Lordran era hermoso tenia unos campos y bosques increíbles sus ciénagas eran grandes y llenas de vida. Bueno así era, ahora que la llama se fue y los dragones huecos vuelven por mas.
Yo era un simple campesino de las afueras de onor londo, cultivaba ya desde mi juventud, mis padres murieron en un ataque de no muertos.
Yo me encontraba en la casa de unos tíos cuando ocurrió eso. Al enterarme algo apareció al frente de mi era una clase de aro de fuego después supe que estaba maldito con el signo oscuro.
Lo había perdido todo hasta que un día un hombre con armadura resplandeciente y unos soldados bien preparados se acercaron a las afueras de onor londo.
Parecía un dios con su arma y sus soldados.
Estuvo observando los edificios y las casa por un buen rato, después se puso a observar a las personas entre ellas estaba yo...
Me miro y dijo:
-Veo que estas solo chico¿no?-me dijo.Le dije que si que había perdido a mi familia.
-Creo que tienes edad para unirte a los soldados oscuros de lordran ¿quieres venir con nosotros?-dijo. Yo le pregunte si algo me pasaria , el me dijo que nada me tomo del brazo y me levantó del suelo.
-Ya que eres de nosotros, llámame artorias.
Dimos unas vueltas por los pueblos cercanos y nos fuimos a onor londo, yo nunca había ido a esa ciudad, la majestuosa onor londo.
Me entristecía tener que irme de mi antiguo hogar pero me emocionaba ir por aventuras.