Qué. No puede ser. ¡Él es Raúl! El de mi sueño. Esto no puede estar pasando, se lo tengo que decir a María. Tranquilízate Mafe, que no te vea emocionada, actúa normal.
-Bueno, nos vemos después – dijo despidiéndose con una mano.
-Claro, nos vemos al rato. – Y arrancó el carro pero algo lo hizo detenerse y retroceder hasta donde yo me encontraba.
-Disculpa, ¿En que casa vives tu? - me preguntó.
-Yo vivo justamente al lado de la casa que me preguntaste, la G-10. –
-Oh, ¡que bueno! Ahora si, adiós! –
-Bye. –espere que el entrara a su casa para poder salir corriendo y decirle a María.
-¡¡¡¡Mariaaaa!!!! – grite cuando la vi en la cocina.
- ¿Qué? ¿Qué te pasa? ¿Estas bien? – preguntó preocupada.
- No pasa nada, y sí estoy bien solo que, Adivina!!! – Dije, aunque no creo que lo haga.
- ¿Tú amor platónico vive al lado? – dijo ella, ¿¿¿como lo sabia???
- ¿Qué? ¿cómo adivinaste? – pregunté asombrada, sabía que me conocía muy bien, pero no sabía que era psíquica.
- ¿Adiviné? – dijo al igual de emocionada que yo.
- Sí– grite otra vez.
- ¿Cuál de tus amores? – preguntó curiosa.
- ¡¡¡Raúl!!! Espera, ¿cómo que cual de mis amores? – pregunte incrédula.
- Esta el rubius, logan, Raúl, ¿quieres que siga? –
- No. Pero, ¿sabes algo curioso?, justo hoy soñé con él, y apareció. – dije otra vez emocionada.
- Pero tonta, cuentame. ¿Qué te dijo? –
Duré un pequeño rato explicándole, ya que no habíamos hablado mucho. Al terminar María termino de hacer lo que estaba haciendo y nos fuimos a la casa de nuestra abuela. Allí no hicimos gran cosa, pero era domingo y estábamos en familia. Regresamos temprano a casa, yo diría que eran las 5:00pm cuando nos vinimos. María se puso a hacer algo en la computadora mientras yo salí a saltar con una vecina, ella se llama Valentina, es unos años mas grande que yo, pero es buena persona.
-¿Vamos a saltar hoy?- pregunto Valen con la cuerda en la mano.
- Claro – respondí mostrándole la cuerda que traía.
Nos pusimos a saltar, yo era muy buena. Digamos que saltaba como lo hacen los boxeadores. En verdad, era buena. Creo que no pasaron ni diez minutos cuando Raúl salió de su casa y se quedo parado viéndome con media sonrisa en el rostro. Al parar de saltar me acerque a él, mientras que Manuel había salido de su casa, ahora no solo voy a tener a Raúl viéndome sino que el otro no me quitaba la vista de encima.
-Hola, bienvenido.– le dije queriendo ser amable.
-Hola, Gracias. Veo que saltas, eres buena. –
-¡Gracias! Hago esto todas las noches, salto un rato y luego troto.-
-¿Te molestaría que te acompañara hacer todo eso? Yo también salto y quiero mantenerme en forma.-
-Claro, ¿por qué no? – dije muy feliz. Obviamente quería hacer ejercicio con él.
- Mafe, no quiero ser entrometido pero, ¿quien es ese que no te quita la vista? – preguntó él mirando a Manuel.
- Él es Manuel, digamos que le gusto un poquito- respondí.
- ¿Un poquito?– Rió. – Yo diría que bastante – afirmó.
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Mi vida con algo de fantasias
RomantikEsta es mi historia... Yo soy una joven normal que vive con su hermana. Siempre he llevado las cosas con tranquilidad, nunca nada se habia salido de lo que se podria decir. Todo comienza despues del sueño, ¿quien iba a pensar que los sueños si se ha...