando me di cuenta y volví a la realidad, me giré y me fui.