01. Guerreros legendarios

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Siberia Oriental

Los pasos retumbaban en la nieve. Hyoga estaba tan dentro de sus pensamientos que por un momento no noto que estaba acompañado. Un grupo de cuatro hombres lo rodearon.

— Ah, al fin te encuentro, Hyoga... Como tardabas tanto... comenzamos a creer que tenías miedo de enfrentarnos... — Soltó una leve risa. Su apariencia era completamente desconocida, sus cabellos tenían un flequillo que cubría la mayor parte de sus ojos, llevaban puesta una gruesa capa de lana que si bien los hacia parecerse el uno al otro.

—¿Quiénes son ustedes, para osar venir a desafiarme en lo más profundo de este desierto helado? — Pregunto el cisne con un rostro apacible, con el ceño ligeramente fruncido.

—Esta tierra es también nuestra. Nosotros venimos de Bluegrad... — Respondió uno del escuadrón.

—¿Como? ¿Blue Grad? ¿Ustedes hablan de esa ciudad donde todos los habitantes fueron muertos por una gran ola de frío hace ya muchos siglos? —

La ciudad de Bluegrad surge tras la última guerra santa contra Poseidón. Cuenta la leyenda que 8 saints de Athena consiguieron vencer al emperador de los mares y tras el encierro de éste en el ánfora de Athena, estos 8 guerreros se quedaron en la zona norte de Siberia para custodiar dicha ánfora.

Con el tiempo, siglos después, debido al aislamiento geográfico, y el olvido por parte del Santuario, estos saints se asentaron permanentemente en esa región y fundaron a la ciudad de Bluegrad, una ciudad en permanente invierno donde nunca sale el sol.

Según se sabe, el pueblo se creía extinto pues debido a un terrible invierno en años anteriores, la gran mayoría de sus habitantes fallecieron por el frío extremo.

—Exacto. Pero algunos habitantes lograron sobrevivir. — Responde el primer hombre que se dirigió a Hyoga.

—¡Nosotros somos los legendarios guerreros de Bluegrad...! — Reprende un segundo, y casi de inmediato los guerreros retiran sus capas para hacer aparecer sus armaduras brillantes.

—¡Los guerreros de los hielos! ¡Los Blue Warriors! (Guerreros Azules) — 

Aquel hombre parecía ser más joven que el resto del grupo, también uno más apuesto, con una apariencia física que lo hace ver mayor. Es un joven alto a comparación de los demás, con una estatura de 184 cm. Tiene la tez blanca, su cabello claro (posiblemente rubio) y algo largo casi llegando a sus hombros.

—¡Los guerreros azules! — Susurra Hyoga. El caballero cisne parece sorprendido ante las corazas de color azul brillante.

—Los guerreros azules fueron el ejército más fuerte en la era mitológica y tenían su base en el polo norte. Se dice que sus fuerzas se comparaban con los caballeros de Athena... no puedo creer que hayan sobrevivido... — Hyoga pensaba en las historias que su madre le había contado. Sin embargo, sus pensamientos fueron irrumpidos por uno de ellos.

—¡Hyoga, nosotros necesitamos de tu fuerza.! ¿Te unirás a nosotros? ¿Quieres ser nuestro compañero? — El castaño extendió las palmas, señalando a los otros guerreros, quienes inmediatamente asintieron con la cabeza, en forma de aceptación al ruso.

—¿Yo...? — Muestra una sonrisa — Tu pareces olvidar que yo soy un Caballero de Athena! — Hyoga parecía molesto, su entrecejo comenzó a arrugarse, mientras que su mandíbula se tensaba en un esfuerzo de mantenerse sereno.

El de cabello castaño llevaba una coraza azul que lo diferenciaba del resto. Al recibir aquella respuesta suya, tan solo se lamio los labios en una especie de mueca. —Ya veo... En ese caso... es la muerte lo que te espera... —

Hyoga de inmediato se puso en guardia y entonces respondió: —¿Y tú realmente esperas vencerme? ¿Con estos guerreros tan decrépitos como tú? —

—Maestro Alexer... — interrumpió uno de los soldados con el rostro enfurecido.

—¡No! Quédate donde estas. — Dijo enseguida con un tono severo.

—Así que Alexer ¿eh? — Hyoga se deshace de su capa marrón, dejando ver su ropa de civil. — Bien, Alexer, ¡he comprendido tus intenciones! ¡Tú quieres invadir las tierras del sur! Y tú sabes bien que los Caballeros de Athena te cortarán la ruta... Por eso me llamaron, para eliminar a cuantos caballeros les sean posibles —

Alexer sonrio de lado — Eres muy listo Hyoga... ¡Y como ya te has dado cuenta, no queda nada más que explicar! — Alexer al igual que Hyoga se prepara para el combate.

Hyoga rápidamente lanza su técnica más conocida —¡Polvo de diamantes! — Exclama y deja salir de entre sus puños una ventisca helada y fina, que llena todo alrededor de un torrente de cristales preciosos. La técnica de Hyoga va directo hacia Alexer, quien no parece sorprendido ni preocupado por evitarlo.

Aquel poder no funciona contra su coraza zafiro, tan solo hace volar ligeramente su cabello.

—Qu... ¡¿Que?! ¡Él ha resistido... a mi polvo de Diamante! — Hyoga está sorprendido, incrédulo y ciertamente molesto — ¡Pero es imposible! —

—Hyoga... Los Guerreros de los Hielos viven en estas tierras heladas desde la noche de los tiempos... ¿Tu creíste que esa corriente de aire helado me mataría? — Alexer se ve confiado, con su puño logra dispersar el aire frio de Hyoga. — Ahora, escoge: ¡únetenos o muere! —

—Euh... Yo... — Hyoga se ve asustado

—¿Entonces? ¿Dudas todavía? ¡Entonces toma esto! ¡Impulso Azul! —

Mediante un movimiento de brazo hacia Hyoga, Alexer proyecta un intenso aire frío como el de las tierras del Norte. Haciendo volar al cisne por los cielos lanzándolo unos metros adelante dejándolo inconsciente.

The Cygnus History: Natassia del país de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora