Capítulo 11 ~ ¿es posible escapar?

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La ciudad era bulliciosa como siempre, el sonido de autos y gente por doquier hacían que su cabeza le diera vueltas, sin mencionar la cantidad de olores de los puestos callejeros de comida que ahora le causaban náuseas, se sentó en medio del parque a lado de un hombre dormido, tenia que recuperarse un poco y pensar en lo que haría ahora, no tenía un plan, la foto de Izo en el periódico que aquel sujeto tenía llamaron su atención, así que con cuidado tomó el periódico para poder leerlo.

Izo estaba ahí con su mujer y su pequeño hijo, con algo referido a una obra de caridad, se sentía mal con sólo verlo, su estómago se retorcia.

Se sentía enojado de ver que Izo pudiera seguir su vida como si nada aun con todo lo que hacia, aun con todo lo que le hizo a él, tenía muchas ganas de verlo sufrir, su resentimiento no había hecho más que crecer en ese tiempo, en verdad deseaba que Izo sufriera.

La esposa de Izo podría estar en peligro también, esa idea despertó su sentido de protección, quería encontrar a Shijima y después escapar, pero… podía tomarse un momento para advertirle a esa muchacha que tuviera cuidado, después de todo se veía como una chica bastante amable, no quería que ella sufriera.

Se puso de pie y camino intentando recordar la dirección del departamento de Shijima, aunque tenía el presentimiento de que no estaría ahí, compró una prueba de embarazo antes de llegar, sólo por si las dudas, no quería que su criterio se concentrará en la corazonada de una anciana, necesitaba tener más certeza de su actual estado.

No fue muy difícil entrar, sus vecinos aun lo reconocían, por lo que no les alertó que estuviera ahí de nuevo, tuvo suerte de que llegó al mismo tiempo que una de sus bulliciosas vecinas.

-Cardinale! - saludo la mujer de cabellos castaños que volvía de sus compras - ya paso tiempo sin verte… mira nada más… subiste un poco de peso.... - molesto al verlo con aquellas ropas anchas que intentaban cubrir el volumen de su vientre.

-jeje… si… un poco - dijo nerviosamente - Shijima ya regresó? - pregunto con algo de ansias que no consiguió esconder.

-no… no lo hemos visto por aquí en meses, sólo dejó el departamento así, pensamos que se fue contigo a otro lugar - dijo sonriéndole con un leve toque de picardía.

-no… yo tampoco lo he visto en mucho tiempo - susurró un poco de preocupación.

-es una lástima… parecía que ustedes tenían chispa - molesto un poco consiguiendo de el rubio se sonrojara y desviara la mirada - era la primera vez que veía a una pareja tan rara y como ustedes… pensé que estaban saliendo.

-... no… no diga eso - parecía más deprimido que avergonzado y la mujer se incomodo un poco, decidió sacar el bote de helado que había comprado, y lo puso en las manos del rubio  pidiendo en silencio que lo aceptará.

-toma… por los viejos tiempos… no se que paso entre ustedes, pero todo se resolverá - fueron sus palabras intentando animarlo un poco.

-gracias… - murmuró sujetando el bote de helado - iré a revisar mis cosas… espero que aún sigan ahí - se despidió rápidamente con un abrazo y corrió hacia el pequeño y nada atractivo departamento que ahora lucia oscuro, Cardinale aún tenía la llave, y con su corazón latiendo fuertemente abrió la puerta, esperaba encontrar a Shijima ahí, pero tal y como su vecina dijo, no había nadie, todo seguía tal y como el lo había dejado la última vez que lo espero.

Se mordió el labio inferior y se quitó el saco para tirarlo sobre el sofá, al menos tenía un poco de helado y entró a la diminuta cocina para poder comer, todo seguía igual, las alacenas pintadas con flores, los sobres de café, los botes de leche, Shijima no se había llevado nada era como si la tierra se lo hubiera tragado, eso le parecía algo extraño... la sola idea de que Izo lo hubiese encontrado le erizo la piel, tomó una cuchara y comenzó a comer bocado a bocado aquel helado sabor vainilla.

GOTAS DE SANGRE EN LA NIEVE ~ {Shijima x Cardinale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora