capítulo 12 - mala suerte

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-quizás no soy lo que esperas... aun siendo yo... creo que soy extraño - murmuró a medida que desvestia hábilmente al pelirrojo quien parecía extasiado con aquella faceta que Cardinale desglosaba frente a el - pero... no quisiera que pienses demasiado en eso - Cardinale lucia nervioso y levemente avergonzado, parecía que renunciaría a todo esto en poco tiempo.

-《de que hablas?》- sus manos en ese momento estaban temblando, de nervios, de ansiedad, de impaciencia.

-sólo... no me mires - el rostro sonrojado del rubio era suficiente para saber que era un tema delicado que no quería explicar en ese momento.

-《me gustas》- Cardinale sonrio al "escuchar" eso y aprovechando la oscuridad de aquella estrecha habitación logró llenarse de un poco más de valor.

-tu también me gustas - murmuró en voz baja uniendo sus labios nuevamente.

[Fin del flash back]

Al fin habían llegado a la casa de Shijima, no quería ir, pero no sabía como negarse al pelirrojo, lo que fue su mayor alegría fue ver a Pulgoso ahí, el perro de color dorado, lo escucho ladrar y correr hacia el, al fin se reunirán de nuevo.

-Pulgoso! - abrió sus brazos y el can saltó hacia el haciéndole retroceder un poco, el pelaje de Pulgoso se sentía suave, y el perro que antes no era más grande que un peluche ahora era más pesado y grande. -... es...estas gordo! - exclamó llevando su rostro a un lado para evitar un poco la lengua del can que parecía querer recorrer su cara.

-Pulgoso abajo! - Andreas ordenó con voz firme, y el mencionado obedeció de inmediato, sentándose en el suelo y con su cola moviéndose de un lado a otro rápidamente.

-lo entrenaron? ... lo cuidaron muy bien, esta grande y hermoso - puso su mano sobre la cabeza peluda de Pulgoso, acariciandolo con suavidad y cariño.

-si, es un buen perro, me sorprendió que Shijima tuviera uno... nunca le gustaron las mascotas - Andreas miro de reojo a Shijima quien sólo se encogió de hombros.

Todos entraron a la gran y elegante casa que ocupaban, era bastante espaciosa, y los muebles a simple vista eran caros, Cardinale fue guiado hacia la sala, detrás de el venía Pulgoso agitando su cola con emoción de tener a su dueño ahí nuevamente.

El silencio y la tensión se hizo bastante fuerte de un momento a otro y Cardinale no supo que decir tras sentarse en el sillón

-bien... que ha pasado? - Andreas quien era el único que no sabía nada se sentó en otro sillón cruzando las piernas y mirando fijamente al rubio desaliñado que Ecarlate afirmó era el novio de Shijima.

-bueno... es que... - Cardinale no sabía que decir o en donde esconder su rostro ya bastante avergonzado, la mano de Shijima toco la suya, Cardinale dirigió su mirada hacia el y lo vio sonreír.

-al parecer... vas a ser abuelo - Ecarlate simplifico en breves palabras.

-¿que? - el rostro de confusión de Andreas era verdaderamente único - eso es... imposible... extraño, raro... - dejó de hablar en cuanto vio al rubio bajar la cabeza, se veía tenso y nervioso.

-creo que lo que tiene que contarnos será bastante interesante - Ecarlate miro a Cardinale fijamente, cada palabra que fuera a decir debía ser muy bien pensada si no quería terminar bajo tierra.

GOTAS DE SANGRE EN LA NIEVE ~ {Shijima x Cardinale}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora