Abro la puerta del apartamento de Frank, las lágrimas no han cesado desde que salí de casa de Katia y Hector.
El teléfono en mi bolsillo suena por milésima vez, si no es Frank es mi amiga, quien en uno de sus mensajes me hizo ver lo preocupada que esta por haberme ido tan repentinamente y sin despedirme, pero no podía estar mas en aquel sitio.
Soy una egoísta, no debería haberle hecho ese numerito a Frank. Puede que yo muera, y cuando eso pase el va a necesitar a alguien en su vida, posiblemente sea ella quien lo sostenga.
Saco el aparato para ver en la pantalla el nombre de Katia, deslizo contestando.
—¡Yulia! — chilla del otro lado del auricular, y el tono de alivio en su voz me hace sentir culpable por irme de esa manera — ¿por que te has ido asi? ¿te encuentras bien? ¿quieres que vaya a buscarte?.
—No, estoy bien Katia, deja de preocuparte.
—¿Como no voy a...? — se corta a media frase — ¿que ha pasado?.
—Nada, ¿por que crees que ha pasado algo? — respondo divagando ante sus preguntas, es un día especial para ella y no pienso arruinarlo con mis cosas.
—Por que te has ido, por eso, ¿te ha hecho algo Frank? — ¡Diablos! ¿acaso tiene un séptimo sentido? ¿como ha llegado a deducir que me he disgustado con el? — juro que si ha hecho algo yo...
—No ha hecho nada — le corto ante sus amenazas, y es que el en realidad no ha sido el culpable, esta en todo su derecho de platicar con quien le da la gana. Es libre y no debí ponerme en ese plan — solo he venido a casa a descansar, es todo.
Resopla con fuerza, no se cree nada de lo que he dicho.
—Aqui hay habitaciones, solo tenias que pedir una y listo, ¿que acaso no somos mejores amigas? — dice en reproche. Es mejor su enojo en mi que en él.
—Si, lo somos, y por eso mismo quise ahorrar molestias, quería tomar un baño, ponerme ropa mas cómoda y tumbarme en la cama. Subo los escalones hasta la habitación de Frank.
—Si tú lo dices — responde en un tono hosco, parece dolida. Suspiro profundo — si te ha hecho algo, ¿verdad?
—No, tan solo platicaba con una vieja amiga y yo lo he tomado a mal — me sincero con ella por que no quiero que se sienta triste o decepcionada sobre nuestra amistad, tarde mucho tiempo sin verla y ahora que la he recuperado no puedo imaginar no tenerla conmigo — y he venido a casa.
—¿A tu casa?.
—No, a la de Frank — entro al cuarto de baño, abro el grifo dejando que el agua salga cayendo sobre la tina — ha sido una tontería Katia, no te preocupes.
—Esta bien — acepta mas calmada — pero mas tarde te llamare para ver como estas, ¿te parece?.
—Si, me parece, adiós.
Terminamos la llamada.
Regreso a la recamara dejando el móvil sobre un buró, abro el cajón para tomar un de los aromatizantes de baño. Me dirijo al armario de donde cojo un conjunto de ropa interior y mi pijama de seda, esta ultima me la a regalado el castaño para que durmiera cómoda.
Sacudo la cabeza despejando mis pensamientos.
Con toalla en mano vuelvo a la habitación hasta el cuarto de baño encontrando el agua al borde de la orilla, cierro el grifo.
Dejo mis cosas sobre la tapa del váter, me desnudo con rapidez, para seguir con los pasadores incrustados en mi melena corta. Echo sobre la tina un poco del líquido para aromatizar, después introduzco un pie para comprobar la temperatura. Esta en su punto. Poco a poco me tumbo en ella, el agua chapotea desbordándose y mojando el piso.
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Cayendo en la Necesidad
Roman pour AdolescentsLa segunda parte de Cayendo en el Deseo, la historia de > √√•√√ ¿Te ha pasado que sientes que el universo gira entorno a ti? A mi si, creí que todos estaban para mi, que poseer belleza me tenia la vida resuelta; me equivoque. Conocer aquel hombre q...