Capítulo 11.

9.8K 932 396
                                    

Estaba absolutamente aterrado.

Brigitte y Dean Tomlinson lo estaban mirando detenidamente. La Alfa estaba sentada en la cabecera de la mesa y Dean estaba a su lado derecho. Louis lo tenía sujetado suavemente, muy, muy suavemente de la cintura mientras caminaban hacia el comedor el cual era obscenamente enorme, sentía como si hubiesen estado caminando hacia la mesa desde hace cinco minutos.

Sus piernas estaban temblando y sentía el aire escasear de sus pulmones, estaba seguro que estaba más pálido de lo normal y es que toda la Familia Tomlinson estaban usando ropas extremadamente caras y lucían demasiado pulcros y elegantes y... normales. Dios, estaba odiando por primera vez su forma extravagante de vestir.

Gucci no era una marca muy... normal, sus diseños eran extravagantes y su madre decía que sólo uno de cada cien Omegas llevaban perfectamente el estilo Gucci y que él había nacido con el don de usarlos.

Pero el par de gemelas usaban un bonito vestido aqua con detalles rosas, la castaña linda usaba un vestido rojo con un coqueto escote al frente, la rubia usaba un vestido verde limón que resaltaba sus facciones, Brigitte usaba un vestido negro con dorado y Dean y Louis un esmoquin gris oscuro perfectamente planchado y bueno, él usaba un Gucci suit blanco con flores negras por todos lados y definitivamente estaba llamando la atención de todos pero la forma en que los padres Tomlinson lo estaban mirando estaba matándolo.

Quería gritar y decirle a Louis que por favor regresaran para que pudiera elegir un traje menos llamativo pero no podía hablar.

—Disculpen la demora—habló el Alfa a su lado e hizo una reverencia para que se sentara en la silla junto a él, Harry lo hizo rápidamente y le sonrió a las gemelas a su lado.

—¿El es tu Omega?—preguntó una de las gemelas.

—Niñas—dijo Dean.

—Buenas noches—susurró el rizado.

—Buenas noches.

Oh, Dios.

Tembló entero cuando Brigitte simplemente le contestó el saludo. No se suponía que iba a temblar por un saludo.

Escuchó la risita de la gemela de a lado y la miró.

—Está intentando asustarte—le susurró riendo, Harry mordió su labio y sonrió.

Bueno, lo estaba logrando.

—¿Harry, te gusta el ayam cemani?—preguntó Dean con una sonrisa amable.

No. Definitivamente no. Quiso responder pero no lo hizo.

—No lo he probado—respondió en cambio.

La verdad era que no le llamaba la atención ese pollo, era... aterrador y seguramente sabía fatal. No quería probarlo, se había negado cuando su madre decidió comprar y cada vez que preparaba ese pollo, Harry prefería comer huevo o algo diferente.

Pero ahora debía probarlo porque no podía rechazar a los Tomlinson.

Si moría sería culpa del estúpido Ayam Cemani.

—Es delicioso—dijo la castaña. Harry sonrió amable y mordió su labio.

Maldita gente adinerada, gastaban dinero en pollos extraños sólo para demostrar su riqueza. Puaj, lo odiaba.

Cuando la gente de la cocina empezaron a servir la entrada y dejaron en el centro de la mesa la carne cocinada del ayam cemani, Harry tuvo arcadas.

La gemela a su lado rió quedo y susurró: —También lo odio, sabe horrendo pero mamá lo ama—dijo con su vocecilla infantil. Harry le sonrió.

Sintió la mano del Alfa en su muslo y lo miró. Louis le sonrió ladeado y buscó su mano para entrelazar sus dedos. Harry estaba agradecido, había descubierto que sostener la mano del Alfa lo tranquilizaba de sobremanera y en un momento como este, debía estar lo más tranquilo posible.

La cena continuó lenta, la familia Tomlinson era divertida y Harry casi pudo ignorar la mirada penetrante que Brigitte le estaba dando, prefirió concentrarse en las historias que las gemelas contaban.

El ayam cemani no estaba tan mal como pensó que estaría para una carne totalmente negra pero si le preguntaban, él no volvería a ingerir un trozo de esa carne si no era necesario.

Cuando dieron las nueve, todas las hermanas de Louis subieron a dormir porque tenían clases de mandarín al día siguiente muy por la mañana. Fue ahí cuando su cordura estalló secretamente dentro de él.

Bien, estaba en una habitación con dos Alfas temibles y un Beta que bien podría pasar por Alfa. Las feromonas de los Alfas penetraban su nariz con fiereza y sólo podía pensar en que si fuera un Beta podría estar tranquilo porque no podría oler tan perfectamente los aromas, si fuera Beta no tendría que estar ahí porque pasaría desapercibido. Ugh, ojalá hubiese sido Beta.

—¿Te gustó la cena?—preguntó la Alfa.

—Sí, estuvo rico. Gracias por invitarme—sonrió rogándole al cielo que no estuviera pálido y temblando.

—Entonces, Harry, estás siendo cortejado por mi hijo, ¿qué tal va con eso?

Quería rodar los ojos. ¿Él siendo cortejado por Louis? ¡El Alfa ni lo miraba!

Quería decirle con voz fuerte que su hijo era un asco cortejando gente si es que siquiera lo estuviese intentando.

Pero no lo hizo. Sólo sonrió de lado y mordió su labio con fuerza.

—Creo que está funcionando—susurró con las mejillas rojas. Escuchó una risa suave por parte del Beta pero no lo miró.

Sí, él también se burlaría de él mismo si se estuviera viendo siendo el Omega más patético del mundo.

—Me alegra escuchar eso. Siempre he querido que Louis sea un gran Alfa tal y como lo era su abuelo.

—Es un gran Alfa—respondió el Omega—. Es... un poco gruñón a veces y otras muy desconcertante con algunas cosas pero siempre es atento y... me trata bien. Creo que lo entiendo, es decir, no me gusta cuando está molesto pero todos nos molestamos y todos sus repentinos cambios de humor vienen en el paquete, así que está bien para mí.

¡Un aplauso para Harry Styles! Un gran actor, podría viajar a Broadway y después lanzarse con una película que rompería récords en taquillas.

Alzó la mirada y observó a Brigitte sonriendo mientras miraba con orgullo a su primogénito. Dean lo miraba a él sin una sonrisa pero con una expresión amable y Louis... oh, bueno, Louis lo estaba mirando profundamente.

¿Por qué lo miraba así? ¿Había dicho algo malo? ¿Habría sido por decir que tenía cambios repentinos de humor? Le preguntaría saliendo de ahí.

—Es hora de irnos—carraspeó el Alfa. Brigitte frunció el ceño y lo miró curiosa, Louis negó y se levantó rápidamente.

Harry parpadeó confundido y se levantó.

Justo a eso se refería, Louis era extraño y nunca sabía qué iba a hacer al minuto siguiente.

—Está bien. Fue un placer conocerte un poco más, Harry, espero se repita—dijo Dean amablemente, Harry le sonrió y asintió.

Brigitte se despidió con un asentimiento de cabeza y salió del comedor.

Louis tomó al Omega de la mano y caminó con él a la salida sin pronunciar una sola palabra. Salieron de la casa y subieron al auto del Alfa.

Cuando llegaron a casa de Harry, Louis se despidió con un suave beso en la mejilla y se fue sin decirle algo.

Ese hombre iba a confundir tanto su mente que terminaría explotando si no conseguía respuestas pronto.




⿻ 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝘆𝗼𝘂 ; 𝙡𝙖𝙧𝙧𝙮 ⿻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora