capitulo 6

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¡A LEER!

El resto de viaje que quedaba pasó de forma rápida y cómoda, Ada nuevamente estaba sentada al lado mío y nadie nos molestaba, ni siquiera la azafata, que ya se había ganado nuestro profundo odio.

Para mi fue bastante graciosa y cómica la situación en el baño del avión, obviamente fue incómoda, pero vivir algo así en pleno vuelo es como una fantasía hecha realidad, es decir... Eso es algo que se ve solo en las películas ¿no?.

Al llegar a nuestro destino, realmente yo no sabía a donde ir, es decir, no me había encargado de conseguir un lugar para hospedarnos.

-Helena, no te preocupes por alojamiento... Tengo propiedades, después de todo este es mi país natal-dijo Ada notando mi preocupación.

-¡Cierto!, vamos entonces- respondí aliviada.

El camino fue bastante largo, lamenté el hecho de no haber arrendado un coche antes, la verdad no tuve tiempo. Caminamos todo el trayecto, acompañadas de un incómodo silencio, de esa forma llegamos a una gran casa no muy apartada de la sociedad, incluso puedo decir que Ada tenía vecinos.

-No me digas que...-traté de decir sorprendida

-Si, este es mi hogar... Bienvenida-dijo invitándome a pasar.

Si por fuera el lugar era hermoso, por dentro era aún mejor, las salas estaban extremadamente bien distribuidas, decoradas sobretodo con lujosos adornos que ni yo sabía de donde provenían.

Enseguida Ada me llevó a la gigante cocina.

-Debes tener hambre... ¿Que te parece si cocinamos algo y después, bueno... Descansamos?-preguntó Wong algo animada.

"Mierda, no sé cocinar..."

-Ehmmm... Si, buena idea...-contesté muy nerviosa.

-¿Te gusta la crema de tomates?-preguntó Ada revisando su refrigerador.

-Si, me encanta...-

Enseguida Ada buscó todos los ingredientes necesarios y comenzó a preparar la comida, toda su preparación iba bastante bien hasta que me ordenó retirar la olla del fuego, yo estaba tan distraída que la tomé sin ninguna protección en las manos. Solté un grito de dolor tratando de evitar soltar la olla, conseguí dejarla en un pequeño mueble perteneciente a la cocina.

Ada enseguida corrió a mi para revisar mi estado, la verdad el dolor nunca fue intenso pero...

-¿Estás bien?- preguntó mostrándome un sensación de temor en sus ojos.

-Si... No fue nada, no te preo...- fui interrumpida por la mano de Ada que ahora tomaba la mía y la subía, de tal forma que la dejó a la altura de nuestras caras.

-Vaya... Para mi fue bastante...-dijo cambiando el tono de voz a uno más sensual y pícaro.-Lo aliviaré-fue lo último que dijo antes comenzar a invadir mis labios.

Nuevamente Ada comenzaba a volverme loca con sus labios, suaves y con ese exclusivo sabor que poseían, ese sabor que era tan único y que ni siquiera podía describirlo. Simplemente me debía someter a sus juegos, no podía contra una mujer así, era tan jodidamente atractiva y no me refiero a lo físico, había algo en su personalidad que me provocaba un extraño sentimiento de cercanía. Pronto algo me sacó bruscamente de mi estado de "hipnósis", pero fue algo que pensé. Paré bruscamente las acciones de Ada.

-Ya, basta...- dije con un poco de enfado, acción con la que Wong quedó un poco descolocada.

-¿Qué sucede?- preguntó la asiática muy extrañada.

Aquí debía aclarar todo, debía saber si esto valía la pena o no.

-¿Por qué yo, Ada?, ¿¡Porque actúas así conmigo!?, me está costando mucho seguir participando en tus malditos juegos...-dije ya más alterada.

No obtuve respuesta de Ada, simplemente me dio la espalda alejándose un poco de mi.

-Mierda... No sé que estoy haciendo aquí- dije muy confundida.-Adiós Ada-

-Helena, espera- me detuvo la asiática.-Yo... Yo creo que estoy sintiendo algo más por ti-

-¿Qué dices?, en serio, ya no más, es suficiente- dije cortante.

-¡Esto es en serio!... Mira, no sé por qué, pero he comenzado a quererte desde que te conocí. Jamás me permití sentir este tipo de cosas, pero lo tuyo es mucho más fuerte que mi propia voluntad- contestó Ada Wong en un extraño tono de voz.

-Ada, ya no debemos seguir con esto, aunque pienses o digas lo contrario... Lo que sentimos es solo atracción sexual-mentí.

En ese momento la bella mujer asiática quedó con un aspecto terrible, como si le hubieran arrebatado el alma, como si la gran mentira que le acababa de decir le hubiera roto el corazón. Todo el mundo sabía que Wong no era una persona que sintiera afecto por los demás y menos aún actuaría así en una situación como esta, pero por algún extraño motivo yo sentía que lo dicho le había dolido, y mucho.

-Es-está bien, tienes razón... Supongo que ahora es inútil que estemos juntas en esto- dijo dirigiéndose a la entrada del hogar.-Adiós Helena...-agregó sin más, abriendo la puerta.

Comencé a acercarme a la puerta dispuesta a largarme de aquel lugar, pero con cada paso que daba mayor era mi pesar, me dolía dejar a Ada así, me dolía alejarme de la mujer de la que me había comenzado a enamorar desde... joder, ni siquiera sé desde cuando empecé a quererla, pero lo hice.

Al fin pude llegar a la salida estando dispuesta a despedirme de la mujer que ahí esperaba.

-Adiós Ada-me despedí acercando mis labios a su mejilla, aunque por alguna razón el beso terminó siendo plantado en la comisura de sus adorables labios.

Al parecer Ada notó todo lo que sentia en ese momento, porque después de un momento me volvió a besar, pero esta vez fue en los labios.

-Helena, por favor, dime que es mentira todo lo que me dijiste. En verdad siento algo muy especial por ti y no estoy dispuesta a dejarte ir hasta que me digas la verdad-dijo la mujer.

¿Ada Wong "abriéndome su corazón"?, ya no podía más, ni yo misma tenía la voluntad para seguir con esta mentira, tampoco tenía la voluntad dela be alejarme de ella ahora mismo, por lo que simplemente la besé lentamente, tratando de demostrarle todo lo que sentía por ella.

-Sólo eso quería saber...- susurró de forma aliviada y alegre.

El día pasó rápidamente, incluso no nos percatamos de que la noche ya había caído. El cansancio era demasiado como para seguir despiertas, por lo que ambas tomamos la decisión de al fin ir a dormir.

Después de varios minutos, ambas estábamos listas para ir al fin a nuestras correspondientes habitaciones, si, lastimosamente no dormiríamos juntas aunque a mi me hubiera encantado poder estar cerca de Ada. A pesar de todo no podía quejarme, mi cama era extremadamente cómoda, al parecer Ada se preocupaba de cada detalle y en todo sentido.

El tiempo pasaba muy lento para mi, moría de ganas por ir a la habitación que estaba al lado y estar con la mujer que yacía en su cama. Medité durante varios minutos lo que iba a hacer, no quería cometer un error, no de nuevo.

Lenta y silenciosamente me levanté de la cama y comencé a caminar hacia la habitación de Ada, abriendo la puerta con cuidado, no quería despertarla porque se veía aún más hermosa durmiendo, era como estar viendo un ángel... o mejor aún, una Diosa. Al llegar a la cama comencé a acostarme lentamente hasta quedar bastante apegada a ella. Me asusté al sentir como Ada comenzaba a moverse bruscamente, indicando que iba a despertar, pero todo eso cambió cuando me agarró del cuello y comenzó a besarme desesperadamente.

JEJE, OH SI MIS PERVERTIDOS... EL PRÓXIMO CAPÍTULO SE VIENE LO BUENO.

ADIÓS

Arriesgándome por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora