Capítulo 2

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Observaba al hombre de pie en la cocina, era uno de los ricachones, un invitado a la fiesta. Más que un invitado, Taemin lo había visto cerca de la pareja celebrando su compromiso y Dios, pero el hombre era precioso, al igual que en una portada de revista dedicada exclusivamente a los ricos, un mundo al que muy bien el no pertenecía.

Se metió las manos en los pantalones caros y siguió mirándolo, su pose indolente y arrogante. Sus ojos claros se posaron sobre el como si lo juzgara, casi como si estuviera considerando la posibilidad de si debía considerarlo digno ¿De qué?, ¿su presencia?, era una idea ridícula.

Tenía el pelo algo platinado, realmente era atractivo.

-No me vas a responder?-, le preguntó con suavidad.

En silencio, el negó con la cabeza y, para su sorpresa, se echó a reír.

-Es que no, no me vas a contestar, o no, no es tu novio?

-Él no es mi novio-, susurró.

-Gracias, que bueno por eso-, murmuró.

Taemin parpadeó con completa sorpresa y luego sus ojos se estrecharon mientras avanzaba hacia él. Rápidamente se movió a un lado mirando hacia la puerta, no podía salir, así que correr no era una opción.

Necesitaba la otra mitad de su paga, demasiado, y quería la comida. Pero con la misma rapidez él se acercaba a él de nuevo, entrando en su espacio hasta que su pulso saltó erráticamente y el comenzó a poner un ojo en la puerta del callejón, de repente indiferente si había o no paga.

-¿Cómo te llamas?- Él lo miró.

-Uhm, ¿importa?- Se detuvo un instante, inclinó la cabeza hacia un lado y luego dijo:

-Si. Importa-.

-¿Por qué?-, Susurró.

-Debido a que no tenemos el hábito de follar a cualquiera si no conocemos su nombre-, dijo sin rodeos.

Whoa... Había tantas cosas mal con esa declaración que ni siquiera sabía por dónde empezar.

Puso la mano en defensa automática antes de que pudiera estar más cerca.

-¿Nosotros?- Preguntó el -¿De qué estás hablando? ¿Quién diablos es nosotros? Y no voy follar con nadie, ustedes, nosotros, ellos, de ninguna manera-.

-Minho te desea-.

-¿Quién carajos es Minho?-

El apretó los dientes y luego se lanzó al ataque. -No voy a tolerar el acoso sexual en el trabajo, voy a presentar una denuncia y luego me voy de aquí-.

Para su mayor sorpresa, él se limitó a sonreír y luego extendió la mano para tocarle la

Mejilla - enfría los motores, cariño. No te estoy acosando, estoy proponiendo. Hay una gran diferencia-.

-Tal vez en tu cabeza-, señaló. -Eres demasiado lindo para ser un chico... ahora el interés de Minho-.

-¿Quién diablos es Minho?- Repitió -¿Y quién eres tú? No hagas propuestas a alguien sin dar tu nombre. Y tú tienes problemas por no saber el nombre de alguien antes de ir a la cama con esa persona? ¿Qué es lo que te pasa? Ni siquiera te presentas a ti mismo-.

Se rio de nuevo y era un zumbido caliente que se sentía tan bien que quería quedarse con él para siempre. Era un sonido despreocupado y él lo resentía amargamente, estaba tan celoso que quería grabarlo con su envidia. Este era un hombre que no tenía problemas, no tenía preocupaciones, excepto con quien él quería ir a la cama.

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