five

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Y ahí estaban ambos recién despertándose. JiSung no había parado de moverse en toda la noche por lo cual MinHo no durmió tan bien a excepción de cuando Lee abrazó al menor. Solo en ese momento JiSung guardó calma y se quedó quieto hasta que dejó de abrazarlo, ahí volvió a moverse.

—A la próxima duermes con SoonIe —demandó el mayor mientras estiraba sus brazos hacia arriba, cerrando sus ojos con algo de sueño aún. —Te mueves muuucho.

Han sonrió divertido mientras se posicionaba rápidamente detrás del mayor para poder cruzar sus brazos y manos en la cintura del mayor en forma de abrazo.

—Quedémonos un ratito más —pidió Han mientras apoyaba su mentón el el hombro del mayor, ambos estando sentados en la cama.

MinHo soltó un pequeño suspiro mientras pensaba en si era buena idea o no arriesgarse a que JiSung se siguiera moviendo como ardilla con epilepsia.

—Está bien, Sunggie.

Y solo ahí con esa respuesta, Han volvió a su posición en la cama, cubriendo hasta su nariz con las sábanas mientras veía con ojos curiosos al mayor. Lee no pudo evitar sonreír con cierta ternura al ver la tierna imágen de un JiSung tapado hasta la nariz y viéndole con aquellos redondos pero rasgados ojos. Era definitivamente lo más tierno que había visto en su corta vida.

—Venga —palmeó el menor a su lado mientras dejaba caer sus párpados por sus ojos, cerrandolos delicadamente.

MinHo sin rechistar se acostó al lado del menor y se cubrió con las sábanas, observando con mucho detenimiento al menor. Posó sus pequeños dedos en los cabellos de Han para poder quitar los que estorbaban en su frente.

JiSung abrió sus ojos nuevamente encontrándose con el rostro del mayor, mirándolo con adoración y suavidad.

—Hyung

—¿Qué pasa, Sunggie?

El nombrado se levantó un poco para poder estampar sus labios con cuidado sobre la mejilla de Lee, quién no pudo evitar sentir mil y un hormigueos en su estómago. Estaba sin dudas muy contento, aparte de que sus amigos no aparecen hasta las doce del día JiSung estaba demostrándole su cariño y afecto... La persona a la cual también le tenía mucha adoración.

—Mhg, me dan diabetes —exageró el mayor mientras ponía una de sus manos en su corazón, haciendo como si algo estuviera doliendo allí.

Han rió divertido mientras se acercaba y rodeaba los hombros y cuello del mayor con sus brazos, apegandolo a su cálido cuerpo. Lee cruzó sus brazos por la cintura del menor, también abrazándolo. Ambos optaron por cerrar sus ojos finalmente y así estuvieron toda la mañana. Compartiendo el calor corporal y uno que otro besito en la mejilla y/o frente.

Levántate de la maldita cama, Lee MinHo.

Finalmente abrió sus ojos sintiendo su corazón al borde del colapso. Otra pesadilla. Parpadeó un par de veces al ver que JiSung ya no estaba a su lado, ni en su cama, ni en su habitación. Se sentó rápidamente en la cama tocando con una de sus manos su frente, soltando un gran suspiro.

Hasta que te despiertas, uh. —Su amigo estaba ahí, parado en los pies de la cama mirándole con aires de grandeza.

—¿Qué quieres? ¿O solo te quieres hacer el amistoso conmigo?

Sabes como soy, MinHo. No buscaré nada a cambio ni te necesito para algo. Solo vine a despertarte... —habló.

Era cierto. En su cabeza habitaban tres de sus amigos y a veces venía él. Él era distinto, se podría decir que lo cuidaba, era extraño. No era tóxico y destructivo comp lo eran los otros tres, eran como los policías malos y el policía bueno.

—Gracias... —susurró mientras se levantaba de la cama, cerrando sus ojos por un momento. —¿Sabes donde está Sunggie?

El otro asintió con su cabeza mientras se bajaba delicadamente de la cama del contrario, caminando hasta la puerta para salir por esta misma. Lee se alzó de hombros y lo siguió con algo de inseguridad interna, y sonrió suavemente al ver que Han estaba hablando animadamente con su madre.

—Cariño, ya despertaste —la madre de MinHo sonrió mientras se levantaba del sofá e iba directamente a abrazar a su hijo.

Lee abrazó el cuerpo de la más bajita solo por un par de centímetros. Le hubiera gustado crecer más, quizá en un futuro crecería aunque sean cinco centímetros.

—Buenos días, Ma —saludó mientras su mirada se posaba en su alucinación, quién estaba mirando detalladamente a JiSung. —No lo mires —susurró por lo bajo, a lo cual la señora Lee alzó una de sus cejas, sin comprender.

—¿Mirar a quién?

—No, nada ma.

Tienes buen gusto, Lee.

—¡Te dije que no..! —pone una de sus manos en sus labios, nervioso.

Han miró al mayor sin comprender bien lo que estaba pasando, ¿a caso su mayor estaba viendo a alguien que ellos no podían ver?

—¿Hyung? ¿Quién está mirando qué? —cuestionó mientras se levantaba de igual manera para poder acercarse al mayor.

Lee negó con su cabeza repetidas veces, no queriendo decir nada. Su corazón de nuevo se estaba acelerando, y es que le estresaba que ahora, todo lo que veía le molestara. Sí, era tonto estar celoso de una de sus alucinaciones pero se sentía mal aquella presión en su estómago.

—Es viernes... —vaciló mientras soltaba un suspiro nervioso. —Deberíamos ir a clases, se nos hará tarde luego —entró a su habitación sin decir ni una palabra más.

—Necesita sus pastillas, pero insiste en que está bien sin tomarlas —la señora Lee rompió el silencio, girandose ahora para ver a Han. —¿Podrías hacer que se tome aunque sea una ahora?

JiSung asintió con su cabeza, decidido. “Hora de ayudar a MinHo Hyung” pensó, como si de una misión de un videojuego de guerra se tratase.

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