MUELLE

2K 197 45
                                    




Las vacaciones eran un éxito. Desde la plática con la abuela de Isa, hasta que esa misma noche la señora hizo un pastel de bienvenida. Todo era muy hermoso y poco creíble ante sus ojos. Poder compartir la mesa con la gente que estima y más aún, que nueva gente le permitiera a él ser parte de su familia, de sus costumbres, de su comida. Que se diga en los preparativos: "Ese lugar es para Saeyoung". El solo hecho de escuchar eso casi lo hace llorar. No esperaba sentirse así o capaz sí. Pero no de esa manera tan fuerte. Aque anciana era muy gentil. Lo buscaba a él para cualquier cosa. Desde que le alcanzara algo que había en una de las gavetas altas de la cocina hasta para ir a comprar en el muelle. Seven nunca tuvo oportunidad de tener algún tipo de acercamiento así.

Aquel día que fueron al muelle, Isa había llevado a los chicos a comprar fruta para hacer helado ellos mismo. Saeran parecía un niño de 5 años, quería ir rápido y que le enseñaran a hacer helado.


-¿Por qué no me dijiste que sabías hacer helado? -le daba una mirada aterradora a Isa.

-ah... cuñadito... pero yo no sé en sí. Solo sigo la receta. Y esa era de mi abuela. Así que, ahora si podremos jeje ¿vamos?


-Deja de joder a tu cuñada oye! -le defendía la madam dándole un golpe en la nuca.

-Oye! Yo que tu, cuidaría esa larga cabellera -lo miraba- rápido, vámonos

-dijo el gemelo Choi con una mano en la puerta- andando.

-jeje qué linda familia -decía Seven. Esos dos siempre lo dejaban entre la espada y la pared.

No era necesario más, Saeran aprendería a hacer sus propios helados. Leyó ese recetario y comprendió que podría hacer el sabor que él quisiera, cuando quisiera si compraba los ingredientes adecuados, ¡el día le quedaría pequeño! Cuando estaban a punto de salir, la anciana pidió si Seven podía acompañarla al muelle a hacer unas compras. El Choi sintió como si fuera un nuevo reto, pero no se negó. Aunque los nervios se sentían en la voz. Ellos se despidieron de los jóvenes que irían en dirección opuesta.


La anciana lo sujetó del brazo, pidiéndole que la comprenda. El caminar era lento pero Seven no sabía que hablar con ella. Esa mujer era tan buena con él pero aún así, le resultaba extraño tener ese tipo de relación. Mientras caminaban, su cabeza era un caos con diversos tipos de conversaciones que podría tener con ella pero nada salía de su boca. Nada. Hasta que vio que en sentido contrario, venía señor de la tercera edad con su bicicleta al costado.


-Señora! Buenos días -dijo aquel hombre mientras le sonreía a la anciana y le hacía una leve reverencia que era correspondida por Seven y la mujer.


-Buenos días, el día de hoy le sienta bien.


-Ya ve, me fui al muelle a bicicletear un rato y a comprar algo para mis nietas. Les gustan las burbujas de jabón.


-A todos los niños de este pueblo les encanta, a mi hijo le encantaba. Y a mi nieta.


-Verdad! -rió el señor- ¿y este jovencito? -mirando a Seven.


-Eh... yo -el Choi no sabía donde meter la cabeza ni mucho menos qué decir.


-Es mi nieto -dijo la anciana.


-¿su nieto?¿pero su nieta no era la pequeña Isa?


-Lo es, pero este muchachito -mientras daba palmadas en el brazo del joven- Es mi nieto... "político"... por así decirlo


-oh! Por fin! La pequeña Isa por fin presenta al novio ante la familia.


-Exacto, ¿no es apuesto? -decía orgullosa.


VAMOS CRECIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora