Capítulo 3 ~ te encontré

348 47 23
                                    

Su vida había sido bastante aburrida desde... bueno siempre, pero ahora si que todo era más "interesante" desde que conoció al ruidoso rubio, para empezar le cortaron el cuello, perdió la voz, y tras mudarse a su casa casi todos en el complejo de departamentos los conocían, o más bien conocían a Cardinale, quien había ganado la confianza de todas las mujeres de ahí, aunque los hombres le tenían algo de rencor, ya que en numerosas ocasiones no sólo les hizo dudar de su heterosexualidad (tenía que embobarlos un poco si quería engañarlos y ganar dinero), sino que terminaba ganandoles cualquier suma de dinero en juegos de cartas y apuestas... comenzaban a sospechar que hacia trampa.

El departamento de Shijima tuvo un cambio algo brusco desde que Cardinale llegó, en solo un mes muchas cosas que comenzaban a llenar de color el lugar, compró cobertores nuevos de un tono casi violeta, almohadas comodas y esponjosas ya que Shijima sólo tenía una, incluso reparó la pata rota del sofá ya que casi cayó de esta cuando quería buscar un lugar cómodo para dormir (Shijima no lo dejaba entrar en su cama), las alacenas aunque pequeñas ahora estaban totalmente repletas de todo tipo de te, algo de café y leche, azúcar y chocolate...

¿cómo ganaba esto? Shijima ya comenzaba a sospechar que lo estaba robando todo, quizás había llevado a un delincuente a su casa y pronto recibiría una represalia de sus vecinos... o eso creyó hasta que vio a Cardinale charlar con una de sus vecinas y esta le regaló un paquete de café... ahora pensaba que era un gigolo.

El sonido de una campanilla se escucho desde la habitación de Shijima, era uno de los obsequios del revoltoso rubio, para que Shijima lo llamará si había un problema y el estaba lo suficientemente lejos para no verlo, una pequeña campanilla dorada que estaba en su habitación, debido a lo pequeña que era podía llevarla en el bolsillo.

Cardinale quien alegremente preparaba un par de panqueques dejo lo que hacia para ver que quería su pelirrojo amigo.

-¿que pasa Shiji? - pregunto asomándose por la puerta, Shijima estaba a medio vestir señalando su armario.

-《que hace todo eso aquí?》- no fue ni una hora de ir a la farmacia por sus medicinas y regresar, pero eso había bastado para que al llegar a su casa el olor a pintura lo mareara, Cardinale había pintado las puertas de las alacenas... con diseños de girasoles algo infantiles y cuando fue a cambiarse su armario estaba lleno de ropa de diversos colores y texturas, pero lo más escencial era que no había rastro alguno de su ropa.

-¿que no te gusta?... - pregunto poniendo un rostro triste - lo hice con las chicas... tienen muchas máquinas de coser que no usan... les hice lencería con tal de que me dejarán hacernos algo de ropa - dijo sonriendo con orgullo.

-"definitivamente es un gigolo" - pensó abriendo sus ojos a tope, no encontraba sus tres apreciadas y adoradas camisas de color crema ni nada.

-¿no te gusta lo que hice para ti? - pregunto bajando la mirada, Shijima tenía el ceño fruncido estaba fuera de lugar, nadie habia tocado su ropa, y se veia molesto, pero de repente sintió algo de culpa al verlo poner aquel rostro y el rubio se encogio de hombros y bajo la mirada, arrugando con sus delgadas y finas manos los bordes de su mandil para cocinar, el mandil que se había hecho el mismo con cinta adhesiva y los empaques de bolsas de leche, el chico nunca desperdiciaba nada aunque parecía un despilfarrador.

Shijima se acercó y lo tomó por los hombros, Cuando el rubio levantó la mirada le mostró un pulgar arriba, no podía enojarse con el rubio, sólo eso bastó para que Cardinale sonriera como si nada hubiera pasado... claro que nada le pasaba, era un manipulador de primera, se conocia bien para usar su rostro y sus expresiones y poder manipular a los demas, quizas era algo malo... pero le favorecia mucho, sólo quería ver a Shijima usar esa ropa para sacarlo de su monótona vestimenta, ¿por que?... pues... ¿por que no?

GOTAS DE SANGRE EN LA NIEVE ~ {Shijima x Cardinale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora