Reviso la cámara digital, echándole un vistazo mientras la volteo entre mis manos, en búsqueda de algún daño que haya recibido. Últimamente, las fotografías que he tomado tienen manchas que lucen como destellos, y esos detalles arruinan la imagen.
Cuando examino el objetivo del lente de la cámara, escudriño a ver si tiene yemas de dedos marcados. Hay veces que olvido llevarla a la escuela y no dudo que mi madre sea intrusa y la tome, con sus sucias manos.
Mi teléfono vibra sobre el cajón que hago llamar mesa de noche y lo tomo, intercambiando de lugares la cámara y el aparato precario que poseo.
—Shawn —La voz suena entrecortada a través de la línea, pero he de culpar a mi chatarra tecnológica por eso—. Soy Denise —me indica quién es, como usualmente hace.
Él debe hacerlo ya que todavía no hallo la forma de agregarlo a los contactos en este teléfono que se asemeja a un ladrillo. Ni siquiera me es posible enviar mensajes —o quizás sí, pero no tengo idea de cómo hacerlo—, así que he de conformarme con llamadas para comunicarme con los demás.
—Tal parece que ya te sientes mejor. ¿Qué ocurre? —indago, queriendo saber el motivo de su repentino deseo de hablar conmigo.
Denise casi nunca me envía mensajes o llama por teléfono. Como yo, él no usa el suyo con frecuencia y lo utiliza en caso de extrema urgencia. Y es por ello que me resulta curioso el hecho de que esté llamándome.
—Pues sí, la enfermera dijo que no era dolor de estómago, era más bien hambre lo que sentía —Me rio, pero no tan fuerte para no causar alboroto y atraer la atención de mi madre. Denise es una caja llena de sorpresas y eso es genial, él es simplemente genial—. E iremos a celebrar el que me he recuperado a Shelly & Jules' Bowling —anuncia emocionado.
Ir a jugar bolos y, en sí, estar en ese lugar en específico, lo pone bastante feliz. Me alegra ver que una de las personas que más adoro en este horrendo mundo esté contenta. A Denise le encanta tanto que si no fuese por los trabajadores, él viviría allí y subsistiría a base de las deliciosas papas fritas, sus sabrosas alitas de pollos y, lo que más le gusta, los maravillosos churros rellenos.
—Sé que no íbamos a ir hasta que acabase la semana, pero lo medité y es mejor vayamos esta noche, ya que el próximo lunes tenemos examen de lengua y..., bueno, tú ya sabes cómo son los exámenes del profesor Harrington —dice, de repente.
A pesar de que intente engatusarme con lo de nuestras responsabilidades escolares, no iré. Debo atender asuntos importantes.
—No puedo ir —digo con firmeza.
—¿Por qué no puedes? —pregunta con ese recelo que caracteriza su voz.
—No puedo, es decir, yo... —Toda firmeza se va cuando comienzo a titubear, nervioso.
Aunque no pueda verle a la cara, sé que su estado anímico ha decaído de un setenta por ciento a treinta; imagino su rostro endurecido, el semblante fruncido con ligereza y la expresión neutra en su totalidad, esperando oír una respuesta que valga la pena y que sea creíble.
Denise no es para nada tonto: sabe el momento exacto de cuando dejar pasar algo por alto porque estás comportándote como imbécil de primera; y cuando no porque observa que no todo está yendo correctamente y que hay que preocuparse. Es probable que indague lo suficiente para recriminar mis actos y llegar al punto de involucrarse con tal de no ocasionarme daño, o que terceros me lo ocasionen.
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Lovesick
FanfictionPuede que esté loco, pero loco de amor por ella. - portada bellísima de @versacegrl 🖤