Entre lo mas rápido que pude a la ambulancia, María estaba a mi lado recostada en la camilla, se veía muy débil y pálida, jamás imagine que esto pudiese llegar tan lejos. La sangre corría de su frente debido al golpe que llevo al estrellarse contra la mesa, tome su frágil mano y la lleve a mi pecho lamentándome de todo lo ocurrido, las lagrimas no tardaron en reaparecer. Mientras lloraba y sollozaba en silencio un paramédico se me acerco, me sonrió y me dijo:
-No te preocupes, todo saldrá bien- lo miré y trate de devolverle la sonrisa pero simplemente no me salió.
- Espero que sí- respondí – No quiero que le pase nada malo a ella y mucho menos al bebe – dije. El paramédico me miro asombrado y confundido.
-¡¿Bebe?! – pregunto. – ¿Ella está embarazada? –
-Sí, tiene solo tres meses – dije. Él se paró de mi lado y le aviso a otro paramédico que también estaba dentro de la ambulancia. Los vi susurrar cosas entre sí, los dos lucían alarmados y muy apurados. Cuando llegamos a la clínica uno de ellos abrió las puertas traseras de la ambulancia lo más rápido que pudo y se llevo a María adentro de la clínica.
Los seguí hasta que un vigilante me detuvo antes de llegar a la zona de terapia intensiva, le roge que me dejara pasar, que esa era mi hermana, que necesitaba mi apoyo, pero no lo convencí. Así que angustiada me dirigí a la sala de espera donde estuve un largo rato. A los 5 minutos llego Raúl igual de apurado que yo, sin verme se dirigió a la recepción donde pregunto por María, pero cuando note que no le respondieron nada lo llamé y él se dio vuelta dándose cuenta de mi presencia. Se sentó a mi lado en silencio, ni una sola palabra salió de su boca, solo se quedo mirando hacia el pasillo, esperando...
Después de 2 horas de espera, me levante y pregunte por ella, aun no había una información nueva, solo lo que ya sabíamos.
-¿Y? ¿No te dijo nada? – pregunto Raúl
-No- conteste. Espere un minuto hasta que volví a hablar– ¿Por que eres así? -
-¿Cómo así? –
-Me dices que no tienes nada con María cuando veo todo lo contrario- le dije.
-No tengo nada con ella Mafe, con la única que quiero tener algo es contigo-dijo muy tierno. Una pequeña sonrisa se me escapo de los labios al ver lo sincero que lucia.
-¿Pero, entonces como explicas lo que vi hace 3 meses?- pregunte, esta vez sí estaba dispuesta a escucharlo, estos 3 meses sentí un gran vacío en mi que espero que muy pronto lo pueda rellenar.
-Lo que vistes fue a mí y a tu hermana charlando un poco – respondió.
-Sí, pero estaban demasiado juntos, caminando muy apegados, susurrándose cosas entre sí...- Valla que sonaba desesperada y celosa, muy celosa.
- Mafe, le estaba pidiendo ayuda. Porque estaba decidido a pedirte que seas mi novia esa tarde, pero estaba muy nervioso y no sabía cómo hacerlo. –
Lo mire confundida y sorprendida, ahora sí que soy una estúpida. Me quede absolutamente sin palabras, no sabía que responderle, fui una estúpida en guiarme por Alejandro. Sentí como mi corazón se detuvo, y ninguna palabra logro salir de mi boca.
-Perdóname por haber actuado como un idiota Mafe, no sabes cuánto te quiero como para volver a dejarte ir-
Miré en sus ojos la sinceridad de sus palabras, me conmovió escucharlo decir esas cosas, baje mi vista a sus labios los cuales no tardaron en hacer contacto con los míos. Le tome por la nuca y lo apreté contra mí, asiéndolo mucho más apasionado, era un beso desesperado, del que había deseado desde hace mucho tiempo. Me separe lentamente él, me miraba con una gran sonrisa en su rostro, sentí como la sangre subió hasta mis mejillas quedando totalmente roja frente a él.
-Entonces... ¿me perdonas? – preguntó.
-Claro que te perdono tonto, soy yo la que debería pedirte disculpas por haber sobreactuado –
-Ya no es necesario linda- Sonrió. Junte nuestras frentes y otra sonrisa escapo de mis labios, ahora me sentía mucho mejor que antes. Esta vez Raúl me tomo del cuello y volvió besarme, ahora toda esa desesperación había desaparecido por completo, dejando un tierno y simple beso.
A nuestras espaldas escuchamos una fingida tos de parte de la secretaria quien nos miraba con asco.
Maldita bruja que no me dejo seguir con el beso.
-Perdonen si les interrumpo algo, pero les tengo nueva información sobre su amiga-
Raúl y yo nos levantamos de nuestro asiento, yo estaba algo avergonzada y lo más probable que roja también.
-La señoría María se está recuperando en terapia intensiva, lo que significa que lo peor ya pasó-
Vote todo el aire que había acumulado en mis pulmones, estaba nerviosa de que ella no estuviera bien, y la verdad me alegró haber escuchado eso.
-Sin embargo... - Eso no me gustaba. – Lamento informarle de que debido a los golpes y los movimientos bruscos que llevo, el cordón umbilical se enrollo en el cuello del feto de manera que logro asfixiar al bebe, se izo lo que pudo pero ya era demasiado tarde y para cuando ella entro en exanimación el bebe ya estaba muerto-
Eso fue un balde de agua fría que me arrojaron de la manera más cruel posible...
Raúl tomo fuertemente mi mano y lo mire mientras las lágrimasrecorrían todo mi rostro, tenía que ver a María y ver que ella estaba bien.
-¿Puedo pasar a verla? – dije con la voz entre cortada.
-Solo familiares – respondió la señora mirando al chico que me sujetaba la mano.
-Está bien, ve. Eres su hermana y sé que quieres verla. – me dijo Raúl con media sonrisa. Le devolví la sonrisa y le di un sonoro beso en su mejilla antes de ir con la secretaria a la habitación de María.
Caminamos por un largo pasillo, allí se escuchaban llantos que provenían de las habitaciones así como también se escuchaban los pasos de las enfermeras corriendo de un lado a otro. Mire las paredes de la clínica y sonreí cuando recordé que en esta clínica fue cuando me pusieron el yeso y recordar a María regañándome por lo torpe que yo solía ser causo que una rebelde lagrima se me escapara.
Paramos delante de una puerta, allí tenia escrito el numero de habitación y la oración "cuidados intensivos". Nunca creí que algún día me tocara atravesar esa puerta para ver a un familiar, y mucho menos a mi hermana.
Abrí la puerta y allí se encontraba ella, estaba igual de pálida recostada en la camilla con los ojos cerrados, estalle en un llanto silencioso acompañado de varios sollozos que se escaparon de mi boca. Me senté a su lado y no pude hacer si no mirarla y llorar, hasta que el sueño me venció y me quede dormida sentada en esa horrible e incomoda silla.
Holaa! Sé que tenía mucho tiempo sin escribir, pero estas semanas (o mejor de dicho meses, porque la verdad no se cuanto tiempo ha pasado desde que deje de subir) no han sido los mejores pero las vacaciones navideñas me sentaron bien a si que... Aquí tienen este nuevo capítulo, como todos es corto, lo sé pero voy a intentar que cada vez que sean mas largos.
Un beso,
-María-
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Mi vida con algo de fantasias
RomanceEsta es mi historia... Yo soy una joven normal que vive con su hermana. Siempre he llevado las cosas con tranquilidad, nunca nada se habia salido de lo que se podria decir. Todo comienza despues del sueño, ¿quien iba a pensar que los sueños si se ha...