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“Has sido cordialmente invitado a la ceremonia de unión entre: Min Yoongi y Jeon Jungkook”.





Yoongi había estado ahí sentado metiendo las invitaciones en sus sobres durante una hora entera. Ya se había cortado con el papel, tiene un leve dolor de cabeza y, posiblemente se encuentre de mal humor. Solo reconoció unos ochos nombres en dichas invitaciones.

Cuando le mostró su pequeña lista de invitados a Jungkook, justo antes de ir a la imprenta, Jungkook le mostró su propia lista. Cuatro páginas llenas por ambos lados.

—¿Conoces a cada persona en esa lista?

Jungkook simplemente respondió—: Si.

Y después la idea de Yoongi, una boda pequeña e íntima, fue suprimida y convertida en el evento social de la temporada. Porque Jungkook conoce a mucha gente. La gente lo conoce. Su nombre es reconocido. Tiene una reputación. Eso es lo que ser rico causa, el tener poder, el ser heredero de riquezas generacionales, pero él no es solo eso. Obtuvo todo con méritos propios.

Cuando anunciaron su boda, el primo de Jungkook, un bastardo llamado Jin, pidió a Yoongi un momento a solas. Lo empujó dentro de un baño y le dijo arrastrando las palabras debido a su estado de embriaguez-: “Tú no eres bueno para él, de ninguna manera, niño”.

Yoongi, con todo el derecho le dijo a donde podía irse y comenzaron una pelea que –vergonzosamente- la tía de Jungkook tuvo que detener. Pero las palabras de Jin vuelven a repetirse en su mente tan a menudo que le es imposible ignorarlas cuando Yoongi se ve a sí mismo como un chico cualquiera y de bajos recursos.

Su relación es la definición de un romance relámpago. Tan es así que apenas ha tenido oportunidad de procesar todo.

Conoció a Jungkook en un bar gay hace seis meses, un bar elegante y caro al cual él había evitado asistir por miedo a ser señalado, pero su amigo Hoseok lo había invitado. Estando ahí en el bar, este hombre se le aproximó. Era alto, castaño y carismático. Le compró una bebida, lo llevó a la pista de baile y le dijo que estaba ahí de fiesta para despedir a un amigo y que ese amigo se había marchado ya pero que él buscaba un poco más de diversión.

No hubo duda alguna para Yoongi, él sería esa diversión.

Jungkook llevó a Yoongi a su apartamento. Un elegante lugar como los que salen en programas de televisión. Y follaron salvajemente y sin limitaciones, tres veces antes del amanecer. El plan de Yoongi era marcharse antes de que la mañana llegase pero Jungkook insistió en invitarle a desayunar, después a cenar y… dos semanas después tenían una relación.

A Jungkook parecía no importarle que Yoongi viviera en un viejo y pequeño apartamento, que trabajara como conserje en un almacén cercano o que no tenía nada que ofrecer excepto sus impresionantes habilidades sexuales. Él, aceptó a Yoongi tal cual era y le mostró su propio mundo lleno de luces brillantes, dinero, costoso champagne y negocios.

el mejor amigo de mi prometido. jimsu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora