Una selección de capítulos únicos, al princípio sacados de mis otros imaginários, con lo mejor que nuestra imaginación puede traer de esta inolvidable pareja.
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La pareja de esta historia, por supuesto es Victoria y Heriberto. Fue adaptada desde el imaginario "Tom de Vingança" que, por hora, solamente está en portugués. Ojalá les guste. La canción que lo inspira es Loca de Maite Perroni - (part. Cali & El Dandee)
***
Dos ejecutivos de gran éxito, Victoria mucho más que Heriberto, los compañeros de trabajo rivalizaban disputando cada cliente y cada contracto que podrían concretar para la multinacional en que trabajaban. Heriberto había estado ahí toda su vida, pero la llegada de Victoria hacía algunos meses, puso en riesgo su fama de el rey de los negocios. Por supuesto que toda esa rivalidad ocultaba mucho más de que los dos dejaban que saliera a la luz. Además algo dentro de cada uno de los dos hacía lo posible para demostrarles que algo sucedía aunque tratasen de huír.
Ese día Victoria sentía el sabor del triunfo, llevaría a cabo un contracto que Heriberto había luchado mucho para que estuviera a cargo suyo, pero, a veces, una pequeña chispa puede desarrolar un incendio de proporciones astronómicas y para el cual nadie estaba preparado. En su lujosa oficina, la implacable Victoria Sandoval, recibío la visita de su exmarido, Osvaldo que no ocultaba su deseo de regresar con ella.
_ Yo no entendí por qué insististe en venir aquí, Osvaldo. Ya te dije que la próxima semana empiezo a redactar el contracto de los italianos, ya es un hecho. — Dijo Victoria cuando entraron en su sala luego de recibir a Osvaldo en la recepción de la empresa. La puerta quedó entreabierta.
_ Quise aprovechar la hora del almuerzo para verte y, pues, para felicitarte por el contracto. Y, precisamente me interesaba saber si ya habías comenzado. Debo confesarte que me dio curiosidad y también quiero saber si te puedo ayudar en algo. — Explicó Osvaldo.
_ ¿Y qué te pareció mi propuesta? — Indagó ella interesada en la opinión profesional del exmarido y ahora amigo.
_ En el comienzo me pareció que estabas algo insegura, que esa propuesta no tenía consistencia, que la propuesta de Heriberto era mucho más interesante y convencería a los directores y a los inversionistas italianos. — Osvaldo era uno de los directores de la multinacional, su indicación había sido importante para la contracción de Victoria, pero solo su monumental talento explicaba su ascendido en tan poco tiempo. — Pero luego demostraste porque eres conocida como la dama de hierro.
_ Gracias. Sé que todo si debe a mi talento porque no todos los ejecutivos me ven con la misma complacéncia que tú y lo sé, Osvaldo. Pero te agradezco porque tu apoyo fue muy importante. — Victoria no podía dejar de agradecer.
_ Lo hago porque te lo mereces, eres una triunfadora, y todo lo que tocas, es todo un éxito.
Los dos sonrieron y se miraron haciéndose inevitable que no recordaran el pasado reciente. Osvaldo, que hace tiempo esperaba una oportunidad cualquiera de una reaproximación con Victoria, se acercó a ella y la besó. Fue un beso con ternura, sin pasión, pero estaba claro, en cada segundo de él, que aún había sentimientos entre los dos. Sobre todo de parte de Osvaldo. Heriberto volvía del almuerzo y, pasando por la puerta de la oficina de Victoria, tuvo la curiosidad de mirar hacia adentro... como siempre. Lo que vio, no le agradó nada.
