Después de haber dejado a su bebé en la escuela, se dirigió al trabajo lo más rápido que pudo.
Había sido un día muy tranquilo realmente, por lo que se pasó muy rápido y sinceramente no supo cuando su turno había acabado.
Se despidió de sus compañeros y salió del lugar en dirección a la casa de Jimin.
Agradecía demasiado que su amigo le ayudará con ir a recoger a JungIn a la escuela y cuidarlo mientras él estaba en el trabajo.Rápidamente llegó a la casa de su amigo de cabellera rosada y tocó la puerta.
Yoongi le abrió con una mueca extraña y lo dejó pasar a la sala donde estaba hecho realmente un desorden.
-¿Es que a pasado aquí un tornado y yo no sabía nada?.- preguntó burlón y escucho un gruñido de Yoongi.
-Por supuesto, un tornado llamado JungIn.- respondió el pálido con una sonrisa demasiado sádica.
El castaño prefiero no decir nada más y simplemente espero a que Jimin bajará con su bebé.
El chico de mejillas regordetas bajo lentamente de la segunda planta de la casa e hizo una seña para que guardarán silencio.
Se acercó a Taehyung y lo abrazó rápidamente.-JungIn está exhausto, se encuentra durmiendo en la habitación de invitados.- habló bajo el de cabellos rosados.
Taehyung asintió entendiendo y se fue a sentar a la sala, ignorando por completo las miradas cómplices de la pareja.
Yoongi y Jimin se sentaron justo frente a él y lo miraron serios.
-Taehyung tu sabes que te queremos, ¿Cierto?.- preguntó Jimin mirándolo triste.- nosotros queremos lo mejor para ti y para JungIn.
El castaño lo miro serio y un poco confundido por la revelación del de cabellos rosados.
-¿Pasa algo malo Hyung?.- preguntó el castaño confundido.
La pareja se miró por unos segundos con pena y suspiraron fuerte.
-La escuela de JungIn enviará a alguien de servicio social a mirar las condiciones en que vive el pequeño.
El castaño estaba realmente nervioso.
El pensó que lo que sus amigos decían era solo una broma pero todo eso cambio al llegar a casa, una mujer de aspecto serio lo estaba esperando ya fuera de esta.Al principio creyó que todo iría bien, trato de convencerse de que esto solo era una prueba y que pronto estaría acostado mientras se acurrucaba con su bebé.
Pero no.
El destino no quería que eso pasará.
-Señor Kim, ¿Cree usted que su hijo podría crecer en una casa con estas condiciones?.- preguntó la mujer.