Sanando

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Capítulo 34: Healing.

Tensión. Nerviosismo.

Hermione se encontraba en aquella sala de los juzgados de nuevo, y sentía una presión tan grande en el pecho que apenas podía respirar con normalidad.

Las puertas se abrieron de par en par y Percy entró acompañado de dos policías. Sus miradas se cruzaron, tal y como lo habían hecho un par de días atrás, pero aquella vez se sintió con mucha más intensidad. Sus ojos azul cielo penetraron en los suyos de manera casi enfermiza mientras caminaba hacia el banquillo de los acusados, consciente de que probablemente aquella sería la última vez que se vieran. Draco, que sostenía la mano de Hermione en su regazo con los dedos entrelazados, se movió en el sitio para interponerse entre ambos. No estaba dispuesto a darle con el gusto, aunque solo se trataran de un puñado de segundos. Hermione se asomó un poco por encima de su hombro. No podía ver la expresión de su novio, pero a juzgar por el cambio en la de Percy, debía haber sido aterradora.

Todo pasó más rápido de lo esperado.

—Este jurado declara al acusado, el señor Percy Wakefield, culpable de todos los cargos.

El juez dio un golpe tan fuerte con el mazo que Hermione se incorporó sobre el colchón, conteniendo el aliento y abriendo mucho los ojos. Bicho, que estaba acurrucado a sus pies, se cayó de la cama del susto.

Draco se giró un poco para poder mirarla, sus ojos todavía adaptándose a la claridad de la mañana.

—¿Has vuelto a soñar con el juicio? —preguntó, algo adormilado.

—Sí —confesó ella, limpiando el sudor de su frente—. Siento haberte despertado... otra vez.

Draco rodó sobre la cama y la agarró de la cintura para que volviera a tumbarse junto a él.

—No pasa nada —le dijo, abrazándola y apoyando la mejilla en su coronilla—. Tienes que darte tiempo para sanar.

—Lo sé —respondió Hermione, suspirando contra su pecho y recorriendo con un dedo el contorno de uno de sus tatuajes—, pero ya ha pasado un mes. ¿No crees que mi mente debería haberlo asimilado? Tengo el mismo sueño todas las noches desde el día del juicio.

—¿Qué dice Maggy al respecto?

—Opina que, aunque sea recurrente, es un sueño necesario. En la última consulta me sugirió algo, aunque no entendí a qué se refería.

—¿Qué te dijo?

—Que lo usara para cerrar heridas, para poner punto y final a este ciclo y empezar uno nuevo.

Draco se quedó así, sosteniéndola entre sus brazos mientras parecía pensar en el significado que podrían tener sus palabras. Pasados unos minutos, se encogió un poco de hombros y le acarició el cabello.

—Yo tampoco sé qué quiere decir. ¿No tenías una cita con ella hoy? ¿Por qué no aprovechas para preguntárselo?

—Eso haré.

Bicho, que había empezado a adquirir las destrezas típicas de los gatos en las últimas semanas, dio un hábil salto para subirse de nuevo a la cama, colándose entre ellos y acurrucándose sobre las sábanas.

—¿A que no adivinas dónde lo encontré ayer?

—¿Dónde?

—Encima del frigorífico —Hermione dio un grito ahogado y Draco se rió con ganas—. No sé cómo diablos consiguió llegar ahí, pero luego no sabía bajarse. Tuve que subirme a la encimera para cogerlo.

Y volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora