3. "¿Dónde esta papá"?

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Pasaron 5 años de la separación, Sara sin dudarlo consiguió un trabajo estable, lo poco que conseguía era para darle a su hijo tan amado, ella solo quería lo mejor para él.

Lyan: "A pesar que yo, siendo hombre acepto que el sacrificio de una madre es fuerte, aún más por esos hombres que abandonan a sus hijos, cabe recalcar que no todos son iguales, eso si."


5 de marzo del 2007, Sara se dio su tiempo del trabajo para acompañar a Lyan a su primer día de clase.

- No estés nervioso cielo - mientras lo agarraba de la mano derecha - Si tienes algún problema me lo puedes decir - Sara se refería al nuevo entorno en el que conviviría su hijo.

Lyan no quitaba la mirada de una pareja con su hijo, comenzaron a crearse dudas en su cabeza y decidió preguntarle a Sara.

- Mami, ¿por qué solo estamos los dos cuando los demás son tres? - Volteo la cabeza observando a una pareja con su hijo - ¿dónde esta papá...? -

Sara por un momento no dijo nada en absoluto, no quería que sepa la verdad, al instante decidió caminar hacía la maestra encargada del curso, mientras le cambiaba de tema.

- Cielo aquí traje tu almuerzo para el recreo - Sara le dijo mirando a un costado - No te vas a olvidar de comerlo o perderlo... -

Revisando su cartera que colgaba de su hombro derecho, saco una funda con una fruta y un jugo, le salio una lagrima que recorrió toda su mejilla, pensando en el abandono por parte de Nicolás.

- Ten cielo... - extendió la mano con el almuerzo, con la voz entrecortada - m...más después tendrás tiempo p...para comerlo... -

Lyan simplemente guardo en su mochila lo que le entrego la mamá, olvidando un poco la pregunta y le respondió.

- Gracias mami - mientras la abrazaba fuerte - Te quiero mucho -

Sara simplemente aguanto sus lagrimas, esto hizo que se calmara, solo lo abrazo mientras le dijo a la maestra.

- Se lo dejo a cargo señorita... - Le salio una sonrisa con los ojos aún empapados - Ten mucho cuidado cielo - se despide con un beso en la frente - vengo a la salida... -

La profesora agarro a Lyan de la mano mientras reaccionaba de la misma manera a Sara, con una sonrisa.

- No se preocupe, su hijo está en buen cuidado junto a los demás - respondió a Sara.

Lyan no hizo más nada que solo observar como se retiraban los padres de los demás niños, apenado por saber donde esta papá.

Una vida no tan malaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora