Lo sabia... Lo sabia, y aunque me lo repetí una vez cada segundo durante todo un mes, no podía parar. No podía dejar de lado los hashtags correspondientes, ni dejar de hacer busquedas manuales en los motores de busqueda públicos y de redes sociales. Me estaba destruyendo poco a poco (Mucho a mucho diria yo)
El consejo estaba fuera, no tenia mas auxilio que de un renegado, quien por cierto siempre me apoyó a pesar de las adversidades. Porque... de hecho me rendí primero yo, que Yar. Pasó un mes entero y yo llevaba dos dias sin buscarla, ya ni siquiera la idea mas remota de encontrarla pasaba por mi debil mente de suelo y techo invertido. ¿Me rendí muy pronto, o me rendí muy tarde? o mas bien ¿Debió importarme tanto desde el principio?
Tenía respuestas de sobra para cualquier cosa, menos para esas preguntas. El frio reflejo de mi escritorio lleno de rayones y manchas causadas por mi taza de café, me divisaba débil, cansado, triste y desesperado. Si antes las desveladas eran por la búsqueda como tal, ahora son el insomnio vomitado de todas mis preocupaciones y preguntas de un alma que existio un segundo efímero, pero que después se desvaneció como todo en la vida. ¿De que valió enamorarme así? Si no tenía nada para que pasase del modo en que lo hizo, yo no esperaba nada el día que me levante para ir a la Cos&con, y tampoco esperaba nada de mi. Pero pasó, pasó que me encontré con ella por primera vez en el lugar menos pensado (¿De verdad era la primera vez?) y sin darme cuenta, estaba orgulloso de mi determinación y trabajo duro por tratar de encontrarla y presentarme. No recuerdo la última vez que puse tanto empeño en algo personal. Que ridículo... Esperando algo de alguien que no existe y que ridículo que di algo de mi, esperando conseguirlo.
Nunca había desobedecido una orden, nunca quede mal en mi puesto, ni en el anterior. Siempre cumplí con lo que me correspondía (Pero ¿Y mi vida?) nunca puse atención a mi vida. Siempre la vi como mi tiempo muerto hasta el siguiente día de trabajo. (¿Pero tienes hobbys no?) Si, pero llego tan cansado a casa que no quiero saber nada de nada, ni de esa pc que con tanto esfuerzo me compré, ni tampoco de los cien y un juegos que tengo sin jugar. Hay días que olvido quien soy. (Eso es por la depresión) Tsk, encontré en mi mochila la envoltura del chocolate que me comí en la Cos&con. La tomé y la tiré en el basurero de la sala.
—Ya llegué (De nuevo)
Di el giro de chica mágica frente a mi pc (De nuevo) Presione botones (De nuevo) y a pesar de estar dos días enteros sin intentar buscarla, lo hice (de nuevo)
—Pensé lo que me dijiste Yar —***** se unió a la llamada.
—¡Órale no me espantes! —Yar escupió saliva retenida—. Que onda, ¿como vas?
—Estuve pensando en lo que me dijiste —tabulé a una página secundaria con la búsqueda «¿Cual es él perfil de un acosador?»—. Creo que es demasiado. No quiero rendirme, pero... ¿En que me estoy convirtiendo?
—We tu tranquilo, no estas haciendo nada malo... —guardó silencio—. Yo te estoy ayudando, eso nos convierte en la misma cosa, y te aseguro que yo no soy un enfermo...
—Pero...
—Es el contexto lo que te preocupa. Quítale el contexto y no es diferente de otra afición tuya o de cualquiera, simplemente estas buscando lo que quieres...
—Ya no busques mas... —apreté mis puños, estaba asustado—. Me rindo, muchas gracias por tu ayuda.
—Yo seguiré buscándola —traté de interrumpir pero no me lo permitió—. We como diría Baruto «El poder para creer» Bueno, por lo menos otra semana.
—Hmmm —***** abandonó la llamada.Me quedé inmóvil un momento. Simplemente tuve ganas de buscarla (De nuevo).
Repasemos una última vez. Me enderece frente a la pantalla, de un empujón me alejé del escritorio y de una de las cajoneras detrás mío, jalé un puñado de hojas en blanco, un lápiz y una pluma. Me impulsé con los pies de regreso a mi escritorio. Empujé de un manotazo el teclado y azoté todo lo que traia en mis manos.
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Nuestra Foto
Romance¿Que de que hablo? De ellos y nosotros, alguna vez una bonita sonrisa me flechó en un concierto, en otra ocasión una joven de cabello marrón me sonrió incontables veces en el metro, y yo jamas me di cuenta. De eso hablo, de las millones de historias...