Mi último día en el internado

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Voy recorriendo los pasillos de este viejo internado, uno por uno como despedida, viendo cada rincón, cada grieta, cada escalón y cada puerta vieja que me recibía día con día a mis labores estudiantiles y deberes ordinarios. Desde que tengo memoria noté como el tiempo se iba comiendo este lugar, como la pintura de las paredes se iba acabando y como los niños unos pocos se iban llendo y otros pocos llegaban, En mi caso yo me iba.

Hace un par de semanas recibía la noticia de que una pareja joven me quería conocer. Por una parte fue una gran noticia para los demás niños y niñas de aquí, pero para mí fue una noticia que por una parte me alegro pero por otro lado no le quería dar mucha importancia pues ya había Sido testigo de cómo niños de mi misma edad habían Sido adoptados y a los pocos días o meses eran regresados por su mal comportamiento o simplemente por qué los padres adoptivos no lograban entender el carácter de un casi adolescente en desarrollo.

Al pasar los días desde aquella noticia vi que la cosa iba en serio pues ya me habían visitado un par de veces aquella pareja joven que a lo que me habían contado tenían planes de comenzar de cero, pues ya habían intentado muchas veces eso de tener un bebé en casa pero no tenían respuesta alguna.
Al despertar por la mañana me despedí de mis amigos del internado y comencé a dar una vuelta olímpica por el lugar en forma de despedida y al ir recorriendo cada rincón me daba un poco de nostalgia, pues en cada salón y cada pasillo tenía Miles de anécdotas que podría contar, un sinfín de acontecimientos que marcaron para bien y para mal mi infancia. Al ir caminando por los pasillos me voy topando con compañeros de clase y otros niños que día a día miraba con despiste sin saber que esta vez sería la última vez que me verían, les dedicó una sonrisa y sigo a mi paso.
Regreso a mi cuarto y comienzo a empacar las pocas pertenencias que adquirí aquí mismo como un par de libros y mi poca ropa que quizás no llegue a utilizar más, pues - Diana - mi madre adoptiva me dijo que Miles de vestidos y ropa nueva me esperarían en mi nuevo hogar. No soy muy fan de los vestidos, me gusta más la ropa casual. no quise dar un gesto de desagrado, pues cuando me dijo eso fue unas de las primeras visitas y no quería que se arrepintieran y me dejaran de venir a ver.

Ya con todo listo me dirijo a la sala de la directora. Ahí me esperaban - Martin y Diana - "mis padres adoptivos" y blanca mi mejor amiga del internado quien esperaba con gran tristeza y alegría a la vez.

— Amiga! — Le digo en voz alta y le abrazo por última vez.

— Te voy a extrañar blanca. —

—Y yo a ti, prométeme que me llamaras cada día. —

— Si, te lo prometo. —

Diana nos mira conmovida y voltea a ver a ver a Martin cómo diciéndole.  —que lindas se ven las dos. —

—Muy bien. —  Dice la directora mientras me mira y me sonríe.
—Es hora de firmar una última cosa y se podrán ir. —

Diana sonríe con extrema alegría y se acercan al escritorio de la directora para firmar un par de papeles.

— Mucha suerte Nicol. —  Me dice la directora mientras me toma de la mejilla y me regala una gran sonrisa.

Salimos de las instalaciones con blanca y la directora acompañándome hasta la puerta con mis nuevos padres, miró un gran auto esperando en la entrada y es cuando Diana dice. - muy bien, es hora de ir a casa.

Subimos al auto los tres y solo veo como voy dejando a tras a blanca y a un aún sinfín de historias que ahora solo quedan en mi mente.

EL CUARTO DE AURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora