Durante el viaje pienso en el incidente de antes. Estoy acostumbrada a chocarme con la gente pero lo de hoy fue brutal; creo que escuché un CRACK cuando le di. Espero no haberle lesionado... Quiero decir, vale que tiene parte de culpa, pero tampoco pretendo hacer daño a nadie. Igual es un desconocido así que dudo que lo vaya a volver a ver. Me da un poco de pena eso, estaba buenísimo.
Mientras pienso esto el autobús para en la tercera o cuarta parada y se suben varias personas. Como casi no hay asientos libres se ven obligadas a sentarse con otros en parejas y enfrentados. Esto me resulta súper-gracioso. En el caso de los asientos del bus o del tren o del metro las personas nos comportamos como los electrones en las órbitas de los átomos: entre una fila de asientos con una persona sentada y otra totalmente libre elegiremos la libre, y así todos hasta que, por narices, hay que compartir fila, en cuyo caso nos iremos al extremo opuesto de donde está la persona.
Hasta este día no he visto que no ocurra, con la excepción de cuando hay una chica guapísima y algún descolgado va y se le sienta al lado, lo que suele incomodar a la muchacha. No vi que ocurra lo mismo con chicos lindos, o al menos no me di cuenta. Me gustaría pensar que yo haría eso, que me situaría al lado de algún chaval atractivo, pero sé muy bien que no. Al fin y al cabo me g-
Una señora con exorbitantes cantidades de perfume de sandía se sienta al lado mío. El abrumador aroma domina el aire a mi alrededor, contamina cualquier sustancia respirable y me veo obligada a cancelar mis procesos de pensamiento consciente para reducir el posible daño psicológico que me pueda causar pensar en este sufrimiento.Veinte pasivos minutos después llegamos al intercambiador y agradezco a todas las deidades que me sé la capacidad humana de desconectar.
Como siempre hay mucha gente en las escaleras mecánicas, pero no suficiente como para detener a la gran yo, experta en bajar escaleras a toda pastilla entre la multitud sin morir en el intento. Esquivo hábilmente a los que bajan despacio, camino hasta el andén de la vía 1 y entro en el tren que estaba justito cuando he llegado yo.
Si voy tan bien ahora me da la sensación de que voy a bordar lo que sea que haga hoy, que es, seguramente nada.
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El Siempre Que Nunca Conocí
RomanceEria es muchas cosas: alegre, optimista, lista, simpática, desordenada... Pero si hay algo en lo que siente que falla es en tener una pasión en la vida, algo que quiera hacer por encima de cualquier cosa. ¿Qué pasará cuando encuentre a un alguien in...