Chapter Fourteen

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La cabeza de Milo estaba dando vueltas desde que Hermione se le acercó y le informó que Harry y Ron iban a encontrarse con Draco y su amigo para un duelo. Estaba en un conflicto sobre cómo manejar la situación. Si se le acercaba a Harry, las posibilidades eran que se encontrara con mucha hostilidad de parte de su hermano menor, pero si no interfería, estaba seguro de que Harry iba a verse en muchos problemas. Eso no le haría ningún bien desde que acababa de conseguir permiso para unirse al equipo de Quidditch, siendo uno de los jugadores más jóvenes en la historia de la escuela. Milo no podía acudir a su madre tampoco, aunque ella siempre daba excelentes consejos, en ese momento no podía acudir a ella. Y por encima de todo, se suponía que debía dar lo mejor de sí durante las pruebas de Hufflepuff no sólo para enorgullecer a Cedric, sino a su madre también.

Estaba tratando de tomar todo los puntos a favor en una situación no tan favorable así no terminaría perdiendo la cabeza para el final de la noche. Si iba a las pruebas y se ganaba un puesto en el equipo, significaba que sería algo que podría ayudar a unir a Harry y a Milo. Después de todo, su padre había sido una estrella de Quidditch en su juventud. Milo no había heredado la apariencia de sus padres, pero esperaba haber heredado algo para mantener sus memorias vivas.

Llegando a la Cancha de Quidditch, Milo fue saludado de inmediato por sus amigos lo que incluía a Heidi, Max y Cedric, quienes estaban listos para que tomara el puesto en el equipo. Milo juntó los labios, ofreciendo un pequeño saludo con su mano a su emoción. Era muy duro consigo mismo, ya pensando en todo lo que podría salir mal.

—Milo, relájate —le dijo Maxine, sus manos en sus hombros—. No tienes porqué estar nervioso.

—Estoy bien, Max, en serio —trató de convencerla, pero había visto tras sus mentiras, especialmente cuando Milo empezó a tironear de un mechón de su cabello entre sus dedos. La chica tomó su mano, abriendo sus dedos para que liberara el mechón y procedió a dejar que las manos de Milo cayeran a sus lados.

—Mira, nos conoces a todos aquí, no lo veas como una prueba, sino como un juego entre amigos, eso es todo —le dijo Cedric al acercarse—. Vas a estar bien.

Sabía que podría confiar en sus amigos, no iban a hacer nada que lo avergonzara intencionalmente, lo que por fin calmó sus nervios.

—Está bien, estoy listo.

A pesar de haber estado nervioso antes, tan pronto se montó en la escoba, una sonrisa apareció en su rostro, pateando el suelo. Fue un poco tambaleante al principio, realmente no usaba una escoba pues no viajaba mucho sin su madre y Minerva había renunciado a las escobas tras un terrible accidente mucho antes de que naciera Milo, o incluso antes de que nacieran sus padres. Siempre que la escuchaba hablar de Quidditch, podía notar la felicidad y la tristeza. Feliz de que haya podido formar parte del deporte mágico y de que haya podido hacer algo que amaba pero triste que fue tan corto, y trágicamente sufrió una terrible caída de la que aún no se recuperaba.

Le contó historias sobre cómo fue ella quien alentó a James a jugar esperando tener al chico Potter fuera de problemas, pero eso no funcionó. Seguía siendo un problemático con un impresionante talento para Quidditch. Milo siempre disfrutaba las historias que Minerva le contaba de sus padres cuando eran estudiantes. Cuán inteligente era Lily, lo bobo que podía ser su padre, y cómo no se aguantaban al inicio. Eso siempre le hacía reír, porque era obvio que lo superaron eventualmente o él y Harry no habrían aparecido de no ser así.

Pensando en su madre y sus padres, Milo sintió una oleada de confianza, empezando la primera jugada. Lo pusieron en la posición de cazador, justo como su padre y quería algo a lo que pudiera aferrarse para conectarse con James.

BROTHERHOOD ⟶ Harry Potter [ESPAÑOL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora