Casados por accidente - Aristemo

002: Llegando a Oaxaca

─Carlos... ¿Ya tenemos donde quedarnos? ─mencioné interrogante cuando dejaba algunas cosas en el suelo; aún seguíamos en el aeropuerto, ya que resultó un pequeño desastre tanto papeleo para que digan que el avión se retrasara por cuestiones climáticas, que viaje tan excelente─

─Sí. Pancho fue tan amable de darnos un departamento ─me sentí mas tranquilo; a pesar de que papá sea el jefe de Carlos, mi padre no le dio ningún limite con los nombres, por que sí hay algo en lo que es bueno mi papá, es el saber distinguir, entonces no marcó limite como un jefe estricto, pero si lo necesario para determinar "jefe y empleado". Creo que me entienden─

El sueño empezó a apoderarse de mí, poco a poco mis ojos se volvían mas pesados e incapaz de mantenerlos abiertos. Miré la hora desde mi celular, 10:25 p.m. ya casi se hacen 2 horas que estamos aquí esperando nuestro avión.

─Joven Temo, despierte por favor ─movían mis hombros, mis ojos se abrieron lentamente, una luz blanca me dejo poco ciego, termine por levantarme ─Temo, nuestro avión ya aterrizó

 ─¡¿Enserio?! ─un tenue brillo apareció en mis ojos─ Me alegra ─exclamé cansado y feliz─

Carlos me ayudo a levantarme del sofá donde me encontraba dormido, caminamos por el pasillo para llegar hasta el interior del avión. Papancho escogió primera clase para mí y Carlos, como siempre brindándome las mejores experiencias, no pude evitar sentir un poco de melancolía al recordar a mi Papancho, miré todos los asientos y escogí el de las ventanas.

(  .      .      .  )

"Estamos a punto de despegar, de favor apagar celulares y computadoras. La piloto Jazmín les da la más cordial bienvenida a este vuelo con destino a Oaxaca". La azafata daba las instrucciones, miré a mi alrededor todo estaba vacío.

─¿Mm? ¿somos solo nosotros dos? ─dirigí mi mirada a Carlos, estaba leyendo un periódico─

─Así es, su padre no quería que le incomodaran─ quede asombrado ¿Acaso puedo jugar en todo lo que sobra? Sería increíble─

─¿Entonces puedo jugar aquí?

─Claro que no, el espacio sobrante es para que se levante a caminar si se siente sofocado por los nervios 

─Sabía que dirías eso... De igual forma me va a ayudar...

El avión despego al cabo de unos 8 minutos; miraba la hora en mi celular, 12:09 a.m. y ya no tenía sueño, miré a Carlos, estaba ligeramente inclinado hacia mí con un antifaz para dormir, giré levemente para no despertarlo, miraba la ventana, el cielo era azul claro con ligeros toques blanquecinos, las nubes estaban debajo de nosotros y las estrellas eran muy blancas, hacían perfecto juego con la luna, tan blanca y redonda. Quedé maravillado, tome recuerdos fotográficos de esta. Jamás olvidaré este momento, que mal que no lo vi con Papancho.

 ─¡Octavio, no hagas eso! ─mencioné alejando de mí a Octavio, un amigo mío, no es el tipo de amigos que se toman en serio ciertas cosas, pero si me sirve como un gran compañero de piso─