Capítulo 1.

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Hoy como todas las mañanas me dirijo hacía la oficina, había terminado mi carrera hace poco más de un año y gracias a mis buenas notas y recomendaciones fui contratada en una prestigiosa empresas en Italia, el director del área de diseño recibió una propuesta de trabajo así que decidió dejar el puesto. Hicieron una convocatoria para el puesto el cual finalmente terminó siendo mío.

Hoy llegaban nuevos inversionistas a la empresa, el dueño de la empresa aún no nos decía quien era pero al parecer era alguien importante pues la sonrisa en su rostro no ha desaparecido en días.

Al llegar baje de mi auto y me dirigí hasta la entrada del gran edificio, por alguna extraña razón la mayoría del personal hablaba español, cosa que les agradecía pues me hacían sentir en casa.

Subo al elevador y presionó el piso indicado, algunos segundos después las puertas se abren. Mostrando al señor Rodrigo el dueño de la empresa, al lado de él hay un hombre bien vestido, por algúna razón se me hace familiar.

— Que bueno que llegas Elizabeth, te quiero presentar a uno de nuestros nuevos inversionistas - entonces él gira.
— Él es Sebastián Peters - mis ojos no creen lo que estoy viendo.

Después de tanto tiempo, Sebastián esta frente a mí.

Una chica nos interrumpe.

— Disculpé señor Rodrigo, la junta esta por comenzar y es necesaria su asistencia - dice la chica con un toque de amabilidad.

— Claro, ¿Elizabeth podrías darle un recorrido a Sebastián?

— Con gusto.

— Fue un gusto conocerte Sebastián, espero me disculpes por esto - dice el señor Rodrigo un poco apenado.

— No se preocupe, se que quedo en buenas manos - su mirada se dirige a mí.

— Nos vemos, con permiso - sin decir más se va.

— Hola hermosa - una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Sin notarlo estaba en sus brazos, extrañaba tanto ese calor familiar. Necesitaba un rostro conocido después de tanto tiempo.

— Hola - respondí a su saludó.

— Te vez tan mayor, los años te sentaron de maravilla - la sonrisa en mi rostro no se borra.

— Gracias pero debo mostrarte la empresa, así que sígueme - él asiente y comenzamos a recorrer los pasillos de la empresa.

Le habló un poco sobre lo que hacemos y también un poco sobre la historia de la empresa. Sebastián se dedica sólo a prestarme atención, la mañana la pasamos recorriendo el lugar y conversando un poco.

— ¿Dime que fue de ti después de que te fuiste? - pregunta sin rodeos.

— ¿Cómo sabes que me fui? - una pequeña risa sale de sus labios.

— Se te olvida quien soy - ahora soy yo quien ríe.

— Realmente sólo me dediqué a estudiar, quería ser la mejor de toda la universidad así que todo el tiempo me la pasaba haciendo tarea o algun pendiente. También tomé algunas clases de dibujo y pintura. Cuando me gradué comencé a trabajar aquí, gracias a una oportunidad estoy en el puesto de director de diseño - habló con orgullo.

— Eso es tan aburrido - sin poder evitarlo ambos reímos.
— ¿No ibas a fiestas universitarias, no bebías hasta la madrugada, no te saltabas clases, o al menos hacías algo interesante? - de nuevo reí.

— No, no hice ninguna de esas cosas ni nada por el estilo. Era una chica dedicada a los estudios - la sonrisa en su rostro crece.

— Por algúna razón no me sorprende - veo que observa el reloj en su muñeca.
— Son casí las dos de la tarde y estoy muriendo de hambre - una pequeña risa escapa de mis labios.

Divorciada Del SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora