Capítulo 21

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Minho abrazó a Taemin cuando lo alcanzó justo en la entrada del ascensor. Él no lo miró a los ojos una vez después de que le había dicho que se iban, Taemin estaba mortificado, era evidente en las líneas apretadas de su cuerpo y la angustia en sus ojos.

Él lo hizo entrar en el coche, lo mantenía cerca de él cuando se detuvieron en el tráfico. Ya había dado su conductor su destino cuando lo había llamado para decirle que estaban listos para dejar el apartamento de Siwon. Taemin ni siquiera se dio cuenta cuando no se dirigen en la dirección de su departamento. El probablemente pensó que Minho planeaba llevarlo a su departamento, tal vez incluso pensó que se quedaría de nuevo con él. Como si fueran a pasar en cualquier lugar y no en su hogar en la noche de Navidad.

Minho se volvía cada vez más impaciente con la distancia entre ellos, lo quería en su departamento, en su espacio, en su cama todas las noches. Su mente le decía que no se moviera demasiado rápido, no presionar demasiado duro, el resultado final podría ser desastroso. Su corazón sólo lo quería a él en sus brazos, su cama, su vida.

Cuando se detuvieron delante del centro comercial, Taemin, finalmente se dio cuenta de que no habían vuelto a su apartamento. El levantó la cabeza y miró a su alrededor con consternación.

-¿Dónde estamos?"-

Se inclinó para silenciarlo con un beso, luego abrió la puerta y lo empujó suavemente del coche.

-Minho, ¿qué...?

Le interrumpió cuando su mirada se encendió en el árbol de Navidad que se elevaba frente a ellos. Las lágrimas llenaron sus ojos de inmediato, lo que hizo su pecho apretarse dolorosamente.

-Oh, Minho- Él se quedó en silencio, con los ojos extasiados y encendidos de alegría. Se quedó inmóvil, su respiración hinchando en una nube.

-Yo vine aquí una vez- susurró - Fue mi primera Navidad en la ciudad mía y de Kai, nosotros caminamos casi siete horas en la nieve porque yo sólo quería ver esto, solo una vez; pero solo lo podía ver de lejos porque no nos dejaron seguir por nuestro aspecto-

Minho luchaba por respirar ante el dolor en su voz, sus manos se apretaron y se cerraron en puños.

-¿Hace cuánto fue eso, Taemin?- Él tenía veinte años, tan joven. No estaba seguro de que quería saber cuánto tiempo había estado en la calle.

-Cuatro años- murmuró.

Ahogó la maldición que ampollaba sus labios, había estado viviendo en las calles por cuatro malditos años, había tenido dieciséis años, una época en la que la mayoría de los jóvenes estaban esperando el inicio de sus vidas yendo a la universidad, divirtiéndose, teniendo el mundo.

Estaba más decidido que nunca a protegerlo de todo lo malo en su vida, no podía permitir que cualquier otra cosa mala lo tocara. Sólo quería rodearlo con las cosas buenas, recuerdos felices, quería darle eso.

-Vamos a ir más cerca- dijo el, con voz temblorosa por la emoción. Taemin se apoderó de su mano, tirando de Minho hacia delante.

No pudo evitar una sonrisa ante su entusiasmo, sus ojos bailaban y todo su rostro se iluminó al igual que el árbol de Navidad. Era tan hermoso cuando sonreía, hizo que le doliera el estómago y cada vez que sonreía, era siempre sorprendido por el hecho de que él lo hacía con tan poca frecuencia. Era otra cosa, que estaba decidido a cambiar en él quería darle una razón para sonreír cada maldito día.

El tejió su camino a través de la pequeña multitud y se detuvo en un lugar donde no estarían codo a codo con los demás. Se quedó mirando el árbol en silencio, dejando su mano para estrechar la otra en frente de él.

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