Olvídame

17 1 0
                                        

Se fue.

Se fue y ya no volverá jamás.

Tres veces ella se marchó

y tres veces quise negarlo yo.

La primera bien la vi marchar,

sin importarme a dónde fuera.

La segunda fue más dura que la primera;

volvió para algunos, para mí, nunca más.

Y la tercera fue el golpe fatal.

Lo intenté, porque dos veces lo negué,

lo intenté, porque no quería desaparecer

de su vida, nunca y para siempre.

Le mostré una flor ridícula, pero flor,

sacó su cuchillo, lo clavó y retorció,

un cuchillo con nombre de dolor,

de rabia, de odio, de desesperación.

O, en su caso, de indiferencia,

castigándome cruelmente con su ignorancia.

Y en el suelo todo lo llena mi sangre,

sangre que repetía una y otra vez la palabra,

sangre que dolía, sangre que decía:

"Olvídame"

Equilibrio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora