Primera parte

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Mi nombre es Hinata, estoy por terminar el primer año de preparatoria. Mi vida no es más interesante que la tuya. Vivo con mi hermano mayor, Neji, él pasa la mayor parte del día en la universidad o con su novia, Tenten, así que siempre estoy sola. No tengo amigas y mucho menos amigos, ni alguien con quien charlar. Tampoco es como si tuviera mucho de qué hablar.

En mi aburrida y rutinaria vida solo hay espacio para los estudios, las buenas notas y la disciplina. Mi padre accedió a dejarme vivir con Neji a cambio de que consiguiera una beca en la preparatoria más cercana y mantuviera excelentes calificaciones. En este medio año de curso ya es normal para mis compañeros y maestros que mi rostro apático aparezca en el cuadro de honor cada mes.

Pero mi vida monótona sufrió un giro inesperado cuando conocí a personas extraordinarios y únicas, sobre todo el día que lo conocí a él, Naruto Uzumaki, el chico que movió mi mundo a un universo desconocido e inexplorado. Ahora todos mis días son una nueva aventura, gracias a esa persona que me enseñó a vivirlos como si fuera el último.

Todo comenzó una mañana como cualquier otra...

La madrugada fue más refrescante que de costumbre. Esto solo podía significar una cosa, el otoño con sus colores amarillentos y rojizos estaba llegando a su fin para darle paso a lo que parecía iba a ser un brutal invierno. Dentro de muy poco las calles se comenzarían a cubrir por una capa blanca muy helada, al igual que los techos de las casas y los árboles que han mudado sus hojas.

Me gusta el clima frío. Me gusta quedarme en casa leyendo o estudiando, abrigada hasta la cabeza, con una taza de chocolate caliente, sobre todo tener menos interacción social. No como los veranos, donde todos van a las playas y las chicas no pueden esperar para lucir su cuerpo cubierto solo por diminutos biquinis. Por eso prefiero el invierno, la navidad, y recibir el año nuevo al lado de mi familia.

«Para mañana tendré que desempolvar la ropa de invierno.»

Iba caminando, lento, disfrutando de los últimos días cálidos. Ya estaba llegando a la preparatoria, de hecho ya estaba por fuera del cercado que rodeaba la entrada, cuando un ruido escandaloso me hizo subir la vista.

Vi a un compañero de clase, Kiba, en el suelo recostado en la pared, estaba sangrando de la nariz y de otras partes que no podía distinguir, tenía moretones en el rostro y apenas podía levantar la cabeza.

―¡Te dije que le pidas disculpas!

Escuché esa escalofriante voz y fue la primera vez que lo vi tan de cerca. Era Uzumaki Naruto, alumno problemático de primer año del grupo B. He odio hablar mucho de él, los estudiantes le huyen todo el tiempo porque siempre anda buscando pelea con cualquiera que se le cruce en el camino, en lo personal nunca le he tomado importancia, solo lo he visto cuando lo llevan a la dirección, tampoco es como si me importara.

Ahora entendía que la mala fama la tenía bien ganada. Estaba sujetando del cuello a un estudiante de universidad, Hidan, lo tenía arrinconado contra la pared y lo levantaba del suelo al mismo tiempo, a pesar de la diferencia de estatura. Hidan quiso apartarlo pero Naruto golpeo su rostro, un fuerte impacto preciso que le hizo escupir sangre.

Otros dos, que siempre andaban con él, tomaron a Naruto por los hombros para apartarlo. Aun no puedo comprender como es que actuó más rápido que ellos. Con un codazo justo en la frente quitó a Kakuzu y con el puño cerrado lo impactó en la cara de Kisame dejándolo inconsciente. Se giró para ver a Hidan, lo sujetó fuerte de los brazos antes de que escapara, le dio un rodillazo en el estómago y éste cayó de rodillas y apretándose el abdomen.

―Eso te enseñará a no aprovecharte de los demás.

Naruto se acercó a Kiba y le tendió la mano. Enseguida aceptó la ayuda y solo hasta entonces ambos notaron mi presencia. Yo seguía estática, sin mover un solo músculo, sin apartar la vista, ni siquiera parpadeaba.

Amor PuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora