10.- Joker

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No es lo mismo estar jodido que estar jodiendo


— oye, Iridian...

—...

— Sé que estas escuchando— nada. Ese rubio idiota me está ignorando desde que estuve en sus sueños— no seas exagerado, no fue para tanto— él me sigue ignorando. No me importa mucho, no me arrepiento de nada de lo que hice. Ahora tengo más cosas para molestarlo.

¿Te interesa saber porque quiero molestarlo?

Simple, porque no me deja en paz tampoco. Sus pensamientos son molestos, y en serio odio que me esté llamando cosa. Es una simple venganza por su comportamiento, dos podemos jugar el mismo juego, aunque debe tener en cuenta con quien está queriendo jugar. Solo es por eso, y porque me gusta molestar a los humanos, cosa de pesadillas, nada personal. Los humanos no me han hecho nada para que les odie.

Que aburrido. Han pasado casi tres semanas desde eso. Claro que no dejo que me ignore del todo.

— ¿Qué estás haciendo ahora?

— ¿umm? Cocino ¿no es obvio?

— meter las manos al aceite caliente no es cocinar, estúpida cosa.

— vaya... creo que todavía tengo algo que aprender ¿Quién lo diría?— vale la pena soportar un poco de dolor, que al final de cuentas, ni es tanto, con tal de que no me ignore— ya que estamos, creo que ese aparato está mal.

— ¿la cafetera?

— sí, sufrió un accidente.

— ¿Un accidente?— me ve, en sus ojos veo la molestia. Ah, pero que curioso eres, ¿Qué paso con la cafetera? Sencillo, se cayó accidentalmente cuando mi mano la toco— tú eres un maldito accidente.

— ¿En serio?— pongo una expresión triste, mirándole con toda la ingenuidad que puedo, lo cual es mucha, soy quizá el mejor actor que encontraras alguna vez. Iridian solo se da la vuelta y sale casi corriendo de aquí. Ah, que divertido. Déjame decirte lo que le pasa al rubio imbécil: Ya no puede verme como una pesadilla, no por completo.

Lo intenta, en serio intenta odiarme, decirme todas esas cosas desagradables que me decía antes, pero solo tengo que poner una expresión como la de antes, y él se larga con la cola entre las patas.

— deja de hacer estupideces.

— ah, me aburro tanto. ¿Por qué no salimos?— Iridian suspira. Escucho sus pensamientos, él también necesita salir. Está frustrado porque le he mantenido lejos de lo que le gusta, porque siente que no puede ir a su cuartel. A mí no me molesta ir, de hecho, las conversaciones con Hackett son bastante interesantes.

— No tengo todo tu tiempo— gruñe, desde la puerta.

— claro que lo tienes. No tienes otra cosa que hacer— tampoco hay noticias sobre Alice y Hattely, y eso le pone de mal humor también.

— ¿y de quien es la culpa?

— Mía no. como sea, tú puedes verlo como perder el tiempo, pero es realmente importante todo esto— digo, intentando picarle un poco con mis palabras. Aun no le he dicho todo lo que se, todo lo que puede saber. Y no porque no quiera, sé que aún no confía del todo en mí, además, como ya te dije, es más divertido molestar. Él me ve cuando salimos, suspira y un montón de pensamientos de alivio me llenan la cabeza, los dejo pasar. Todos le reafirman que yo no soy Lev, porque Lev nunca salió, no tiene recuerdos de Lev estando en la calle, aunque de vez en cuando piensa en que así serían las cosas si Lev hubiera salido en algún momento.

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