Parte II: Gaya

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Con la ayuda de tu arco, logras acabar con ellos pero el tiempo invertido es suficiente para llamar la atención de más enemigos, es momento de escapar aunque probablemente seas ya alcanzado por sus flechas, ante la situación los ciervos que salvaste cargan contra los soldados, aprovechas la oportunidad para escapar, dejando atrás unas lágrimas irancundas.

Te dispones a seguir el rastro de los lobos, sabes que tienen una guarida consagrada por los tuyos y una posible ruta de escape... 

El rastro de la manada te conduce hasta la entrada de una cueva.

Te adentras y el lugar se bifurca en dos caminos: en uno se aprecia una antorcha, encendida y en el otro, total oscuridad.

El arco que quería desprenderse de la flechaWhere stories live. Discover now