II.

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--Ha pasado mucho tiempo, P'.

--Si, así es.

Chompoo ya no era la misma niña del secundario que se había enamorado de mi en ese entonces. Es decir, ahora era toda una señorita adulta. Hermosa, elegante, con un buen trabajo como secretaria empresarial.

Su cabello era largo, lacio. Su cara, era la de siempre. Solo que ahora, no se comportaba como una niña pequeña.

O eso pensé.

Sino se comportaba como... Una ex novia.

--¿Qué tal has estado, Ae?

--¿Qué es lo que necesitas, Chompoo?

No quería sonar grosero. Tampoco quería hablar con ella.
No es porque me desagrada ella. Sino, porque... Simplemente, no quiero tener que ver más con ella.

No quiero volver a estar con nadie.

Solamente eso.

--¿Por qué me tratas así?

Chompoo me mira triste. Ahora pienso que la pequeña de secundaria solo cambió físicamente.

--No quiero hacerlo. Pero no sé de qué otra manera lo puedo hacer.

Suspiro y me recuesto incómodo en mi asiento. Cómo si el día no fuese lo suficientemente horrible, me comenzó a doler la espalda.

Se notaba mi falta de actividad física.

Quizás hoy después de trabajar iría a CrossFit. O saldría a correr. O haría algo de mi vida. Siento mucha tensión acumulada.

No quiero volverme viejo tan de repente.

--Chompoo ha pensado mucho en ti, Ae. No te imaginas cuánto.

La miré fijamente.

--¿Por qué haces eso?

--Porque todavía te extraño.

¿Quedaba terriblemente mal decirle la verdad?

Yo no la había extrañado en absoluto. Y los dos meses que estuvimos como novios, no significaron nada para mí.

Fueron como... Un abrazo.

Un abrazo que necesité y me contuvo. Y quizás por eso no siento rechazo. Pero no siento nada por Chompoo. Y a pesar de que intenté enamorarme de ella durante dos meses, nunca lo logré.

Y eso, me hacía sentir culpable.

Estuve dos meses saliendo con alguien que no amaba.

--Lo nuestro fue hace mucho tiempo, ¿Lo sabes?

--¡Si! ¡Pero..!

--Yo no puedo estar con nadie Chompoo. Ni contigo, ni con nadie. Yo no puedo estar con absolutamente nadie.

Mentira

--Si vuelvo contigo, si me decido a volver a ser tu novio, te terminaría lastimando nuevamente. Y te volvería a dejar. No esperes mucho de mi. No tengo nada para ofrecerte.

Me incliné en el asiento mirando sus ojos llorosos y temblorosos.

La hermosa dama que estaba frente a mí se estaba muriendo de amor. Y yo solo me dignaba a decirle lo que sentía sin querer lastimarla.
Tanto.

Chompoo respiró hondo y se acomodó en su asiento. Me miró, ahora ella, fijamente.

Nuestros ojos estaban puestos el uno con el otro.

--¿Es por él?

--¿Qué? ¡No! --grité.

--¡ES POR ÉL!

--¡Suficiente señorita! Aquí hay gente trabajando, no puede interrumpir en horarios laboral. Váyase por favor.

La voz firme de Gel sonó de repente cuando ella abrió la puerta. Se la veía enojada. Sin embargo no alzó la voz en ningún momento.

Era toda una dama.

Chompoo la miró con desprecio y sin decir nada se retiró de mi oficina.

Gel hizo lo mismo. Dejándome solo.

Solo y confundido.

Décimo intento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora