Sentí que alguien acariciaba mi mano, intente abrir los ojos pero la intensa luz de la habitación no me ayudo a despertar de la mejor forma posible. Abrí totalmente los ojos y me encontré a María en su camilla acariciando mi mano, me miro a los ojos y me sonrió débil.
-Hola linda- dijo.
-Hola, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? – le devolví la sonrisa.
-Bien, he tenido días peores.- sonrió. - ¿y tú, estas bien? – preguntó con un ligero tono de preocupación. – cuando desperté esta mañana te vi dormida, pero después de que pasaron más de 2 horas estabas completamente inmóvil, me asuste... Creí que estabas inconsciente. – río un poco.
-Sí, estoy bien – me uní a su risa.
Recordé lo que la secretaria me dijo ayer y mi sonrisa se esfumo por completo, mi expresión cambio, y ahora estaba seria con una lagrima amenazando salir de su lugar.
-¿Qué te pasa?-
-Nada- negué con la cabeza. Me apreté los labios para que ninguna palabra saliera de mi boca y la cagara por completo. No sabía si debía decirle o quedarme callada.
-¿Cómo esta mi bebe? – preguntó adivinando mis pensamientos. La lágrima que amenazaba salir por fin salió. Ella me miro confundida e hizo una mueca con sus labios.
Alguien toco la puerta salvándome de aquella pregunta la cual tenía miedo de responder y entro un señor canoso con una bata blanca; el doctor.
-¿Cómo esta? – le preguntó a María.
- ¿Yo? – respondió confusa, él asintió. –Bien, pero ¿Qué hay de mi bebe? –
Mire preocupada al doctor, el me devolvió la mirada y la desvió al piso antes de dirigirse a María.
-Lamento informarle que el bebe falleció ayer mientras estaba inconsciente; el cordón umbilical se le enrollo en el cuello y lo asfixió. Tuvimos que hacerle un aborto. – finalizo el doctor.
María estaba petrificada, tenía sus ojos abiertos como platos, las lágrimas en su rostro comenzaron a aparecer y yo solo me levante y la abracé. Lloro fuerte en mi hombro por unos 15 minutos, el doctor había decidido dejarnos solas no sin antes explicarme que ella iba a estar aquí un día más en observación.
Me separe de ella y le sonreí dándole ánimos, trato de hacer lo mismo pero no le salió.
-Vas a superarlo y podrás salir de esto como siempre lo haces- la alenté.
-Mafe, ayer antes del incidente, había tomado la decisión de quedarme con el bebe ¿Y ahora resulta que ya no lo voy a tener? – sus ojos castaños claros ahora estaban oscuros. Se notaba lo triste que estaba de tan solo mirarla.
-Shh... Ahora estoy contigo. Cometí el error de no haberte escuchado antes y perdí a mi hermana, pero ahora estoy aquí para apoyarte-
-Gracias – sonrió – ¿Ya estas mejor con Raúl? –Se limpio las lagrimas que estaban es su rostro
-Sí, después te cuento los detalles, ahora debes descansar- me levante y le di un beso en la frente.
-Adiós-
Salí de allí y camine hacia el cafetín de la clínica, me tome un café y maque el número de la persona que mas necesitaba en este momento.
-¿Hola? – preguntó desde la otra línea.
-Hola Raúl –
-¿Cómo estas preciosa? – Sonreí. No lo puedo ver, pero estoy casi que segura de que él tambien esta sonriendo.
-Estoy bien, ¿Me podrías pasar a buscar aquí en la clínica? – cada vez odiaba mas mencionar esa palabra, nunca me han gustado las... eso.
-¡Claro! Voy enseguida. – Colgó.
Me senté en una de las mesas que estaban en la cafetería y le mande un mensaje a Valentina avisándole lo que había ocurrido, ella respondió preocupada y muy triste. De tan solo pensarlo no sé cómo se sentiría María en estas próximas semanas o en estos meses.
Después de unos 10 minutos hablando con Valen me llego otro mensaje y no era exactamente de ella
"Linda, ya estoy afuera. Mejor no te tardes mucho, no aguanto las ganas de verte.
Raúl"
No espere mas y casi que corrí hacia la salida porque de verdad yo tampoco aguantaba las ganas de verlo.
Afuera me encontré con él apoyado en su carro plateado, lucia muy sexy. Con unos jeans y una camiseta a cuadros con los primeros botones abiertos, estaba guapísimo y demasiado ardiente. Mordí mi labio inferior tratando de que la baba no se me saliera de la boca, además las ganas de correr y besarlo no me faltaban pero sacudí mi cabeza evitando mis sucios pensamientos, no estaba de ánimos para hacer cosas indebidas, después de lo que paso con María solo quiero ir a casa a ducharme y meterme en la cama.
Me miro y sonrió ampliamente, él sabía lo que estaba pensando. Me acerque manteniendo una ligera distancia entre nosotros, que él desapareció cuando me tomo de la cintura y me apego a él.
-¿Ya te he dicho antes lo hermosa que eres?-
-Mmm... No estoy segura. ¿Por qué no me ayudas a recordar?- respondí coqueta.
-Pues en ese caso; eres muy hermosa-dijo dándome un pequeño beso en la comisura de los labios.
-Tú no te quedas atrás Raúl Navas. – susurre en su oído.
Tomo mi barbilla alzándome la cabeza quedando frente a frente con él. No podía parar de mirar sus hermosos ojos color miel que tenian sin dudas un brillo especial. Volvió a sonreírme, solo que esta vez su sonrisa era mucho mas coqueta que la anterior, mis mejillas no tardaron en colorarse. ¿Es que acaso este hombre no se cansa de hacerme esto?
-¿Por qué mejor no subimos al auto? – pregunté.
-Oh si claro – se voltio y me abrió la puerta como todo un caballero.
-Pero que caballero – bromee.
-Contigo siempre, princesa- me guiño el ojo.
Subí al carro y él imito mi acto. Comenzó a conducir, hubo un pequeño silencio, pero no era de esos silencios incómodos, si no uno al que yo agradecí mentalmente, necesitaba pensar. Pero mi agradable silencio fue interrumpido cuando Raúl decidió hablar.
-¿Y como estaba María?-
-Está mejor, aunque se destrozo cuando al doctor le dijo lo del bebe- respondí en un susurro. Se me hacia un nudo en la garanta de tan solo acordarme su reacción ante la notica.
-¿Tú crees que ella logre superarlo?-
-No creo, estoy segura de que lo hará. Sé que se la va hacer difícil pero ella es una mujer fuerte-
Después de esa diminuta conversación ninguno de los 2 volvió a hablar. Cuando llegamos estaciono su carro al frente de su casa y me invito a pasar, pero como ya lo había dicho antes: quería descansar.
Entre a casa y sin pensarlo 2 veces fui directo a la ducha donde me di un largo y relajante baño, me encantaba sentir las gotas de agua recorrer mi piel, me recordaba a la lluvia, y al decir verdad me encantaba la lluvia, tenía muy buenos recuerdos gracias a ella.
Salí del baño rodeada tan solo de mi toalla XXL, me gustaba que fuese grande y calientita, me brindaba seguridad y calma. Sé que en este momento puede que este diciendo muchas estupideces pero creo que la falta de sueño ya me estaba afectando.
Me coloque un simple pijama y me tire en mi cama antes de quedar inconsciente, como siempre lo hacía...
Holaaaa! Un nuevo capítulo un poco romántico de parte de Raúl, pero ya era hora de que algo lindo le pasara a la pobre de Mafe. Además de que la maldita inspiración que viene y se va no ayuda cuando no me deja terminar un capítulo tranquila. En fin, espero que hayan disfrutado este capitulo!!
Un besoo,
-María-
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Mi vida con algo de fantasias
RomanceEsta es mi historia... Yo soy una joven normal que vive con su hermana. Siempre he llevado las cosas con tranquilidad, nunca nada se habia salido de lo que se podria decir. Todo comienza despues del sueño, ¿quien iba a pensar que los sueños si se ha...