Desesperación

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Disclaimer: todos los derechos reservados, los personajes le pertenecen a Masashi Kishomoto.

Advertencia: Genderbender y posible ooc para el desarrollo de esta trama.


Segundo capitulo: Desesperación


Sus pensamientos se esparcieron cuestionándose después de esa dura reunión algo que tomó importancia hasta hace unos segundos, ¿Por qué él? ¿por qué de entre todos los hombres tenía que ser él? En la foto se veía su hermosa figura, pero no le alcanzó a ver el rostro y con el agobio del momento no la pudo apreciar como era debido.

Tal vez era una mujer fea que en desesperación se fijó en él y lo obliga ahora a comprometerse o una niña mimada que decidió que fuera él su nuevo juguete, o quizás ambas. No, imposible, pero si esto fuera real, ¿en dónde diablos se conocieron? Desordenó sus cabellos en desesperación, se quedó por un momento cubriéndose los ojos hasta calmarse y luego suspiró. Después de todo sus dudas solo se resolverían si fuese a ese omiai* que preparó esa mujer del cual ni su nombre quiso revelar, Uchiha-san, debe de llamarse al ser la madre de Sasuko, Sasuko Uchiha. Tenía que verla para aclarar sus dudas finalmente pero realmente no lo deseaba, quería huir, no es justo tener que verse obligado en ese tipo de situaciones.

No, no lo haría, que se quede con ese dinero, no le interesaba, la situación le sofocaba el poco de libertad que tenía.

Se levantó y se dirigió hacia su casa.

Fingiría que nada pasó y seguirá su vida tal y como la ha vivido.

Su hermano ya debería de estar en casa puesto que ya es tarde y por lo tanto la cena ya debería estar lista, aunque lo regañase por cocinar en lugar de solo concentrase en sus estudios no podía evitar sentirse bien al dejarse consentir por ese hermano molesto, además que él siempre le replicaba por no ayudar en casa. Por otro lado, también tenía que anunciar al trabajo el motivo de su ausencia, posiblemente lo iba a perder...

-Ya llegué. - Anunció como era de costumbre cuando ya había entrado en esa pequeña choza cerca del rio, prosiguió a quitarse los zapatos, pero unos extraños ruidos le hicieron alertarse.

-¿Hermano? ¡¿H-Hermano?! ¡Ven, apresúrate! Es mamá otra vez... -Gritó desde adentro.

Hinata se apresuró para estar frente a frente con su madre convulsionando y un débil hermano abrazándola en pánico mientras lloraba.

-Sólo le di de comer... -Murmuraba.

Hinata apretó sus manos calmando su espasmo, actuando fuerte le habló suave a su hermano menor:

-Hey, ¿No te acuerdas lo que te dije? Háblale suave, intenta calmarla y no la abraces tan fuerte, la ahogarás.

Dijo mientras se quitaba el suéter y lo doblaba para ponerlo en el suelo simulando una almohada y acostar a la mayor.

-Haz lo que te digo mientras yo voy a buscar a un doctor.

-Sí, hermano.

Salió de su casa sudando, el clima era altamente frio, pero la asfixia de saber que otra vez ocurrió lo agotaba, buscar a un doctor lo antes posible era su misión, pero no contaba con las condiciones para conseguir un seguro ni mucho menos pagar a un doctor de presumible titulación, agarró su bicicleta y aún con las condiciones climáticas se aventuró hacia un curandero famoso en la zona.

Corrió a alta velocidad hasta llegar a su destino, golpeó y llamó más nadie contestó.

-Por favor... Alguien... -Fue lo último que dijo antes de rendirse, pero el señor apareció con unas bolsas de compras. -¡Ah, s-señor!

-¡Ah! -Gritó asustado al verlo- ¿¡Qué haces aquí niño!?

-Es mi madre, volvió a... -sujetó su mano y la halo en dirección hacia su casa.

-¡Suéltame! -Se deshizo de su agarre-Ya te lo he dicho, me he retirado.

-Pero mi madre...

-Eres Hinata ¿No es así? El hijo de la madre que vive en aquella choza. -Alteró al muchacho con esa declaración tan poco detallada- El caso de tu madre ya es más de lo que alguien retirado como yo pueda ayudar. Hinata...

-¡Lo sé! Pero, por favor ayúdeme. -Rogó ahogando su desalentador llanto.

-¿Ya la acostaste en el suelo?

-Ya.

-¿Ya la intentaste calmar?

-Mi hermano lo está haciendo.

-Entonces no hay nada que yo pueda ya hacer. Hinata, el caso de tu madre es algo que debe de ser tratable, lo siento, te apoyaré en silencio. -Palmó su pecho y se fue hacia su casa.

Hinata con sus manos en el pecho se arrodilló gritando frustrado, luego caminó en silencio hacia la orilla de un rio y lloró. Lloró golpeando su pecho hasta no poder más, a pesar de ello una llamada lo obligó a contestar

-Diga.

-Mañana será el omiai.

Es cierto, el omiai.

-Por cierto, Uchiha-san yo creo que...

-La parte del dinero que acordamos ya está en tu cuenta, solo tienes que retirarla, si quieres lo demás tendrás que seguir el plan, cuando ya nazca el niño te daré todo - Interrumpió precipitadamente, entonces una imagen en su mente apareció la cantidad de dinero que acordaron que le darían al principio.

Suficiente para empezar el tratamiento de su madre.

-Está bien. -Contestó después de tanto.

Una sonrisa se posó desde el otro lado de la llamada y luego le colgó.

Pronto otra llamada interrumpió el profundo sonido de la naturaleza en aquel frio lugar, revisó el número.

-Hanaro.

-Mamá ya se calmó, no tiene que venir ya el doctor. -Sonrió ante esa ironía.

-¿Qué voy a hacer? ¿Ahora qué le diré al doctor?

Hanaro sonrió.

-No lo sé ingéniatelas, ¿no lo haces siempre? Regresa a casa. -Y luego colgó.

Hinata se sentó para apreciar el rio en esa noche y respirar el aire puro que gobernaba el sitio

H: "Sí, es lo correcto. Debería quizás ir al hospital para empezar el tratamiento de mi madre."

.

Nota: omiai: Son citas arregladas para casarse, muy popular en Japón.

¿Que les pareció? No olviden que los leo, me encanta saber sus opiniones.

Hanaro es Hanabi xd

La mendacidad del destino. SasuhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora