❥; I want you by my side [Taegi]

※59※

- Daddy~

- ¿Sí, Baby?

- Hiciste que me excitara a propósito.

- ¿Es una pregunta o me estás acusando?

Lentamente el peligris se vio encerrado entre una de las paredes de la habitación, los fuertes brazos de su hombre y el gran cuerpo de este mismo.

- Te estoy acusando. - dijo con un puchero.

- Es una acusación injusta, lo prometo. - Un puchero idéntico se pintó en los labios del menor mientras sus caderas se impulsaban con fuerza pero lentitud contra las contrarias.

- Mgh~ Fue a propósito, les querías mostrar como me pongo contigo.

- ¿Eso crees?

Pequeños besos y mordidas fueron dejadas en el suave cuello del mayor y parte de sus clavículas.

- Shi. - asintió soltando un suave jadeo y poco después casi un ronroneo.

- Adoro cuando ronroneas, mi sexy gatito. - gruñó el más alto adentrando una de sus manos bajo la camiseta del pequeño peligris.

- Tócame. - pidió soltando otro ronroneo cuando el menor comenzó a jugar con sus pezones.

- ¿Dónde más quieres que Daddy te toque?

- Todo el cuerpo, Daddy.

- ¿Sí?

El rubio comenzó a agacharse hasta que sus rodillas tocaron el suelo y sus dedos el cierre y el botón del pantalón del mayor.

- Sí. - asintió mordiendo su labio inferior.

- ¿Aquí? - El caliente aliento del menor golpeó la tela húmeda de la coqueta lencería que el peligris había decidido usar ese día especialmente para su Daddy.

-Ah~ S-Sí, ahí. - jadeo mientras sus manos comenzaban a tocar su erecto miembro con desespero.

- Quieto, Daddy se encargará. - le ordenó su gran hombre antes de pasar su lengua por la tela cuando el mayor quitó su mano.

- Dios, sí.

- Espera que aún no es la mejor parte.

El pene erecto del mayor golpeó suavemente los labios del rubio cuando este se liberó del encaje rojo.

- ¿Qué vas a hacerme?- preguntó cuando vio al menor tomar la correa de su pantalón y comenzar a ponerla en sus muñecas.

- Tal vez la mejor mamada y el mejor beso negro de tu vida, Bebé.

- Me vas a hacer correr sin tocarme si me sigues diciendo cosas sucias, Daddy.

- No quiero que eso pase, Baby. No hoy. - La traviesa y roja lengua del más alto delineó la vena que se marcaba en el miembro del mayor con lentitud pero fuerza.

- Llévame a la cama. - pidió sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo.

- Aún no, Bebé.

- Daddy, por favor.

- Aguarda. - ordenó el menor antes de meter todo el miembro del más pequeño en su boca.

Un fuerte gemido se escuchó en la habitación cuando el menor comenzó a chupar sin ningún cuidado el miembro del mayor y este solo podía mover un poco sus caderas tratando que el chico malo lo tomara todo en su boca.

Lo siguiente que se escuchó fue un grito de placer por parte del peligris cuando su hombre tomó sus testículos entre sus dedos y comenzó a jugar con ellos sin dejar de chupar ávidamente su falo.