I.

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   El despertador suena muy fuerte esta mañana. Lejos de levantarme, apago la alarma y me vuelvo a dormir.

Y en sueños, me doy cuenta que ya no estaba estudiando y que podía faltar cuando quisiese. Yo debía ir al trabajo como corresponde. Así que me levanté sobresaltado y miré la hora.

8:45 AM.

Yo debía estar a las 8:00.

Salté de la cama y me metí a bañar. Todo se me caía de las manos. El jabón, el shampoo, el cepillo de dientes que se instaló en mi boca creyendo yo, que así ahorraría más tiempo.
Corriendo a punto de caerme, me vestí formalmente como de costumbre. Me puse los zapatos, tomé mis llaves y bajé corriendo de la escalera.

Saludé a mis vecinos de los otros pisos. Ellos iban con calma a realizar sus tareas, en cambio yo, parecía estar a punto de morir de tan acelerado que estaba.

Desactivé la alarma de mi auto con las llaves y entré casi a los saltos. Me puse el cinturón, miré al espejo retrovisor y arranqué.

Mis ojos iban en muchas direcciones. Las señales de tránsito, la gente apurada, Bangkok en un día lunes.
Sólo podía pensar en cuan idiota puede ser una persona para llegar una hora tarde al trabajo sin justificación.

El tráfico en sí, los bocinazos, la gente... Todo me ponía nervioso. Temía sufrir algún tipo de ataque al ver tantos autos esperando el semáforo.

Abrí la guantera. ¡Había comida ahí! No es un calmante ni tampoco va a calmar mis nervios ni mi ansiedad, pero por lo menos, tenía unas donuts en una bolsa. Quizás lo compré ayer sin darme cuenta. No recuerdo.

Los autos no avanzaban.

Qué más da, ya estaba llegando tarde, al menos tengo que llegar tarde con estilo. ¿No?

Ya Ae, podrás ser un ingeniero con un alto rango, pero sigues teniendo jefes que obedecer.

Abrí la bolsa y me metí una donut en la boca.

Estaba bañada en chocolate y aún estaba fresca. Una cosa buena en el día. Debía disfrutar mi comida. Yo no había desayunado y eso está muy mal para mí.

En realidad, hoy fue un día malo para mí. No me levanté a entrenar, ni siquiera para darle mi ofrenda al monje. No desayuné y para colmo mis jefes van a estar muy enfadados. Muy bien Ae, hoy es definitivamente tu día de suerte.

Al menos encontré donuts frescas y que son mías.

La fila de autos al fin avanzó. Con las manos todas sucias, tomé el volante. Menos mal estoy solo aquí dentro, porque quien estuviese conmigo ahora diría que soy un cerdo para comer. Un cerdo y sucio.

Emprendí mi camino hacia mi trabajo. Odiando con mi vida existir. ¿Por qué será que hoy dormí más de la cuenta si desde los 12 años me levanto siempre a las 4:00 am?

Quizás estoy muy cansado.

Por primera vez, admito que estoy cansado. Sin embargo, el alquiler, el auto y todos los gastos no se van a pagar solos.

--Y es por esa razón que llego tarde, P', le pido mil disculpas.

Mi jefe me observa de arriba abajo. Debo tener un aspecto terrible. Él en cambio, parecía todo un "padrino", perfectamente arreglado.
Su traje de unos cuantos dólares y su corbata demuestran que este señor, no solo tiene cara bonita, sino también una vida bonita.

No era joven como yo. Me debe llevar sus buenos años, sin embargo, yo lo admiraba.

--Intouch, no se preocupe. Usted ha sido uno de nuestros mejores empleados. Siempre llega temprano y está en lo que lo necesitemos. Vaya a su puesto y trabaje tranquilo, no le descontaré las horas.

No necesité más palabras. Él siempre es muy considerado y amable. Él no se molestó en lo absoluto por mi ausencia y siempre valora mi trabajo. Nada que ver con sus hermanos, los otros dueños de la empresa.

Esos si no pueden ser gentiles con nadie.

Incluso mi jefe, no parece familia de ellos. Son acosadores, sombríos... Son dos basuras.

Llegué a mi puesto. Una oficina bastante bien parecida. No tiene muchos lujos ni tampoco es muy grande, es cómoda para mí y es cómoda para trabajar.

Me siento en mi silla y enciendo la computadora. Analizo todos mis archivos y comienzo a trabajar. Vamos Ae, es solo un día fallido. No creo que haya problemas en llegar una vez tarde al trabajo y no entrenar un día.

Después de todo, no me puedo quejar. Sigo físicamente muy bien. Me alimento bien, salgo a correr, voy al gimnasio, a veces hago CrossFit. Es decir, tengo dentro de todo una vida saludable.

Mi sueldo no es muy elevado. Es lo suficiente para poder mantenerme solo, tener un auto (mi familia me ayudó a pagarlo no se crean) y poder ayudarlos a ellos económicamente.

En sí, mi vida no es tan mala.

No entiendo por qué me siento estresado. No entiendo por qué no puedo dormir a veces por las noches.

O quizás si, pero la sola idea de mencionar ese tema, me deja temblando. Me da un ataque de pánico.

Literal. Comencé a tener ataques de pánico hace unos... Dos años quizás. Solamente me agarraron en la calle por lo que nadie de mi familia sabe. Y espero que no lo sepan nunca.

Alguien toca mi puerta. Contesto "adelante" automáticamente.

Era Gel.
(Se lee Yel)

Una de mis compañeras de trabajo favoritas. Mejor dicho, la hermana que nunca tuve.

Entró risueña a mi oficina cargando con un café y unas medialunas. Casi me puse a llorar al ver que eran para mí.

--Eres lo mejor, Gel. Gracias.

Gel se sentó en la silla frente a mi. No dijo palabra desde que ingresó. No le di importancia y comi mi desayuno. Hoy estaba muy muy hambriento.

--Tengo que decirte algo... --dijo de repente. La miré con una medialuna a medio sumergir en café. Mi cuerpo recibió una descarga eléctrica porque ví sus ojos. Esos ojos que ella pone cuando algo de verdad es malo, o serio. No lo sé, algo estaba pasando.

--Dime.

--Alguien quiere verte.

--¿Quién?

--Es tu ex...

Mi corazón dejó de latir.

Con mi voz quebrada intenté hablar pero solo me temblaban las manos. La palabra ex la había borrado de mi vida.

--Tu ex... Chompoo.

Y mis nervios aumentaron aún más.

Mi medialuna ya había caído dentro de mí café.

--Está aquí, y se ve distinta, Ae.

Suspiré. Traté de calmar mi taquicardia.

--Si no quieres verla, le diré que se vaya. No quiero que te dé un ataque por Dios, Ae.

--Dile que pase.

--Ae, no...

--Dile que adelante. Yo estoy bien, por favor.

Gel bufó y con esos ruidosos tacones aguja, salió de mi oficina ofendida.

--Ex...

¿Qué querrá ahora?

Décimo intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora