Era viernes, era mi primer aniversario con mi novio.
''Lamentablemente'' algunos cientos de kilómetros de distancia nos separaban. Yo, de camino a otro estado en el asiento trasero del auto de mi tío Jarrod, y él... bueno, seguramente estaba ebrio en una fiestas.
No me importaba lo que estuviese haciendo ese bufón, lo que no se me salía de cabeza era ¿cómo había logrado pasar un año entero en una relación que no llegaría a ningún lado? ¿como mierda había soportado tanto hasta el día de hoy?
Mamá se quedó dormida con su sien apoyada en mi hombro izquierdo.
Ya faltaba poco para que llegáramos a Simantis, o como muchos la conocen, la ciudad de los bosques. Quizá faltaba una hora o menos, pero me preocupaba ya el tiempo que llevaba metida en este auto.
A mamá le daba pánico subirse a un avión, y bien, mi tío le debía una por dejarlo quedarse a dormir en nuestro sofá unas semanas, cuando su esposa lo abandonó, así que ¡Todos ganan!
Miré perdidamente el regazo de mamá mientras mis parpados cedieron lentamente hasta cerrarse. Cuando mi tío Jarrod balbuceó algo, me convencí a mí misma de no fingir estar dormida y pedirle que repitiera lo que había dicho; tenía la corazonada de que podría ser algo importante, a lo mejor.
''¿Q- qué dijiste.'' logré balbucear.
—Queda poco combustible —contestó, girando su cuello hasta hacer su vista con la mía —. Pero si subo la velocidad estoy seguro de que llegaremos a la cuidad antes de las dos.
Humedecí mis labios y recosté mi cabeza contra el cristal de la ventana. No quise mirar por demasiado tiempo, porque solo era una carretera oscura y desolada, llena de malas hierbas. Se parecía a mí.
—Espero que sí —Contesté, luego presté atención al ruido blanco de la carretera. No sé si era relajante, o un sonido muy perverso e incómodo de escuchar. Desgraciadamente no pude evitar pensar en mi novio de momento.
—Ten confianza, si vamos a llegar.
Encendí mi celular para mirar la hora. A penas y era la una y veinticinco. Mi batería se agotaba y yo no quería responder ningún estúpido mensaje de ''buen viaje'' o ''no vayas a olvidarme''. Ni siquiera de Paula, mi supuesta mejor amiga. Sólo quería sentirme despejada por al menos unas horas de mi vida, sin que me precediera todo lo que había dejado en Oakim, mi antigua ciudad.
Miraba a aquel hombre conducir, mientras trataba de ver a través de la distorsión de sus anteojos. Estaba aburrida, o simplemente me causaba ansiedad pensar en lo que estaba haciendo Charlie. ¡Maldición!
—Tío..., ¿puedo hacerte una pregunta?
—Sí —contestó sin apartar la vista esta vez.
Relamí mis labios y me concentré en moderar mi tono de voz para no despertar a mi mamá. No quería que escuchara nada de lo que estaba por decir.
—¿Cómo asimilaste que tenías que seguir adelante tu solo? —pregunté.
Él permaneció en silencio unos segundos. Me maldije a mí misma; creí haberme pasado de la raya, pues, no sé si sean del tipo de cosas que les gusta hablar a los hombres.
—¿Te refieres... a cómo superé que Margarita me abandonara?
—No precisamente... —apagué mi celular y lo encerré en medio de mis muslos —. Me refiero a que, si estás muy acostumbrado a estar con alguien, ¿cómo asimilas que ya es hora de que tomen rumbos separados?
ESTÁS LEYENDO
Creepy Woods - El Archivo XXI
Ficção AdolescenteExtrañas desapariciones han estado ocurriendo en Simantis. Todos dicen que las personas que desaparecen se adentran al bosque y luego no regresan. Mónica y su vecino Iker, serán testigos de que los misterios de esta extraña ciudad, cuando el tío de...