VII.

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CAPÍTULO VII

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CAPÍTULO VII. "Directo al grano"

Jueves 30 de Julio 2015. Seattle, WA.

—Espera, ¿qué? ¿Caroline? —Vociferó Enzo, atónito. —No, no... estás bromeando, ¿cierto?

Damon revoleo los ojos, con fastidio.

—No, Enzo. —Declaró —Voy a casarme con Caroline.

—¡No! ¡No puedes! —Dijo, negando con la cabeza repetidas veces.

—¿Por qué no? ¿No me digas que estás interesado en ella?

—No claro que no, pero es Caroline de quien estamos hablando. —Damon frunció el ceño. —Ella, ella es una chica dulce, simpática, linda y... y tú...

—Y yo no merezco una mujer cómo ella, porque soy un completo hijo de puta.

—Damon, sabes que no me refería a eso. —Explicó Enzo, inclinándose sobre el escritorio.

—Por supuesto que no —Respondió Damon con ironía. Pero pensándolo bien su mejor amigo tenía razón, Caroline era tan integra y pura, que efectivamente no merecía casarse con un tipo como él. Frío, calculador, cínico, sin corazón ni sentimientos, sólo preocupado por sí mismo. Es más, nadie absolutamente ninguna mujer merecía la horrible desgracia de tener que casarse con él. No era digno de nadie, y mucho menos era digno de que alguien lo amará. Si ni siquiera sus propios padres lo amaron, ¿cómo alguien más podría hacerlo?

Razonándolo mejor, incluso era afortunado de que Caroline se casará con él aunque fuera un acuerdo de conveniencia para ambos. No le quedaba la menor duda de que esa era la única forma en que una mujer se casaría con él, por dinero. Puesto que nada en él valía la pena más que su riqueza.

—No, no lo hacía. Eres mi mejor amigo Damon, mi hermano y te conozco muy bien. —Hizo una pausa, tratando de encontrar las palabras correctas. Como siempre quería hacerlo entender que no era ese hijo de puta que decía ser, porque no, no lo era.

Él lo conocía bien, bastante bien. Crecieron juntos en ese maldito internado en el que ambos fueron abandonados. En el caso de Damon por su padre y Enzo por sus tíos, a quienes se les otorgó su custodia legal luego del accidente en el que murieron sus padres.

Fueron dos chicos que carecieron del amor de una familia. Pero Damon el más afectado, su madre lo abandonó muy pequeño y su padre lo aborreció tratándolo toda su vida con desprecio por algo de lo que no era culpable. Sin embargo, Enzo tuvo la oportunidad de vivir en un hogar lleno de amor junto a sus dos padres, a pesar de que no duro tanto como habría deseado.

—Y no eres un hijo de puta. —Damon sabía que su amigo lo decía con sinceridad, sólo que no compartía su opinión con respecto a él mismo. Pero agradecía que al menos alguien creyera que era un bien tipo, a pesar de que no fuera así. —Es sólo que, no me imaginó a Caroline en un matrimonio arreglado. Ella no es esa clase de chica... interesada.

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