"Deseo"

MI VIDA

Esta historia paso en un pueblo llamado Juneau en Alaska, mi nombre es Abigail Black.

Todo empezó cuando regresaba del trabajo, hacia frío y empezaba a nevar tenía que cruzar parte del bosque para llegar a mi cabaña, yo vivía sola y había decidido dejar a mi familia, había terminado con mi pareja y decidí tomarme un tiempo para mí misma y con el tiempo me gustó y ya no regresé.

Al vivir en Alaska no tenía lujos y mis pagos solo eran comida, luz y agua además tenía chimenea en mi cabaña y puesto que vivía en el bosque tenia madera libre solo para mí, cada año plantaba 20 árboles para que la madera que yo utilizaba de alguna manera regresara a la madre tierra, pues así era yo una joven soltera que empezaba una vida sola y lejos de mi familia.

Me sentía melancólica a veces cuando nevaba, ya que no podía bajar al pueblo aunque en parte era feliz, no tenía preocupaciones o alguien que me molestara, no tenía amistades y trabajaba en la cocina de un café haciendo postres, me habían ofrecido ser mesera pero yo quería pasar desapercibida por la gente en el pueblo y no lo acepte, las personas que trabajaban conmigo era señoras con un carácter difícil eran las chismosas del pueblo y resultaba fácil no hacer amistad con ellas, uno de los beneficios de vivir en un lugar frío es que tu piel se conserva y adoptas un color de piel más claro, casi no te da el sol recibía constantes llamadas de mi familia para saber cómo estaba.

La cabaña me la había prestado un tío llamado pedro Arias, el me apoyo cuando quise alejarme de la familia y aunque yo no le di mi número a mi familia mi tío si se los dio y a veces me hacían varias llamadas al día.

Vivir en Alaska no me permitía caer en el aburrimiento siempre tenía cosas que hacer, el bosque era mi patio y con la luz de la luna se veía hermoso un poco tétrico pero hermoso, cortaba madera cuando no nevaba y tomaba fotos de los animales que me cruzaba en el camino y cuando había sol se veía más hermoso el pueblo, al vivir sola me acostumbre a hacer trabajos forzosos como cortar madera, arreglar mi tejado, arreglar cualquier cosa en la cabaña, siempre quise vivir alejada de todo no tenía mascotas aunque últimamente consideraba adoptar una, un sábado que el día amaneció un poco bien y pronosticaban que nevaría por la tarde decidí bajar al pueblo, me dirigia  hacia la unica veterinaria del pueblo, un hombre saco una caja de cartón con cachorros en adopción gratis  y enseguida llegaron personas para tomar cada quien un cachorro yo me apresure para tomar uno, al alcanzar uno solo lo tome no lo vi, cuando pude por fin alejarme de la multitud me di cuenta que estaba dormido y era una bolita bien hecha lo acurruque en mi pecho y pude escuchar un ligero ruido proveniente de mi nuevo amigo, eran ronquidos no pude evitar sonreír, el señor asombrado me dijo que ese cachorro no debería haber estado en esa caja  y con mucha dificultad lo convencí de que lo cuidaría muchísimo, cuando por fin accedió, me dirigí a la veterinaria para comprarle lo que necesitará y para un chequeo general, al llegar el veterinario me miro extrañado y se río.

-¿Abigail que haces con un perro?

Conteste - lo acabo de adoptar doctor, me gustaría que lo revisara era del señor de la esquina.

El contesto - Abigail no hace falta los revise ayer y son cachorros muy sanos, aunque a este no lo vi (pensó el doctor, pero no lo reviso basándose en que los demás estaban sanos) que bueno que te haga compañía.

Agradecí y me despedí le había comprado juguetes y comida a mi nuevo huésped.

Cuando salí me di cuenta que la gente miraba en mi dirección pensaba ¿qué miraran? seguían mirando y murmurando tanto que pensé que me criticaban "que chismoso es un perro solamente" (pensé), después sentí miradas y fue tanto lo que sentí que mire detrás mío y me di cuenta que dos jóvenes muy atractivos, hermosos diría yo venían detrás mío, ellos no eran del pueblo semejante belleza no la hubiera podido olvidar.