tres.

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5 años después.

-¡JungIn el desayuno está listo!.- gritó el castañito terminando de colocar el último waffle en la mesa.

Sonrió al instante cuándo un pequeño azabache entro corriendo directo a la silla frente a él y lo miraba expectante a que le sirviera el desayuno.

-Buenos días bebé.- saludo el castaño mientras ponía un waffle en el plato del menor.

-Buenos días papi.- respondió el menor mientras recibía gustoso su desayuno.

-¿Fuiste un niño bueno y preparaste tu mochila para la escuela?.- preguntó dudoso el mayor.

-Si papi, tengo todo guardado en mi mochila.- respondió el menor.- ¿Papi? Mi mochila está un poco vieja, ¿Crees que podrías comprarme otra nueva de Iron Man?

Taehyung lo miro en silencio por unos segundos.
Asintió con una sonrisa que era más bien una mueca y el menor chilló en su lugar.

-¡Gracias papá!.- gritó el pequeño para comenzar a comer su waffle muy contento.

Taehyung solo se limitó a verlo comer en silencio y a pensar en una forma de guardar un poco de dinero extra para comprarle esa mochila a su bebé.

Después de que la relación de Taehyung y Jungkook terminará, el castaño por culpa del embarazo no pudo seguir estudiando su carrera, así que cuando finalmente tuvo al pequeño JungIn, busco un trabajo en un restaurante de mesero.

No pudo objetar nada ni poner peros ya que realmente necesitaba ese dinero.
Muchas veces sus amigos e incluso su familia le han dicho que busque a Jungkook y que le pida ayuda con el pequeño, pero Taehyung siempre termina negándose por completo.

Él no podría ver a la cara a Jungkook de nuevo, si bien aún estaba muy presente en su corazón y memoria, él decidió hace cinco años hacerse cargo de JungIn el sólo.

¿Cómo podría olvidar a Jeon Jungkook? No sé equivoco en decir que fue y será el amor de su vida. Nadie más pudo hacerlo sentir como Jungkook lo hacía.
Y vivir bajo el mismo techo con una pequeña personita que era la viva imagen del azabache no ayudaba mucho.

Sólo quería que ocurriera algún milagro para que su vida y la de su bebé fueran un poco mejor.

Sólo quería que ocurriera algún milagro para que su vida y la de su bebé fueran un poco mejor

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El viento helado de Seúl golpeó su rostro. Suspiro fuerte y tomo su maleta entre sus manos para después subir a un taxi y darle la dirección de su ahora casa.

Por fin había terminado la carrera que tanto había deseado estudiar, se graduó con honores e incluso su padre le ofreció ser el nuevo CEO de JeonsCompany.

Miró por fuera de la ventana y se concentró en las hermosas luces que adornaban su ciudad natal.
Aún recuerda sus últimos momentos allí. Había asistido a un fiesta con todos sus amigos y había comido tanto que terminó vomitando en las botas de su viejo amigo Yoongi después de subirse a la montaña rusa. Hubo un pequeño concierto que realmente había disfrutado y cuando llego a casa hizo el amor con Taehyung hasta que ambos estuvieron lo suficientemente agotados.

Ah, Taehyung.

Mentiría si dijera que ese lindo castaño dejo la mente de Jungkook.
Después de esa horrible despedida por parte del menor, Jungkook no tuvo más remedio que marcharse. Si bien su corazón gritaba que se moviera y fuera detrás de él, su mente simplemente repetía una y otra vez las mismas palabras.

Él dijo que lo está haciendo por ti, por tu sueño. Si en verdad lo amas entonces demuéstrale que alejarse valdrá la pena y luego vuelve siendo el mejor.

Su vida en Los Ángeles fue tranquila, si bien tuvo un pequeño club de fans locas siguiéndolo por el simple hecho de venir de Corea y de hablar Coreano.

No entendía como podían ser tan locas, el solo bastaba con decir Hola en coreano y todas gritaban eufóricas pidiendo más.

El taxi se detuvo frente a una enorme casa y simplemente bajo del sitio para después pagarle al hombre y entrar a su hogar.
Metió la llave a la enorme puerta y cuando la abrió las luces se encendieron, dejando ver a dos cabelleras rosada y menta.

-¡Jungkook!.- gritó el de mejillas regordetas.

-¡Cosmo y Wanda!.- gritó el azabache ganándose una mirada amenazante del pálido y maldiciones del de mejillas regordetas.

-¿Cómo han estado Hyungs?.- preguntó el menor después de abrazar a ambos chicos.

-Muy bien, Yoongi sigue siendo un flojo sin límites y yo su fiel amante de la limpieza.- respondió Jimin haciendo bufar al pálido.

-¿Cómo te fue en Los Ángeles?.- preguntó el de cabellos mentas mientras se sentaba en uno de los sofás de la enorme sala.

-Bien, mejor de lo que imaginé.- respondió el menor con una sonrisa en el rostro mientras se sentaba a un lado del mayor.

-Me alegra saberlo Jungkook-ah.-v respondió el de cabellos rosados con una sonrisa.-...¿Tienes pareja?

-Jimin.- advirtió el pálido.

Jungkook soltó una risita tratando de mostrar que el tema no lo afectaba en absoluto cuando en realidad era todo lo contrario.

-No tengo pareja Hyung, la última vez que me terminaron fue demasiado doloroso y cruel así que no creo querer pasar algo así de nuevo.- respondió el azabache mientras se movía un poco hacia el frente para tomar una botella de whisky y llenar un pequeño vaso para él.

-Él no quería hacer las cosas así.- habló Jimin

-Si bueno eso ya no importa, estoy olvidado y el también.- respondió molesto el azabache mientras le daba un trago al vaso.

Yoongi y Jimin intercambiaron miradas cómplices y el menor hizo una mueca.

-¿Qué mierda están tramando?.- preguntó confundido.

-N-nosotros s-solo...- Jimin fue interrumpido por un ruido que venía de atrás del azabache.

Jungkook volteó confundido hacia allí y sus ojos se abrieron por completo ante lo que estaban viendo.

-¿T-taehyung?.- preguntó.

El de piel canela hizo una mueca y desvió la mirada.

-Hola Jungkook.

¿Quién es papá?~KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora