II: El Consejo

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—Sip, me acuerdo de ella —Popo intervino, haciendo ademanes con sus brazos larguiruchos por toda la sala de mi casa—. Hasta discutí con el Blanco si era legal o no —río.
¿A ver, cómo pasó? —pregunté mientras me sentaba en el sofá más angosto del cuarto, el acomodo del sillón  no fue el mejor y tenía que hacer un giro extraño de columna para alcanzar a ver el televisor.

El blanco hizo un combo de A + A + A y sin poder hacer nada me sacó del escenario, perdí esta partida. Popo no hacía mucho, mas que ensuciar mi Joycon con sus manos llenas dé frituras, por otro lado, el morenazo del Marras recién había salido del baño.

—Mira we —el Blanco pasó el control a Marras, mientras me miraba—. La neta, yo soy el mas guapo de todos nosotros, y vi a la chica mirando a donde estábamos, pensé que me estaba viendo a mi —puso su mano izquierda en su pecho, mientras que se llevó la derecha a su boca, llena de frituras—. Y yo le dije a Popo «We, le guste a esa chava»
—Y yo le dije —interrmpió—. Pero no parece legal, pero quien sabe. Háblale.
—El chiste es que no me animé por que la neta me dió miedo que fuera menor. Pero —levantó sus dedos índice en señal de alerta—. Pero, escuché algo, no me creas, pero creo haber escuchado decir a sus amigas «ahí va tu husbando» y voltearon para donde estábamos, fue cuando me di cuenta que no era yo a quien estaba viendo —dio un trago de refresco—. Cuando se te quedan viendo, te mantienen la mirada, y ella no lo hizo. No me estaba viendo a mí.

Baje la mirada un momento, observé lentamente la alfombra llena de restos de basura y bolsas de frituras.

—Si quieres buscarla, nosotros te ayudamos —dijo el Blanco al retornar su turno con el control.
—Si we, búscala —secundó Marras.
—Si, si —levante mi mirada—. Pero aquí entra un dilema... Nosotros éramos 8 ayer. ¿Quien de los 8 es su husbando? —se me quebró la voz.

Mis 3 amigos guardaron un pequeño silencio, donde ni los mordiscos de frituras ni los tecleos fúricos tuvieron lugar.

—Mira we —Blanco volteó a mi, dejando el juego de lado—. Ella te gustó, y por como encajan las piezas, a lo mejor y tu le gustaste a ella. ¿Por que se sonrojó cuando le pediste la foto?
—Si we, también sus amigas le hicieron burla —agregó Marras.

Torcí la boca. Sentía una inquietud muy real, ¿y si la burla fue por qué un tipo horrible le pidió una foto? ¿Y si fue una burla genuina?

—Yo tomé la foto, cuando te le acercaste, sus amigas se rieron con complicidad y ella también se rió, por eso se puso roja —el morenazo continuó—. A lo mejor tu eras el husbando, al Blanco no se le veía la cara por el casco, y los demás no hicimos cosplay, además traías traje y te veías formal.

Perdí la partida por 3ra vez, ya ni siquiera sentía que pulsaba Los botones y lo único que veía frente a mi, era el recuerdo de una voz grave y un sonrojo temporalmente perfecto.

—Sube las fotos y publícalas en grupos y paginas de cosplay, atascalos con hashtags y etiquetas de la Cos&con y los nombres de los cosplay —Blanco levantó sus manos, como si explicara un plan de estrategia militar—. Pon tú perfil y las fotos en público. Ella iba de cosplay, seguramente busque sus fotos en las redes sociales, a lo mejor si encuentra la tuya te hable o te salude y ahí se cumpliría la misión.
—Si we —añadió Marras—. También puedes revisar los álbumes de la Cos&con de los demás cosplayers, busca perfiles en los hashtags y busca si hay fotos de ella, nosotros te ayudamos.
—Lentro —interrumpió Popo, hay qué decirles a los demás y el Blanco y yo podemos pedir ayuda a unas amigas. Las mujeres tienen una habilidad de Stalkeo muy alta.

Se levantaron del sillón e hicieron un círculo en torno a mi. No era la primera vez que veía esa formación.

—La vas a encontrar we, te lo prometo —Blanco me palmeó el hombro.
—¿Es una decisión del consejo? —pregunté.
—Tu solicitud a sido aprobada por el consejo —exclamaron al unísono.

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