Una vez dentro de la casa, volvimos a besarnos con amor y tranquilidad, con ternura, caminábamos lentamente hasta el cuarto. Una vez que choque contra la cama y cai en ella, mire a Ashton con miedo.
-No haremos nada si no quieres-susurro mirando mis ojos.
-Solo apaga la luz-dije finalmente. Claro que tenía miedo, mis marcas, mi cuerpo era asqueroso.
-Eres hermosa-dijo una vez que se encontraba posicionado entre mis piernas, seguimos besándonos. Sus manos iban de mí cintura al dobladillo del vestido y volvían a pasar por mi cintura y estomago.-¿Estás segura?-susurro ahora mirándome, solo asentí y bese su mentón.
Poco a como levanto mi vestido hasta quitarlo del camino- Eres hermosa-volvío a repetir tocando con delicadeza las marcas de mi abdomen. Me sonroje y sentí sus besos en mi cuello. Me sobresalte al escuchar mi teléfono, me estire y lo tome, era Michael, solo colgué y lo apague.
-Te amo-dije ahora abriendo la camisa de Ashton y quitándola del camino. Poco a poco la ropa fue desapareciendo hasta estar completamente desnudos. Sentí a Ashton estirarse y tomo del cajón un preservativo.
-Dolerá…-dijo mirándome- pero estoy aquí contigo, si quieres que pare solo lo dices mi amor-beso mi frente y asentí.
Ashton comenzó a entrar en mi con tranquilidad y despacio, sentí mis ojos llenarse de lagrimas, pero no era tan fuerte el dolor, mi respiración se entrecorto. Ashton se quedo quieto, seguíamos mirándonos a los ojos con ternura y comenzó a besar las silenciosas lágrimas que salían de mis ojos. Poco a poco el dolor fue reemplazándose con placer. Me rendí frente al hombre que amo, me entregue en cuerpo y alma, y eso era lo que importaba.
Él y yo, juntos. Por siempre y para siempre.
Los golpeas a la puerta me despertaron mire el reloj eran las cinco de la madrugada, Ashton se despertó sobresaltado y me miro, se levanto y se coloco los bóxers, mientras me colocaba la ropa interior y la camisa que le había quitado a Ashton anteriormente. Camine al baño mientras él iba a abrir, me asuste al escuchar las voces de mis amigos, camine con miedo y todos me observaron, me sonroje y corrí a mi cuarto. Luego de unos minutos la puerta se abrió mientras me vestía, apareció Ashton.
-Amor…-me miro- ¿Estás bien?-dijo observándome, solo asentí y él hizo una mueca- Vístete, tenemos que ir al hospital. Tú papa…
-¿Qué sucede?-dije asustada
-Está muriendo y quiere verte-finalizo, no sé cómo hice pero en menos de cinco minutos estaba vestida.
Al llegar al hospital corrí donde Michael. Lenna, al verme llegar, se tiro a mis brazos y me envolvió para sollozar sobre mi hombro, me quede parada, estática, sin tocarla, sin abrazarla, estaba sorprendida, cuando por fin reaccione la envolví en mis brazos y le di consuelo. Luego de unos minutos mi madre salió de la habitación y me hizo entrar.
-Hola-dije sentándome a su lado.
-Cielo…-dijo finalmente
-Sabes que odio que me digan cielo Erik-dije finalmente, él hizo una mueca.
-¿Me perdonas?-susurro sin aliento.
-Ahora que estas muriendo y te sientes culpable pides perdón-dije finalmente- Eres mi padre Erik, aunque hayas sido una… mala persona conmigo eso eres y siempre habrá un poco de amor para ti-dije finalmente, lo escuche sollozar y finalmente me abrazo. El único abrazo que recordaría toda mi vida de él, y fue cuando finalmente estaba muriendo.
Esas ultimas horas, estuvimos mi madre, Helenna, Lenna, Michael y Mandy con él, siendo la familia más unida que nunca, mi padre con sus dos mujeres y sus tres hijos. Todos, excepto Mandy, lo vimos irse, lo vimos cerrar sus ojos y dejando de respirar, lo vimos en sus últimos minutos de vida, pero algo quedara marcado en mí de ese día, algo de mi padre. Sus brazos rodeándome pidiéndome perdón y cuando por primera vez en años volvió a repetirme que me quería.
Mire alrededor, estábamos todos vestidos de negro, despidiendo a mi padre.
