paso 3; si el amor es una pérdida de tiempo, lo gastaré en ti.

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La música se hacía cada vez más lejana a medida que la pareja avanzaba por los pasillos del lugar tratando de encontrar una salida del mismo. Mark tuvo una fiesta sorpresa después de todo, pero ésta simplemente se salió de control y ya no le interesaba demasiado estar en ella. Probablemente la mitad de los extraños que se encontraban frotando sus cuerpos con los de otros como si no hubiera un mañana les importaba mucho menos la presencia de la única razón por la que había una fiesta, en primer lugar. 

Su desinterés principal era el estado de su novio, en realidad.

YuGyeom no había ingerido la gran cosa de alcohol, pero la emoción de los asistentes le había transferido un estado bastante energético que causó desconfianza en el mayor. Cuando éste le mencionó sobre su inquietud, el menor de inmediato volvió a la normalidad y se puso en marcha para volver a casa.

Mark se encuentra molesto. No con el chico, si no consigo mismo. YuGyeom se había estado divirtiendo junto con toda la muchedumbre, bailando y conversando sobre cualquier tema que estuviera en tendencia, mientras que él se refugió en un sofá; tomando un refresco que compró antes de ir a la reunión y jugando con alguna aplicación que estuviera en su móvil. La diferencia entre los dos era bastante obvia.

La mayor inseguridad que ha tenido desde que su relación comenzó fue incompatibilidad entre sus edades; YuGyeom estaba en sus plenos diecinueve años, interesado en disfrutar de su reciente mayoría de edad, romper reglas, divertirse, juguetear y Mark, por otro lado, tenía veintitrés años, enfocado en sus estudios, organizar su vida, gastar su tiempo frente al escritorio de su trabajo ya que con éste podía costearse sus viajes al extranjero. Tres años años después, las cosas no eran muy distintas. Cada uno vivía en un mundo opuesto, pero se esforzaban por entender el del otro. Jamás se forzaron en cambiar, solo en conocer.

Y a veces, Mark se sentía terrible.

YuGyeom podría estar mejor siendo lo que es, un adulto de casi veintiuno haciendo cosas que haría un adulto de casi veintiuno. Disfrutando con sus amigos, teniendo aventuras, no preocupándose por el futuro hasta que éste le caiga encima. 

Cree que de alguna manera, le ha arrebatado todo eso, su juventud, para amoldarse a su vida de adulto aburrido. Solo algunas veces piensa que lo casa, porque no hay nada interesante que pueda encontrar en él aparte de tener buen sexo y la emoción de estar con alguien mucho mayor. 

A veces, siente que solo es una clase de diversión para el menor y en cualquier momento va a perder la emoción y lo dejará.

— ¿Estás bien, yeobo? —Habían logrado encontrar una puerta en la cocina que conducía al patio trasero, cuando el aire fresco y libre de todas las sustancias que contaminaron el del interior del lugar y las luces se hicieron más claras sobre sus rostro, YuGyeom notó una expresión bastante preocupante en su pareja. — ¿Quieres vomitar?

— La Coca-cola no es como el alcohol. —Respondió tratando de recrear un tono divertido, pero solo salió una voz muy distorsionada. — Estoy agotado, es todo.

Mark trató de avanzar, pero al fin y al cabo sus manos seguían entrelazándose en un fuerte agarre y YuGyeom permaneciendo inmóvil no le permitió ir muy lejos sin regresar como un yo-yo. Sus cejas se fruncían en una expresión preocupada y tenía un característico destello en sus pupilas que solo se iluminaba cuando el mayor le miraba a los ojos.

 — ¿Qué está mal? —Insistió, con voz más suave.

YuGyeom había estado leyendo el artículo entero de la página, así que apenas notó el humor de su novio, se enfocó en él. Desde hace unos días se percataba de muchos detalles sobre éste, como la manera en que apretaba sus labios cuando no se sentía cómodo o el ligero rubor en sus mejillas cuando se encontraba cerca de él, tan tenue que si no te encontrabas en la distancia adecuada no podías notas.

— ¿Estás bien conmigo?

— ¿A qué te refieres?

Mark se cruzó de brazos y sacudió la cabeza.

— No lo sé..., a veces pienso que no estoy a tu alcance.

YuGyeom sintió como se le contraía el corazón en su pecho.

— Eso no es cierto.

— Lo sé. —Balbuceó. — Solo creo que deberías estar a dentro dividiéndote con los demás, estabas pasándola muy bien antes de empezar a molestarte.

— Pero, ahora estoy contigo.

—  Te gustan las fiestas, bailar en ellas, estar en ellas. A mí no. Y estás aquí por mí. No porque quieras hacerlo. —Mark insistió. — ¿Realmente prefieres estar aquí en lugar de estar adentro?

Y ahí lo supo, por supuesto, Mark no tenía ni idea del gran novio que era YuGyeom. El último sabía que no lo mencionaba seguido, un consejo del artículo le hizo percatarse de éste detalle y trató varias veces de formular las palabras adecuadas para expresar lo que sentía, pero fallaba. Había comenzado a creer que el chico lo entendía, pero no creyó que podía tener tal inseguridad al respeto. 

Decir: «Eres un novio grandioso» lucía insuficiente para hacerle entender todo lo que significaba para él, así que intentó de explicarle porque lo era.

— Hogar no es  una casa de cuatro paredes, es tus ojos y tus brazos. —Se abofeteó mentalmente por la falta de sentido que tenía lo que dijo. — Es cálido. No me gusta el frío, pero es así como me siento cuando no estoy contigo. ¿Puedes entenderme?

» Me gusta estar cómodo y calientito, por eso estoy contigo ¿sabes? Tú me diste un lugar bonito para cuando yo no tenía más que noches en diferentes bares y una vida a punto de caer por un barranco. No necesito las fiestas, te necesito a ti.

Mark tragó saliva y bajó la mirada, YuGyeom tomó su rostro entre las manos y le besó con cariño los labios. El mayor enredó sus dedos en la melena contraria y lo atrajo aún más, su espalda tocó la pared y una de las manos del menor se sostuvo de ésta.

Cuando se separaron, sus miradas se conectaron; brillantes y llenas de amor.

— Tengo miedo de que solo estés perdiendo el tiempo.

YuGyeom negó, aún con las manos de Mark sobre su cuello.

— Sí el amor es una pérdida de tiempo, lo gastaré en ti, en ese caso. —Acarició su labio inferior con el pulgar tembloroso. — Vales la completa pena para mí, no hay otro lugar en el que quisiera estar que no sea contigo, hyung.


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―como ser un romántico (y no morir en el intento, con algo de suerte).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora