Jake Brown el típico Bad Boy de la universidad, al que todos temen y respetan, es obligado por el director de la universidad a asistir a clases de apoyo para superar algunas asignaturas, lo que él no sabía es que la mismísima nerd antisocial de la u...
A la mañana siguiente, me despierto gracias a; la brisa que entraba por mi ventana, los pajaritos que cantaban una hermosa melodía, gracias a un gran y reluciente sol que alumbraba mi cuarto... ¿A quien voy a engañar? Me desperté gracias al maldito despertador que me indicaba que eran las 6:00 a.m., tenía que estar en la universidad a las 7:30.
Me intento levantar de la cama pero en un intento fallido, me caigo de la cama haciendo un gran estruendo, debido a que mis piernas estaban enrolladas en las sábanas.
—Hija, ¿estás bien?— Dijo mi madre entrando a mi cuarto rápidamente y al verme se tiene que contener la risa— ¿pero que te ha pasado?
— Nada Marie, que quiero tanto al suelo que me he tirado a propósito— digo sarcásticamente y levantándome.
— Bueno, vamos corre, que tienes que ir a la escuela— dice mirándome y metiéndome prisas. Ni si quiera sabe que voy a la universidad.
— Voy a la universidad, no a la escuela— informo mientras me estiro.
— Joder, tendremos que contarnos mucho...—susurra—Bueno hija, tú prepárate que yo voy hacer el desayuno—se va de mi habitación.
Yo me voy a mi armario y busco mi ropa diaria de la universidad. Me voy al baño, me ducho rápidamente y me pongo mi ropa que consiste en; una sudadera gris y unos pantalones negros junto a mis Adidas favoritas.
Luego bajo a la cocina y mi madre me da el desayuno. Un zumo de naranja, dos tostadas de nutella y un café. Me lo como y bebo todo. Cuando termino lavo los platos y los coloco nuevamente en su lugar.
Cojo mis cosas y cuando estoy apunto de salir por la puerta Marie me detiene.
—Un momento señorita—dice ella.
— ¿Qué pasa?— pregunto con una ceja alzada.
— No pensarás ir con esa ropa, ¿verdad?— pregunta ella cruzada de brazos.
— ¿No es obvio?— respondo.
— Ni de broma, mi hija no saldrá con esa ropa, ahora mismo vamos a tu habitación y te pones otra— dice para después agarrar mi muñeca, obligándome a subir detrás de ella las escaleras. Entramos a mi habitación y se va directa a mi armario, soltándome por fin la muñeca. Coge unas cuantas prendas y me las da obligándome a meterme en el baño para cambiarme.
Bufo frustrada, si no salgo con esta ropa no me dejará ir. Comienzo a desvestirme y me pongo la ropa. Una camiseta de manga larga negra, que me mide un poco por encima del ombligo, unos pantalones vaqueros rotos y unas medias de rejilla, junto a unos botines negros.
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Cuando salgo mi madre asiente con la cabeza con aprobación. Menos mal. Ahora si podré irme.
—Ahora si— dice mientras asiente—ahora el maquillaje— vuelve a agarrar mi muñeca. Ah vale el maqui... ¿¡que!?