💥Day 3 [Abril 16]💥

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~·Mountaineering·~

Una tarde hermosa y calma era testigo de la emoción desbordante de un joven pelirrojo, este joven nunca creyó que el rubio ceniza lo invitaría a una de sus actividades favoritas, tomandolo en cuenta en algo tan personal e íntimo, reforzando los lazos de su amistad y confianza de la forma más masculina posible.

Alpinismo.

El deporte más varonil de todos los tiempos, nada más masculino que escalar una montaña junto a tu compañero, compartiendo momentos entre conversaciones joviales y ayudándose mutuamente para alcanzar un mismo objetivo, la cima.

Alcanzar la cima, ¿era aquello una especie de indirecta? Sabía que era imposible, Bakugou no necesita de otros para alcanzar su objetivo de ser el héroe #1, él era alguien que daba todo de sí por acercarse cada vez más a su objetivo, buscando llegar con su propio esfuerzo sin extras de por medio, lo sabía, claro que era consiente de ello pero por un momento quiso pensar que aquello más que una invitación a escalar era la oportunidad de conocerlo, de entrar a su vida y formar parte de algo importante para él. Para el pelirrojo aquella simple invitación era el comienzo de algo grande, el inicio de un duo inquebrantable.

Ambos se encontraban en un camino rocoso y no tan despejado--era una montaña para principiantes dada la poca experiencia del pelirrojo--el rubio llevaba la delantera y éste era seguido por el menor, no hablaban mucho a decir verdad, la mayoría del tiempo se encontraban en un tranquilo y calmo silencio nada extraño al estar ambos solos, el rubio no era muy conversador y Kirishima respetaba eso, aun cuando había ocasiones en donde parecía hablar solo o cuando recibía respuestas vagas y cortantes le encantaba pasar el tiempo con uno de sus mejores amigos.

Bakugo le dio un par de indicaciones, se acercaban al final y el terreno se volvía cada vez más empinado e irregular, Kirishima tropezó un par de veces estando a punto de besar apasionadamente el suelo, dichos accidentes terminaron por sacar un par de risas honestas y roncas del rubio que encantaron al pelirrojo deseando grabar ese momento en su memoria.

Sus pies dolían, sus piernas pedían a gritos un descanso y su cuerpo se encontraba bañado en sudor, habían descansado un par de veces pero estando tan cerca el rubio se negó a hacerlo nuevamente, alegando que el demorarse no era una opción y que lo harían al llegar, los descansos eran sinónimo de retraso.

Veía como Bakugou no mostraba un signo de cansancio parecía estar en su hábitat natural, en su elemento. Su espalda ancha y trabajada, sus hombros y caderas contoneandose al caminar de una manera hipnótica y hermosa, su figura era delineada perfectamente por los rayos del sol que atravesaban delicadamente la flora a su alrededor cayendo sobre sus rubios cabellos y haciéndolo brillar de manera casi irreal.

-- Asombroso...

-- Cállate y camina cabello de mierda --desvió su mirada del camino y la fijo en el pelirrojo--. Descansaras al llegar.

Su corazón dio un vuelco al ver los ojos profundos y afilados del contrario, estos brillaban de una forma que nunca antes vio resaltando su hermoso color con el destello de alegría y determinación.

--Hermoso...--esta vez se aseguró de no decir sus pensamientos en voz alta.

Con paso rápido se puso a la par del rubio, viendo la cima a solo un par de pasos a la distancia un sentimiento hermoso y gratificante lo invadió, adrenalina. Habían logrado hacer aquello juntos, lado a lado, con la determinación corriendo por todo su ser comenzó a correr apresurandose a llegar y fijando su vista en el camino, no quería besar el duro suelo rocoso, porque ni su hardening podría salvarlo de tal humillación. No fue consiente cuando el rubio también aceleró el paso llegando a su lado pero un extraño sentir en su pecho lo encantó al ver su perfil brillar por los vagos rayos del sol que caían en su rostro, dando una apariencia perlada a su piel sudada y levemente sonrojada.

Llegando a la cima con la respiración vuelta un caos, ignorando todo el cansancio anterior el pelirrojo dio un salto seguido de un enorme grito de victoria, quedó maravillado con la vista del lugar acompañada de la fría y fresca brisa que despeinaba levemente sus cabellos rojizos en punta. Era increíble.

-- ¡Esto es tan increíble! --soltó un grito apasionado el pelirrojo, aspirando con fuerza el limpio aire de la montaña-- ¿Qué sigue? ¿pescar, acampar?

-- Comer--dijo cortante el rubio a su lado, se le notaba tranquilo y calmado admirando el paisaje y su ceño no se encontraba tan fruncido como siempre--, ese agujero negro que tienes por estómago a de estar desesperado.

-- Bueno...--el solo escucharlo hizo a su estómago reaccionar, gruñendo con fuerza y sonrojandolo-- ¡A comer se ha dicho!

Sentándose en el suelo, uno junto al otro, sacaron lo que habia en sus mochilas, el rubio sacó la comida que se encontraba perfectamente ordenada en bentos de diferente tamaño y el pelirrojo se encargó de las bebidas. Veían el paisaje que la montaña les otorgaba mientras saciaban sus estómagos, Kirishima recargaba sus energías tragando y saboreando la comida con desesperación como siempre hacía cuando estaba agotado, la comida estaba deliciosa pudiendo jurar que toda fue hecha por el rubio al sentir un ligero y nada desagradable picor en su lengua.

-- Fue muy divertido escalar contigo Bakugo --una hermosa sonrisa acompañó a sus palabras.

-- No fue tan malo--confesó el rubio provocando que la sonrisa del contrario se ensanchara--, aún cuando estuviste llorando todo el camino.

-- ¡Yo no estaba llorando!

--¡Cierra la boca, bastardo! ¡Te advierto que la siguente vez será una mucho más alta y empinada! --gritó con fuerza el rubio y bufo, recuperando su tono de voz altanero-- Este valle es de principiantes, una perdida total de tiempo, una verdadera montaña nos esta esperando.

--¡Estoy listo Bakugo! Verás de lo que soy capaz.

-- Dilo cuando no parezcas un asqueroso saco de sudor, das asco.

-- ¡Oye!

Aún con las palabras del contrario el ánimo de Kirishima no podía ser opacado, había dicho que la siguiente vez sería una mucho más complicada a lo que los músculos de su cuerpo se pusieron rígidos como anticipándose al dolor y sobre esfuerzo al que serían expuestos y emocionandose por el ejercicio que eso significaba, cada parte de sí ansiaba dicha actividad pero lo que más le emocionaba era que el mismo Bakugo Katsuki le ofreciera acompañarlo una vez más.

❏ ¨̮ 𝑲𝒊𝒓𝒊𝑩𝒂𝒌𝒖 𝑾𝒆𝒆𝒌༊ ❲²⁰¹⁹❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora