GOTAS DE SANGRE EN LA NIEVE ~ {Shijima x Cardinale}

capítulo 15 ~ Te Amo ❤

-demente - murmuró Izo con la respiración agitada, nunca creyó que Cardinale llegará a hacer algo así, no pensó que intentaría alejarlo aun a costa de su propia vida.

Pero ahora ese era el panorama que tenía en frente, esa era la realidad, intentó moverse, quería pedir ayuda, o al menos detener la herida de la cual salía sangre a chorros, no podia moverse, había caído en el lugar exacto de las rejas del pequeño jardín, en una de las puntas metálicas que se clavó en su cuello, justo en medio de sus vértebras eliminando la conexión de su cerebro y su cuerpo, no podia moverse por más que quisiera, quizás la fortuna de eso era que no sentía el dolor en su cuerpo.

La caída del séptimo piso había sido realmente catastrófica, su pierna estaba rota, y probablemente otra cosas más que no podia sentir, era aterrador, ver como la sangre comenzaba a expandirse frente  sus ojos y que no pudiera hacer nada para evitarlo, la más pura desesperación era lo que lo invadía en ese momento, con la mirada aterrada miro a su alrededor en busca de ayuda.

Si, había ido sólo, no creía que Cardinale pudiera darle algún problema, estaba sólo y ese fue su error, el error de Cardinale fue suponer que no tenía otra salida.

-idiota - la voz de Cardinale se escucho no muy lejos de el, moviendo un poco la cabeza lo vio casi sobre sus piernas, su pijama color crema ahora estaba totalmente manchada con sangre en la parte de su abdomen, Cardinale apenas se movía intentando alejarse del cuerpo de Izo, pero no se veía nada bien, ambos demasiado débiles, y aturdidos por el golpe simplemente se quedaron tendidos en la nieve, perdiendo segundo a segundo un poco más de sangre, segundo a segundo la oportunidad de sobrevivir se desvanecia frente a sus ojos, debilitandolos, y llevándonos muy lentamente a la inconciencia y con esta a la muerte.

Shijima apenas logró ser testigo de aquella imagen, 22 minutos después de que ocurrió, 22 minutos en que nadie fue a ayudarlos, 22 minutos en la cual cualquier esperanza de vida era ya practicamente inexistente

Ambos cuerpos cubiertos por la nieve que comenzaba a caer, y debajo de ellos una gran cantidad de sangre que bañaba el jardín y las pocas rosas blancas que sobrevivieron al frio, llamó con desesperación a la atención de la persona más cercana, tuvo que dejarlos ahí y correr a un lugar más visible pidiendo ayuda, cosa muy complicada en su situación, pero lo intento, no penso en otra cosa mas que llevar a alguien ahi, asi que practicamente arrastro a un hombre que parecía ir de emergencia por algún dolor abdominal por la forma en la que se sujetaba el abdomen.

-Oh... Dios mío, Ayuda! Hay dos personas aquí! - la voz del hombre fue lo que esta vez logró que les pusieran atención, Shijima corrió desesperadamente hacia el rubio que yacía cerca de Izo, frío, pálido, con ese par de esmeraldas verdes entreabiertas, y sintió un leve vapor salir de sus labios, murmuraba algo repetidamente, Shijima lo cargó en sus brazos, aterrado de verse sin poder hacer nada, mientras los demás revisaban a Izo.

-se acabó... gane... yo... gane - sonrió débilmente el frío de la nieve parecía fundirse con su cuerpo debilitado, apenas lograba visualizar el rostro de Shijima.

Fueron escasos segundos en que Shijima lo llevo al interior del hospital, pero para Cardinale parecia ser mucho mas tiempo, ahora lo único que podía ver eran las facciones del rostro del pelirrojo, una leve sonrisa se formó en su rostro, ¿mataría por el? ¿moriría por el?, esas preguntas estaban siendo respondidas en ese instante, ahora Shijima ya no estaba en peligro, todo había terminado y eso, eso era lo único que quería, entreabrio los labios para poder dar su último aliento, decir su última palabra, pero su tiempo alargado únicamente por su voluntad y fortaleza de querer vivir un poco más, terminó, su suerte se acabo y no pudo hacerlo, no pudo decir nada más,

Los doctores de Emergencias cortaron la ropa de Cardinale, la herida de la cesárea se había abierto y quizás hasta agrandado parte de sus viceras comenzaba a desbordarse por esa herida, intentaron reanimarlo, y alejaron a Shijima de ahí, no vio nada más, únicamente se quedo en el pasillo mirando la puerta cerrada.