Violentómetro // [TulioxBodoque]

₂₀.﹣ Eɴᴄᴇʀʀᴀʀ﹐ ᴀɪsʟᴀʀ.

Los maltratos de Tulio habían ido en aumento. 

Había momentos en donde si a Bodoque se le pasaba la sal en la comida le castigaba con una dosis de golpes.

El cuerpo de Bodoque ya no aguantaba ni caminar, ya no podía hacer nada.

En una mañana, el pequeño conejo no se levantó a preparar el desayuno.

Un motivo para Tulio para golpear el pequeño cuerpo.

Pateó a Bodoque de la cama y le comenzó a reclamar.

— ¡Maldita basura! ¡¿Dónde esta mi jodido desayuno?! — replicó Tulio mientras cacheteaba y pateaba al conejo — ¡Ni para eso sirves! — finalizó con un golpe en su espalda. 

Bodoque tenía más alternativas, podía llamar. Ya no tenía su celular, pero la mansión tenía un teléfono en la cocina. 

Se levantó con toda la fuerza que tenía y se dirigió a la cocina. 

"Prepararía el desayuno de su pareja" Con cuidado revisó a Tulio, estaba mirando basura en la televisión.

Con silencio llamó a la policía, se había escondido en un rincón. 

El pitido que lo llenaba de esperanzas había desaparecido de repente. 

Levantó la cabeza y observó que el cable había sido cortado. Por Tulio. Sus pocas esperanzas habían sido aplastadas. 

— ¿Con qué llamando? ¿A quién? — dijo de forma burlesca mientras lo veía con una sonrisa burlona. 

— Ah, y-yo llamaba a... mi mamá. Quería saber como estaba — trató de mentir con una pequeña sonrisa fingida.

— Cómo si me fuera a tragar tus mierdas — rechistó para lanzarse contra Bodoque. 

Lo golpeaba fuertemente en su cara, jaloneaba sus orejas y lo arrastraba de un lado a otro para después patearlo, Bodoque trataba de zafarse, colocaba sus brazos en su cara para defenderse y trataba de acurrucarse.

Tulio paró hasta que Bodoque no respondió.

— Puf, que débil — replicó Tulio.

Arrastraba el cuerpo inerte hasta una habitación oscura. Lo dejaría descansar por un rato.

 — estará bien así — pensaba. Cerró la puerta con llave.

Había pasado un día y Bodoque se levantaba con dificultad. Veía todo borroso y la oscuridad no le ayudaba.

Tenía que curarse. Pero no podía salir.

Tulio lo había dejado encerrado en aquella habitación, sin nada.

Aquel día Bodoque sólo lloró.