paso 9; ¿practicamos la noche de bodas?

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Luego de Mark diera el 'sí', hubo una gran celebración junto a sus demás amigos. La pizza fue compartida entre todos, mientras las felicitaciones no terminaban.

— ¡Si tiene hijos, háganme su tío! —Gritó JaeBum.

— ¡Muy tarde! —Dijo JinYoung. — Ese puesto es mío.

YoungJae bufó desde el otro lado de la mesa, tomando un largo trago de su cerveza.

— ¿Y a ustedes que los hace pensar que serán los escogidos?

El trío empezó a discutir las razones por las que deberían ser los tíos, mientras los recién comprometidos reían desde un sofá individual por su riña.

— ¡Aún no hemos decidido nada, chicos! —Les recordó Mark, pensando que eso iba a calmarlos, pero solo logró que los que no se incluían en la pelea lo hicieran al ver que tenían oportunidad.

— Déjalos. —Dijo YuGyeom mientras besaba su nuca y luego escondía su cabeza en ésta, olfateando el dulce aroma del mayor.

Mark no podía esconder su felicidad ante todo lo que estaba sucediendo, teniendo una sonrisa que no se desvanecía por ninguna de las actitudes de sus amigos. 

Observaba, acariciaba y jugaba con el anillo en su dedo, aún sin poder creérselo. Luego sentían las manos de su ahora prometido acariciando su espalada, haciéndole saber que todo era real y que no va a despertar de aquel sueño tan hermoso.

Lo amaba, lo amaba tanto.

Iba a pasar el resto de su vida con la persona que más amaba, con quién sentía que todo su mundo estaba perfecto. Para cuando los días se sientan pesados y el cansancio esté consumiendo, solo necesitará verlo sonreír para saber que estarán bien. Aunque las cosas se vuelvan difíciles, sus corazones adoloridos y las palabras afiladas, los dos regresarían al inicio, donde sanarían las heridas del otro y recordarían lo bueno que era estar en casa.

Mark no pudo evitar soltar alguna lágrimas cuando estuvieron finalmente solos, porque sus alegría y abrumación lo estaban llevando hacia sus limites. Quería gritar y aplaudir, bailar como loco hasta que sus pies se caigan. Su emoción era más grande que su cuerpo.

YuGyeom sonrió cuando lo vio, frotando su rostro pero sin borrar aquella hermosa sonrisa.

¡Le dijo que sí! El menor tampoco se quedaba atrás en cuanto a felicidad se refería, estaba chillando en su interior pero intentaba contenerse. Todo el esfuerzo había valido la pena, las noches sin dormir y pegar uno a uno los papeles en las paredes. 

Porque ver las lagrimas de alegría de su novio lo hacía tan feliz.

YuGyeom lo atrajo a sus brazos, besando aquellos dulces y suaves labios que lo tenía adicto, saboreando el salado sabor de sus lágrimas. Abrazó su delgado cuerpo, mientras acariciaba sus mejillas, cuello y deslizándose por sus brazos y creando su propio recorrido. Mark le correspondió al jalar de sus cabello, soltando un muy ligero gemido cuando sus labios se vieron mordisqueados por el menor.

— Te amo, te amo, te amo y te amo. —YuGyeom jadeó antes de volver a unir sus labios, Mark estaba siendo travieso acariciando la parte baja de su cintura, robándole sus suspiros al menor.

— Tenemos que esperar hasta la noche de bodas. —Dijo el mayor, jadeando cuando logró separarse un poco del menor. Sus cuerpos habían empezado a entrar en calor, por lo que sus frentes brillaban gracias a las gotitas de sudor que desprendió su piel.

— ¿Practicamos?

Ambos sonrieron y volvieron a unir sus bocas, ahora con mucha más intensidad.


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―como ser un romántico (y no morir en el intento, con algo de suerte).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora