5. "Mi amigo Darío"

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Lyan estaba contento por su primera amistad que escucharía de sus problemas, a pesar que no decía nada.

Darío decidió ir a sentarse en aquel lugar apartado donde se encontraba Lyan, demostrándole su interés de amistad.

- Me sentare aquí - mientras cargaba su pupitre - te has de sentir mejor en este lugar -

Lyan solo observaba con más confianza a aquel amigo, lo cual decidió preguntarle mientras miraba su cuaderno en blanco.

- ¿Tú tienes papá Darío...? - comenzaba a garabatear el cuaderno sin razón alguna.

- Todos tenemos un papá - miraba al cuaderno en el que Lyan se encontraba garabateando - ¿acaso no tienes? -

Es lo que siempre se preguntaba Lyan, ninguna persona le daba la respuesta, por suerte Darío le hizo entender que todos tienen uno.

- Yo no se nada de mi papá... - respondió con poco interés - pienso que está muerto -

Darío noto lo que pasaba, decidió siempre estar ahí dándole aliento hasta que sepa de su padre.

- No pienses eso, no lo sabemos - mientras acomodaba sus cuadernos para empezar a escribir - debes preguntarle a tu mamá, hasta mientras a hacer los deberes -

Pasaron las ultimas horas de la clase, llegaban los padres y madres a retirar a los compañeros del aula, por otro lado el se sentía triste.

- Ya es hora de salida - Darío miraba de lejos a su mamá - ya vinieron por mí -

- Yo seguiré esperando a mi mamá, dijo que vendría por mí - muestra una risa.

Darío mientras caminaba hacia la mamá, le grito a Lyan.

- ¡¡No vemos luego!! - acompañado con un gesto de despedida.

- Esta bien, hasta luego - sentado aun en el pupitre Lyan - cuidate -

Espero unos minutos más, los demás compañeros se retiraban uno por uno, la maestra se le acerco a acompañarlo.

- ¿Cómo vas príncipe? - mientras acariciaba a Lyan - ya han de venir por ti -

Lyan solo observo a su alrededor sin ya nadie y preparo su mochila para estar listo.

- Esta bien maestra, estoy esperando a mí mami... - con poca alegría mirando a la puerta de salida - espero que no se demore -

A unos 3 minutos llego Sara y de inmediato lo retiro dándole las gracias a la maestra por estar con Lyan.

- ¿Cómo estuvo tu primer día cielo? - con una sonrisa miraba a Lyan.

- Muy bien, conocí a un amigo - le respondió a la sonrisa - se llama Darío -

Lyan solo mentía al decir que la paso bien, "mañana será un mejor día" es lo que decía a cada instante.

- Muy bien - con una alegría le exclamó - lo ves, ya tienes un amigo, mañana conocerás más amigos -

- Eso espero mami... - con el aliento por los suelos le respondió.

Sara no dijo nada en absoluto, para que Lyan no se sienta presionado, seguían caminando a casa.

Una vida no tan malaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora